EL BAUTISMO por Elmer N. Dunlap Rouse Lección 1
EL BAUTISMO APOSTÓLICO
Justo antes de ascender al cielo, Jesús le comunicó a sus apóstoles la Gran Comisión: "Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado, y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén" (Mat 28:18-20). Según el evangelio de Marcos, la Gran Comisión es como sigue, "Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado" (Mar. 16:15-16). Como en ambas citas Jesús mandó el bautismo, no se trata de una buena obra, ni depende del criterio de un líder eclesiástico, ni tan siquiera del gusto y la conveniencia del creyente. El bautismo es un mandamiento que hay que obedecer de buena voluntad y de inmediato. En ambas citas, el bautismo se relaciona con el hacer discípulos y con la salvación. Pero si por alguna otra razón, el bautismo es importante porque Jesús lo mandó.
Como el bautismo es así de importante, cabe preguntar si es posible bautizar de una manera equivocada. Usted, amigo lector, ¿nunca ha cuestionado su bautismo? Le sugerimos preguntas como las siguientes: ¿cómo es el bautismo?, ¿será por rociar, por derramar o por inmersión?, ¿será el bautismo en agua o en el Espíritu?, ¿cuál es el propósito del bautismo?, ¿será para perdón de pecados o sólo para simbolizar el perdón?, ¿será para ser salvo o la confesión pública de los ya salvados?, ¿quién se debe bautizar?, ¿será válido el bautismo de infantes?, ¿se puede bautizar a cualquier persona? Y después que uno se bautiza, ¿habrá motivo para volverse a bautizar nuevamente? Si uno fuere bautizado siendo infante, ¿debe volverse a bautizar cuando llegue a ser adulto?, ¿será válido el bautismo si después uno vuelve a pecar?
Estas son algunas de las preguntas que la gente se hace cuando se menciona el bautismo y esta serie de estudios está dirigida a contestar estas y otras preguntas relacionadas con el bautismo. Como el bautismo fue mandado por Cristo, es digno de nuestra seria atención. Para contestar estas preguntas, invitamos al estudiante a buscar todo lo que dice la Biblia del bautismo para saber realmente todo lo que dice sobre cada tema. Le advertimos desde ahora que el beneficio de un estudio bíblico depende del corazón del estudiante, su nobleza y su fe en Dios. ¡Ojalá que el estudiante tenga un corazón tan noble como los de Berea! Aquellos "recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así". Con un corazón así, le aseguramos al estudiante que esta serie le va a ayudar mucho.
Esta presente lección tiene una misión especial. Ya que Cristo comunicó a sus apóstoles la Gran Comisión que incluye el bautismo, nuestra pregunta es la siguiente: ¿cumplieron los apóstoles con la Gran Comisión que les dio el Señor? ¿predicaron el bautismo como parte del evangelio o no?
EL BAUTISMO QUE SE PREDICÓ EN EL DÍA DE PENTECOSTÉS
En el día de Pentecostés y en su primer mensaje evangelístico, Pedro mandó a la gente a bautizarse "para perdón de pecados" (Hechos 2:38). Animaba a los presentes a salvarse y esperaba que muchos se bautizaran (Hechos 2:41). Esta pequeña palabra "para" que usó Pedro en el versículo 38 ha sido motivo de controversia para algunos. Como algunos no pueden conceptuar de que Pedro haya mandado a la gente a bautizarse para obtener el perdón de pecados, estos insisten en que la forma correcta de traducir "eis" es "debido a", o sea, que Pedro los mandó a bautizarse debido a que ya tenían el perdón de pecados. ¿Será que la Biblia está mal traducida en este versículo? ¿Será posible que la palabra "eis" significa "debido a" en Hechos 2:38?
El estudiante puede observar que la misma palabra griega "eis" aparece también en Mateo 26:28 en una construcción gramatical idéntica, donde Jesús afirma que iba a derramar su sangre "para (eis) perdón de pecados". Es obvio para todos que Cristo murió en la cruz para que el mundo tuviera perdón de pecados, no debido a que el mundo ya tenía perdón de pecados. Es rara la vez que la palabra griega "eis" no significa "hacia, hacia adentro, o para", ya que "eis" es una palabra que indica la dirección de movimiento y hacia dónde uno se dirige. Si el mundo ya era salvo antes de Cristo morir en la cruz, entonces no tendría por qué morir, pero Cristo murió "eis" perdón de pecados - hacia el perdón de pecados, y uno se bautiza "eis" perdón de pecados - hacia el perdón de pecados.
Es cierto que la palabra griega "eis" puede significar "debido a" o "por motivo de" en ciertos contextos, como Mateo 10:41 y 12:41. Pero los traductores rechazaron esta posibilidad y emplearon unánimemente "para". Puede que algunos quieran jugar con las palabras de Pedro en Hechos 2:38, y torcerlas a su manera, pero lo hacen para su propia perdición. La idea básica de "eis" es propósito y el propósito de bautizarse es para obtener el perdón de pecados.
Otra observación importante es que "arrepentirse" y "bautizarse" están unidos por la palabra "y", un coordinante copulativo que en Hechos 2:38 indica que Pedro les mandó a sus oyentes tanto a arrepentirse "para perdón de pecados" como bautizarse "para perdón de pecados". Dijo: "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros para perdón de pecados ..." Es decir, los que tenían que arrepentirse "para perdón de pecados" también tenían que bautizarse "para perdón de pecados".
EL BAUTISMO QUE PREDICÓ PEDRO EN LA CASA DE CORNELIO
Cuando Pedro terminó su primer mensaje a los gentiles, mandó bautizar a su audiencia. "Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Las profecías y lenguas de éstos no impidieron que Pedro los mandara a bautizarse en el nombre del Señor Jesús. "Entonces le rogaron que se quedase por algunos días" (Hechos 10:47-48). A pesar de que habían sido bautizados en el Espíritu Santo, Pedro los mandó a bautizar con agua. En otro estudio, nos tocará contestar la pregunta de que si la gente fue salvada cuando cayó sobre ellos el Espíritu Santo o cuando fueron bautizados en agua, como mandó Pedro.
Independientemente de cómo fuera, lo importante ahora es notar que lo que Pedro predicaba estaba en armonía con las expresiones de Jesús en la Gran Comisión: predicar el evangelio y bautizar a la gente. Todo indica que el bautismo en agua de la casa de Cornelio trata del bautismo para perdón de pecados. Ahora vamos a estudiar a uno que estaba lleno del Espíritu sin ser apóstol.
EL BAUTISMO QUE PREDICÓ FELIPE
Aunque no era apóstol, Felipe fue a Samaria y predicó a Cristo (Hechos 8:5). En respuesta a su prédica, "creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y en el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres" (Hechos 8:12). Después predicó a Cristo a un etíope en Hechos 8:35. Aunque no se nos informa el contenido de su mensaje, sabemos que incluía el bautismo por la pregunta del etíope, "Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?" (Hechos 8:36). Así como Pedro, Felipe predicaba a Jesús, no sólo por informar a la gente de quién era Jesús, sino también para informarles de lo que Jesús mandó. El bautismo era el resultado inmediato de aquella prédica. Esto no puede ser una sorpresa, si consideramos los dichos de Jesús en Mateo 28:19 y Marcos 16:15-16.
EL BAUTISMO EN LA PREDICA DE PABLO
El bautismo siempre sigue la prédica apostólica. Nuevamente lo vemos en la conversión de Lidia según registra Hechos 16:13-15. Mientras ella escuchaba a Pablo; el Señor le abrió el corazón, y tanto ella como toda su familia fueron bautizados. "Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos" (Hechos 16:15). ¿Cómo sabía Pablo que ella era fiel al Señor? Fue por su obediencia inmediata al mandato de Jesús tocante al bautismo.
En la conversión del carcelero de Filipos, Pablo y Silas le dijeron, "Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa" (Hechos 16:31). El siguiente versículo nos testifica que no todo terminó allí, sino que la historia de la conversión del carcelero y su familia sigue: "Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa". No. Tampoco terminó la conversión allí, sino "y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios" (Hechos 16:32-33). La lectura completa de la conversión hace patente que Pablo practicaba el bautismo de inmediato. En cada ejemplo de conversión que nos detalla el libro de los Hechos, las personas fueron bautizadas después de una sola lección.
Por concluir, contamos con la conversión de Pablo mismo. El fiel registro nos cuenta cómo Cristo le dijo: "Levántate, y ve a Damasco, y allí se te dirá todo lo que está ordenado que hagas" (Hechos 22:10), o, como dice Hechos 9:6, "...y se te dirá lo que debes hacer". Había algo que Pablo tenía que hacer. Una de estas cosas era bautizarse sin demora, "Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre" (Hechos 22:16). No importa que había visto al Señor en el camino a Damasco, no importa haber ayunado tres días y tres noches (Hechos 9:9-11), todavía estaba manchado de pecado. El ver al Señor no lo salvó. El aceptar a Jesús como su Señor no lo salvó (Hechos 22:10). Los tres días de oración y ayuno no lo salvó. La imposición de las manos no lo salvó. Hasta que no se bautizara, estaba todavía con los pecados sin lavar.
EN RESUMEN
No es posible cerrar la presente lección sin llegar a un acuerdo: el bautismo era muy prominente en la prédica apostólica. Observe la siguiente gráfica:
EJEMPLOS DE CONVERSION
Candidato
Oir
Fe
Arrepentimiento
Confesión
Bautismo
PENTECOSTES
Hech. 2:14-41
37-38
38-41
SAMARIA
Hech. 8:5-13
12
12,13
ETIOPE
Hech. 8:35-39
36-37
37
38
PABLO
Hech. 9,22,26
22:16
CORNELIO
Hech. 10:34-38
43
48
LIDIA
Hech. 16:13-15
14
15
CARCELERO
Hech. 16:30-34
31
33
Cada caso de conversión que describe el libro de los Hechos en detalle, menciona el bautismo. Era un tema muy importante en la prédica apostólica. Hasta el erudito bautista, G. R. Beasley-Murray, notó, "El bautismo es parte de la proclamación de Cristo. En un mensaje apostólico, se presenta como una conclusión lógica" (G.R. Beasley-Murray, Baptism In The New Testament, Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1962, p. 393).
En la presente lección, hemos visto
(1) que el bautismo se proclamaba como un mandato con el propósito de obtener el perdón de pecados (Hechos 2:38), o lavar los pecados (Hechos 22:16);
(2) que tiene que ver con agua (Hechos 8:36-38; 10:48);
(3) y que se llevaba a cabo de inmediato y sin demora, tanto que se bautizaban hasta después de la medianoche (Hechos 16:25-33).
Debido a las verdades presentadas en esta lección, la única conclusión posible es que el bautismo es necesario para el perdón de pecados. En nuestra próxima lección, buscaremos lo que enseñaron los apóstoles en sus epístolas.
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