Este libro revela la mente de Dios, el estado moral y espiritual del hombre, el camino de salvación, el castigo del pecador no redimido y la bienaventuranza del creyente. Sus doctrinas son santas, sus preceptos obligatorios, sus historias verdaderas y sus decisiones inmutables.
Léalo para ser sabio, créalo para estar seguro, practíquelo para ser santo. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que alegra. Es mapa del viajero, báculo del peregrino, brújula del navegante, espada del soldado y la carta magna del cristiano.
En la Biblia está el Paraíso restaurado, el cielo abierto y las puertas del infierno descubiertas. Cristo es su gran tema, nuestra salvación su buen propósito y la gloria de Dios su meta. Debe ocupar la mente, gobernar el corazón y guiar los pies. Léalo con lentitud, con frecuencia y con oración.
Es mina de prosperidad, un paraíso de gloria y un río de placer. Nos es dado en esta vida, será abierto en el juicio y será recordado eternamente. Trata del deber más grande, recompensará la labor más excelente y condenará a todo aquél que juega con su sagrado contenido.