EL BAUTISMO por Elmer N. Dunlap Rouse Lección 10
EL BAUTISMO Y LA SALVACIÓN POR OBRAS
Hay otro argumento común para restarle al bautismo su urgencia. Dicen que el bautismo es una obra y como no somos salvos por obras, el bautismo no salva. Apelan a textos como Efesios 2:8-9.
Es cierto que el bautismo es una obra porque es algo que se hace o le hacen. Pero la cuestión no es tan simple, sino que requiere una mirada más a fondo. ¿De qué clase de obras habla Pablo en Efesios 2:8-9? ¿Será el bautismo esa clase de obra? Más específico, ¿será el bautismo una obra de mérito que gane la salvación? O ¿será una obra de fe, por medio de cual uno recibe gratis la salvación? Además ¿de quién es la obra? ¿Será de la persona que se somete al bautismo? O ¿será de Dios que perdona y regenera por la sangre de Jesús? ¿Será posible que el bautismo sea por obra del Espíritu Santo?
Cuando consideramos con cuidado lo que la Biblia enseña, no hay ninguna contradicción entre salvarse por fe y no de obras, y salvarse en el momento en que uno se bautice.
EL BAUTISMO ES OBRA DE FE
Hay diferentes clases de obras y no todas son de mérito. Cuando uno trabaja para ganar algo, entiende que lo merece por lo que ha hecho. Esta es la clase de obra que Pablo considera en textos como Romanos 3:27-28; Efesios 2:8-9 y Tito 3:4-5a, los cuales tratan de los judíos que creían que su relación con Dios se debía a su habilidad de guardar perfectamente la vieja ley de Moisés. Puede que hoy día haya quien trata de ganar la salvación por guardar los Diez Mandamientos, o por asistir a la iglesia sin faltar, o por haber cuidado a un progenitor en su vejez o por alguna otra buena obra. Es imposible ganar o merecer la salvación, tanto ahora como en el tiempo de Pablo. Todas las buenas obras que uno pueda acumular en esta vida no pesan nada en comparación con el daño de un solo pecado. Santiago 2:10 dice, "Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos".
No se puede comprar a Dios con buenas obras. No es una máquina de bendiciones. No se le puede controlar ni obligar con oraciones, buenas obras, o momentos bonitos, No hay puntos que acumular. Dios no está obligado a recompensar a uno ni hacer lo que uno quiera. No se puede negociar con Dios con ofertas y promesas. Un concepto así de Dios sería muy pobre. En cambio, el Omnipotente nos ama y siempre hace lo que más nos conviene dentro de los límites de su voluntad sabia. No hay que ofrecerle nuestras obras como moneda porque Dios es bueno. Si uno es hijo de Dios, lo tiene todo. Dios le está atento como un padre cariñoso y para quien nada es imposible.
Entonces, ¿qué es una obra de fe? Distinto a la obra de mérito, la de fe no obliga a Dios, ni se realice para "recibir" algo aunque tenga esperanza. El cristiano por naturaleza constantemente está haciendo obras de fe y, al mismo tiempo, cree que nada merecen porque entiende que su obediencia no puede ganar la salvación, sino que su salvación descansa en la misericordia y la gracia de Dios. Una obra de fe es como la oración en la que uno pide con humildad y de acuerdo con la voluntad de Dios.
La fe es una obra. En Juan 6:28-29, Jesús nos indica que la fe era obra de Dios. "Entonces le dijeron: ¿qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? Respondió Jesús les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que el ha enviado". Otras obras de fe que Dios nos pide incluyen el arrepentimiento y la confesión, como en Hechos 17:30 y Romanos 10:9-10. A pesar de que Dios pide tales obras (fe, arrepentimiento y confesión), no son obras de mérito, ni pueden ganar la salvación. Sin embargo, son obras que Dios ha mandado para que, por medio de ellas, recibamos la salvación. Después de todo, la salvación todavía sigue siendo por la gracia y la misericordia de Dios.
EL BAUTISMO ES UNA OBRA DE FE
Lo que la Biblia dice de fe, arrepentimiento y confesión, también lo dice del bautismo. El bautismo requiere fe. Cristo afirmó esto en Marcos 16:16 cuando dijo, "El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado". La fe es una parte esencial del bautismo, según explicó Felipe al eunuco: "Aquí hay agua; ¿que impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes" (Hech. 8:36-37).
El eunuco no estaba ganando su salvación cuando se bautizó, sino que su bautismo era una expresión de su fe por medio de la cual recibió gratis la salvación. En bautizarse por fe, uno recibe el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo, "Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre del Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo" (Hech. 2:38). El sumergido se incorpora en Cristo, se reviste de Cristo y se resucite con Cristo a una nueva vida (Rom. 6:3-4; Gál. 3:27).
El bautismo no es una obra de mérito como dice Tito 3:4-5. Dios nos salva "por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo", siendo la palabra "lavamiento" una figura clara del bautismo. El texto claramente dice que no nos salva por "obras de justicia", o sea, obras de mérito humano. El bautismo no es una obra de justicia realizado para ganar o merecer la salvación. No existe ningún versículo en la Biblia que señala el bautismo como obra de mérito, por la cual Dios nos debe la salvación. Sino como fe, arrepentimiento, y confesión, el bautismo es simplemente un acto de fe en cual momento recibimos la salvación.
EL BAUTISMO ES LA OBRA DE DIOS
Como Dios obró en la creación, obra en el bautismo con el resultado de una nueva creación. Somos sepultados y resucitados con Cristo "mediante la fe en el poder de Dios" (Col. 2:12). Es obra de Dios y no de los hombres porque el hombre está muerto. Colosenses 2:13 dice, "Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con el, perdonándoos todos los pecados". ¡Qué cosa! El hombre está muerto. Dios lo vivifica, perdonándole sus pecados. Por lo tanto, es Dios quien le salva y no el mismo, y lo hace por medio del lavamiento de regeneración y renovación en el Espíritu Santo (Tito 3:5).
EL BAUTISMO ES UNA CIRUGÍA ESPIRITUAL
Cristo es nuestro cirujano y el bautismo es su operación. Para un paciente someterse a una operación, requiere fe en los talentos y capacidades del médico. El paciente no se opera a sí mismo ni merece su salud por el mero hecho de haberse sometido a una operación, sino que la debe al cirujano. Es por su fe en Dios y por creer en el sacrificio de Jesucristo por sus pecados que le motiva al pecador a someterse a la operación espiritual del bautismo, en el cual Dios obra su maravillosa parte de limpiarnos por la sangre de Cristo y nos regenera en el Espíritu Santo.
EN RESUMEN
Cuando uno entiende que el bautismo es obra de fe y no de mérito, que es obra de Dios y no del hombre, que sólo es el momento cuando uno recibe la salvación, no un esfuerzo por ganarse la salvación, entonces uno cesa de rechazar la enseñanza bíblica de que el bautismo es necesario para la salvación. En vez de rechazar el bautismo bíblico, rechaza mejor el concepto de que el bautismo es una obra de mérito.
El bautismo es el acto de fe más pasivo en el proceso de recibir a Cristo. Creer, arrepentirse y confesar a Cristo son cosas que uno hace, pero el bautismo es cosa que le hacen. La fe, el arrepentimiento y la confesión requieren acción de su parte, pero el bautismo es la parte más pasiva de la fe, cuando uno se somete al poder de Dios de obrar en su vida (Col. 2:12). Si uno protesta el bautismo por ser una obra, entonces también debe de protestar la fe, el arrepentimiento y la confesión que también son obras.
Hasta el mismo Martín Lutero, cuando inventó la expresión "salvación por fe sola" entendió que la salvación por gracia por medio de la fe no excluye la necesidad de bautizarse. En respuesta a la pregunta, "¿Cuáles dones o beneficios trae el bautismo?, Lutero respondió en su Catecismo Pequeño, "Trae el perdón de pecados". También escribió del pecador, "Por medio del bautismo es bañado en la sangre de Cristo y limpiado de pecados". Escribió, "Para ponerlo más simple, el poder, el efecto, el beneficio, el fruto y el propósito del bautismo es salvar". Para responder a aquellos que quieren llamarlo salvación por obras, dijo: "Sí, es verdad que nuestras obras no tienen valor alguno para la salvación. El bautismo, sin embargo, no es nuestra obra sino de Dios" (Citado de Bautismo Para Perdón de Pecados, Jack W. Cottrell, College Press, 1990, pág. 32-24).
En respuesta a aquellos que dicen que el bautismo es obra y que no somos salvos por obras, contestamos que el bautismo es obra de Dios y somos salvos por fe en la obra de Dios.
Usted, ¿se ha sometido a la obra de Dios? Si usted cree que Jesús murió en la cruz por sus pecados, se ha arrepentido de sus pecados y está dispuesto a confesar su fe en El como Hijo de Dios, usted puede recibir hoy mismo la obra de Dios en su vida. "Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre" (Hech. 22:16).
Cuestionario
¡Se requiere JavaScript para que funcione la auto-corrección!
Al terminiar el cursos, tendrá aceso al diploma. ![]()
© Todos los derechos reservados