COOPERACION CONGREGACIONAL

por J. Luther Dabney

Dentro de los últimos años, la iglesia ha alzado sus ojos para ver los campos blancos para la siega. No hay cuestión de que estamos atrasados en esta visión que nos mandó el Señor cuando estaba en Samaria. Pero en nuestra generación, sólo fue cuando terminó la Segunda Guerra mundial que hemos empezado a ver las posibilidades y responsabilidades que tenemos. Tuvo que haber una guerra terrible para enseñarnos que somos grandianes de nuestros hermanos. Cuando la iglesia empezó a ver las oportunidades en otras partes del mundo, llegó también a reconocer que la tarea era más grande que la capacidad de una sola iglesia. Esto creó la necesidad de unir nuestros esfuerzos. Cuando predicadores fueron a Alemania, Italia y Japón, cuando había que alquilar edificios, pagar gastos de viajes, construir edificios y enviar todavía más evangelistas, los gastos eran más de lo que una sola iglesias podía suplir. Las iglesias empezaron a cooperar y unir sus recursos. No pensaron mucho para calcular todos las tecnicalidades relacionados sino que probaron varios métodos. Algunos fueron cambiados, otros alterados por necesidades prácticos. Entonces se escuchaba por allá en una esquina el grito, "No es bíblico; No es bíblico". El programa de Heraldo de la Verdad salió de una sola congregación en Abilene, Texas, pero otras iglesias le dieron su apoyo económico, y, sin lugar duda, se ha hecho mucho bien. Pero aquí también se escuchaba el grito, "No es bíblico; No es bíblico".

Levantaron varias protestas pero la principal que se escucha es que no es correcto que una iglesia contribuye a otra iglesia para sostener una obra así porque peligra la autonomía de la iglesia que contribuye. Aunque no se puede encontrar la palabra autonomía en el Nuevo Testamento, porque es una palabra especial traído de Asdod para la ocasión. Por ella quieren decir que si una iglesia envía fondos a otra iglesia para gastar en la obra misionera, la iglesia que envía pierde su autoridad. No importa que lo que se hace es indicado por el Señor en un mandamiento como "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura", una congregación tan pequeña que no puede hacerlo, según estos hermanos, no puede enviar dinero a otra para ayudarla otra hacerlo porque sacrificaría su autonomía. Para mí, esto me suena más bien como la charla de Roma que una queja del Señor. Así fue que empezó la apostasía en el prinicipio. Los ancianos sólo tienen la autoridad que el Señor les dió pero también son responsables por la gran comisión. A ellos, no se le ocurre asustarse por no cumplir con la gran comisión sino que envuelvan sus talentos en un pañuelo y los esconden en la tierra, y nadie se molesta. Pero, ¿qué sucede si alguien se esfuerse para hacer lo que el Señor hace tiempo nos mandó? Y ¿cuántos evangelistas sostienen ellos en campos misioneros? Creo en la importancia del mandamiento de predicar el evangelio a toda cristura, y que el mandamiento lleva por dentro la autoridad para usar cualquier método que sea efectivo. Más que esto, creo que las iglesias del primero siglo hicieron exactamente lo mismo que estamos haciendo hoy por cooperar. En aquél entonces, una pluralidad de iglesias dieron a una iglesia que recibía y enviaba. Considera lo que sigue:

El predicador en misión al extranjero no era ningún otro sino el apóstol Pablo. Recientemente había establecido iglesias en Filipos, Tesalónica, Berea y Atenas. La historia de su trabajo está registrada en Hechos 16-18. Ahora está en Corinto y no recibe ninguna conpensación de parte de los corintios, y está pasando mal rato. ¿Le enviaron ayuda las igleisas que había establecido? Y si le enviaron, ¿le fue enviado los fondos directamente de ellas a Pablo? ¿O le fueron enviados los fondos por medio de una iglesia que recibía y enviaba?

Más tarde escribió a los corintios, "¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuando os he predicado el evangelio de Dios de balde? He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para servios a vosotros. Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso" (2 Cor. 11:7-9). De estos, lo siguiente nos parece como cierto: (1) Una pluralidad de iglesias ayudaron a Pablo, no una sola; (2) Pablo recibió una sola ofrenda mientras estaba en Corinto - de haber recibido más, Pablo estaba moralmente obligado a mencionarlo; (3) la ofrenda provino de una pluralidad de iglesias cuando los hermanos vinieron de Macedonia a Corinto. La pregunta es la siguiente: ¿Fue enviado la contribución directamente a Pablo por los hermanos? o ¿Fue enviado a una sola congregación que recibieron los fondos para remitirlos a Pablo?

Sería de beneficio saber quiénes eran los hermanos. "Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judios que Jesús era el Cristo" (Hech. 18:5). Se habían quedado en Macedonia cuando Pablo fue a Corinto: "Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí" (Hech. 17:14). Eso era cuando Pablo salió de Macedonia.

Cuando Pablo escribió a la iglesia de Filipos, le dió crédito por enviarle una ofrenda, y dijo: "Sin embargo, bien hicisteis en participar conmigo en mi tribulación. Y sabéis también vosotros, oh filipneses, que al principio de la predicación del evangelio, cuando partí de Macedonia, ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos" (Fil. 4:14-15). Cuando Pablo partió de Macedonia, no salió de Filipos sino de Berea (Hech. 17:10-15). La palabras griegas, "hote ekselthon" (cuando partí) pueden señalar el comienzo de una acción, el fin de la acción, o a un tiempo indefinido en un periódo especificado. El periódo empezó cuando Pablo partió de Macedonia y terminó cuando Silas y Timoteo llegaron, trayendo la ofrenda de las iglesias.

Algunos entienden que había más de una ofrenda, y que la ofrenda mencionada en 2 Cor. 11:7-9 no era la misma que se menciona en Fil. 4:14-15. La iglesia en Filipos enviaron en DOS ocasiones para ayudar a Pablo cuando estaba en Tesalónica, "Pues aun a Tesalónica me enviastéis una y otra vez para mis necesidades". No hay mención de otros donativos. Sólo especifió a dos lugares: Tesalónica y Corinto. Si la ofrenda fue hecha por Filipos cuando Pablo salió de Berea, esto requiere mucha explicación porque Pablo salió con gran apuro: "Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar;" (Hech. 17:14). Como Filipos queda distante, pudo haber hecho un donativo sólo por la providencia o por accidente debido al falto de tiempo. Además, si la contribución fue hecho en este momento, Pablo no estaría reconociendo los donativos que recibió en Corinto, y eso cuando estaba mencionándolos en agradecimiento.

Esto nos lleva a la aparente contradicción. Pablo escribió a Corinto, "He despojado a otras iglesias, recibiendo salario" pero a Filipos escribió, "ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir, sino vosotros solos". ¿Vamos a acusar a Pablo de enredarse y contradecirse? Favor de estudiar bien el texto. "ninguna iglesia participó conmigo en razón de dar y recibir ". En Barry's Greek Interlinear, la palabra "razón" parece traducido por "cuenta". Si solo se entiende "dar" hay una contradicción, porque otras iglesias dieron, pero si la iglesia en Filipos recibía fondos para la "cuenta" y luego los remitían a Pablo, no hay ninguna contradicción. Entonces cuando recordamos que Pablo mencionó a "las otras iglesias", especificó que era cuando Silas y Timoteo vinieron con el donativo de Macedonia donde estaban situatadas las iglesias de Filipos, Tesalónica y Berea. Es fácil ver que todas estas iglesias contribuían pero sólo la iglesia en Filipos operaba la cuenta. ¿Y qué? La cosa precisa que algunos hermanos protestan era el proceder de las iglesias de Macedonia de aquel entonces. Las iglesias hoy envían sus contribuciones a Lubbock, Abilene y Brownfield y a otros lugares logrando grandes tareas para el Señor y están haciendo lo mismo que hicieron las iglesias de Macedonia cuando ayudaron a Pablo en Corinto.

Es imposible cuestionar que esta es la mejor forma de hacer la obra, y es bíblico también. No hay otra organización que la iglesia local. No se malgasta los fondos. Algunos hablan de enviar los fondos directamente al evangelista en el campo misionero. En tal caso, nadie sabe cuánto se le envía sino sólo el evangelista, ni se sabe qué hace con los fondos. En la práctica, este sistema fracasa porque siempre deja el evangelista abandonado en un país extranjero.

(Para una discusión más técnica de estos versículos en el griego, le recomiendo el artículo que escribió el Hno. J.W. Roberts para la revista Gospel Advocate).