El Derecho y el Privilegio de Gobernarse
En el primer siglo los apóstoles dieron a cada iglesia el derecho y el privilegio de gobernarse a si mismo, o sea, la autonomía, pero poco a poco, las iglesias iban cediendo esta cualidad a las iglesias de los pueblos más importantes, y, finalmente a la jerarquía de la iglesia católica que iba a ejercer su dominio tiránico hasta que llegó la reforma.
La Autonomía según la Biblia
La palabra autonomía está compuesta de dos palabras: autos que significa “por sí mismo” y nomos que quiere decir ley o regla. La autonomía es la capacidad de una iglesia de gobernarse a si misma sin la intervención de personas u organizaciones de afuera. Vamos a considerar a varios textos bíblicos que enseñan esta doctrina.
La Autonomía en Hechos 14:23
La primera es Hechos 14:23 que dice: “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído”. ¿Puedes encontrar autonomía es este versículo? Pablo y Bernabé ayudaron a cada iglesia que fundaron a elegir ancianos. El griego traducir constituir es levantar la mano, eligieron a ancianos. No eligieron a un sólo anciano en cada iglesia ni eligieron a unos ancianos sobre varias iglesias, sino una pluralidad de ancianos en cada iglesia. ¿Para que sirven los ancianos? 1 Timoteo 5:17 explica, “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar”. Varios ancianos gobernando una iglesia es la forma bíblica de una iglesia con autonomía.
La Autonomía en Hechos 20:28
Encontramos la autonomía también en Hechos 20:28, “Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”. ¿Qué hay de autonomía en este versículo? ¿De cuál iglesia habla Pablo? ¿La iglesia universal? ¿Regional or local? Estos obispos eran los ancianos mencionados en el versículo 17, los cuales eran de la iglesia en Efeso. Por lo tanto, la única iglesia que debían apacentar (pastorear) era la iglesia (una sola) de Efeso. No les tocaba apacentar a los hermanos en Seria, Macedonia, Arcaiya ni en Roma. Por lo tanto, la iglesia en Efeso tenía autonomía de las personas de otro lado tratando de dirigir los asuntos de la iglesia en Efeso. A estos ancianos les tocaba defender la iglesia de los lobos rapaces mencionados en el versículo 29 y de disciplinar a los mismos ancianos de la iglesia en Efeso que iban a hablar cosas perversas para arrastrar a los discípulos detrás de ellos (versículo 30).
La Autonomía en 1 Pedro 5:2
Por último tenemos 1 Pedro 5:2 que habla de la autonomía de la iglesia. “Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto”. Pedro pidió a los ancianos a cuidar “la grey de Dios que está entre vosotros”. La grey es la iglesia de Dios. La grey es singular. ¿Sería la iglesia universal, regional, o local? Me parece que “entre vosotros” se refiere a una iglesia local. La carta de Pedro era universal, pero cada cristiano pertenecía a una iglesia local. Cada grey de Dios era autónoma.
Ninguna Iglesia es Autónoma de Dios
Cada iglesia necesita sujetarse a dos autoridades diferentes. La primera es la autoridad de Dios y de Jesucristo. Jesús es la cabeza de la iglesia y dio mandamientos a la iglesia. Allí la iglesia no tiene autonomía, sino está sujeta a la ley de Cristo (Rom. 8:2; 1 Cor. 9:21 y Gál. 6:2). No hay autonomía en cuanto a la doctrina, sino una obediencia obligada. La autonomía de la iglesia trata de la conveniencia de la iglesia en asuntos no especificados por Cristo y puede usar su mejor juicio de cómo proceder.
La Autonomía y el Concilio
La iglesia bíblica tiene autonomía para gobernarse a si misma en administrar la iglesia. Las sectas no tienen autonomía, sino una organización central es dueña de su propiedad (su edificio) y le dice lo que puede o no puede hacer. Además la iglesia bíblica tiene la autonomía para disciplinarse a sus miembros sin tener que rendir cuenta a nadie sino sólo a Dios. Puede despedir a su ministro y dar empleo a otro según cree mejor. Una iglesia bíblica sostiene a si misma.
La Autonomía y la Cooperación
Una iglesia autónoma puede pedir la cooperación de otras iglesias ya que todos los cristianos somos familia. Allí es donde nuestros hermanos anti quieren introducir su ley de hombre de que “cada iglesia tiene que hacer su propio trabajo”. Los Antis son como espías, buscando esclavizar a las iglesias (Gál. 2:1-10). La Biblia no dice en ninguna parte esta ley anti de “cada iglesia tiene que hacer su propio trabajo”. Por algo ganaron el nombre: los hermanos anti-cooperación. Es una falsa autonomía porque aceptar la ayuda es voluntaria, no obligada. La iglesia no es esclava del que ofrece una ayuda, ni es dueña de otra iglesia que recibe la ayuda. Si la iglesia paga su factura de agua a una agencia, no pierde su autonomía, ni tampoco si coopera con otra iglesia aportando dinero u otros efectos físicos. Los hermanos anti preguntan por dónde está el ejemplo de una iglesia cooperando con otro iglesia. El mandamiento de que nos amemos unos a otros es suficiente de autorizar la cooperación de dos o mas iglesias hermanas, a menos que la cooperación viene con exigencias. La autonomía sólo significa que una iglesia no está obligada a acatar los órdenes de otra iglesia.
Establecieron Iglesias Antónomas
Bernabé y Saulo fueron enviados por el Espíritu Santo y por la iglesia en Antioquía (Hech. 13:1-3, pero los hermanos en las iglesias que fueron establecidas por esta obra misionera no tenían a la iglesia en Antioquía como la iglesia madre, sino que cada iglesia nueva estaba desde su nacimiento una iglesia autónoma.
Los Concilios y la Esclavitud
Las iglesias sectarias tienen que pasar la escritura de su propiedad al concilio (muchas evangelistas practican el negocio de levantar iglesias para luego venderlas al concilio). De allí en adelante, cada iglesia tiene que entregar un diezmo de lo que recogen al concilio. De vez en cuando tienen que enviar un delegado a la convención del concilio para votar sobre asuntos de fe y práctica de la secta, y si el concilio decida admitir a homosexuales como pastores, las iglesia locales, las cuales cedieron su autonomía, tiene que aceptar estas decisiones aunque no estén de acuerdo con la Palabra de Dios.
No Hubieron Concilios en la Era Apostólico
En el Nuevo Testamento, las iglesias no tenían concilios, ni organizaciones centrales, ni sínodos, ni nada por el estilo, porque cada iglesia era autónoma. El título “Concilio en Jerusalén” que aparecen en la Biblia Reina Valera 1960 fue un invento de la sociedad publicadora, pero esta palabra no figura en dicho capítulo. El único concilio en el Nuevo Testamento era el concilio de los judíos que condenaron a Jesús y persiguieron a los apóstoles.
La Reunión de Hechos 15 no era un Concilio
Cuando Pablo y Bernabé tuvieron una discusión no pequeña con los judaizantes anti en la iglesia de Antioquía (Hechos 15), decidieron llevar el asunto a los apóstoles y ancianos en Jerusalén, una decisión muy sabía. La iglesia en Antioquía pudo haber mandando a los judaizantes anti a marcharse. Pablo como apóstol pudo haberlo hecho también, pero la iglesia en Antioquía pidió la ayuda de la iglesia en Jerusalén en resolver este problema. La reunión en Jerusalén no era la reunión de un concilio, sino de apóstoles con los ancianos y Jacobo. Los apóstoles eran inspirados por el Espíritu Santo (Jn. 16:13) y la decisión aparecía bien al Espíritu Santo y a ellos (Hech. 15:28). Hoy en día los concilios no cuentan con personas inspiradas por el Espíritu Santo, sino con hombres falibles e ignorantes de las Escrituras - pues, pertenecer a un concilio es prueba de su ignorancia de las Escrituras. Pablo y Bernabé llevaron la carta hecha por los hermanos en Jerusalén a la iglesia en Antioquía que no era otra cosa sino una cooperación en ayudar aquellos hermanos. La autonomía es importante, pero el amor en la familia de Dios es más importante. Cuando el sacerdote y el levita pasaron de lejos al que cayó entre ladrones y dejado por muerto, ellos tenían autonomía, pero no tenían amor (Lucas 10:25-37). La iglesia es una sola familia no importa dónde en el mundo se reúne. Es nuestra familia y somos miembros los unos de los otros. Cuando uno sufre, todos sufrimos.