1918 - 2001
Por Qué Dejé la Iglesia del Nazareno
por Waymon D. Miller, 1949
traducido y editado por ENDR, 2019
Tenía unos seis años. En mi casa en North Little Rock, Arkansas, un día mi hermano mayor y yo estábamos jugando en el patio de nuestra casa. El pastor de la iglesia nazarena pasó y nos preguntó: "¿ Asisten a alguna iglesia?" Al responder que no, preguntó a nuestra madre si podía venir a buscarnos para ir a la escuela dominical el próximo domingo. Ella dio su consentimiento. Mi abuelo estaba de cama durante sus últimos años y la gente nazarena con mucho celo llevaron a cabo reuniones de oración en nuestra casa en beneficio de mi abuelo. Esto fue una fuente de alegría e inspiración para él mientras vivía. Pronto mi madre, mis dos hermanos y yo nos convertimos en miembros de esta iglesia. Fui Nazareno por diez años. Me ayudaron mucho en mi formación cristiana, la cual conservo.
Sucede que mis padres habían sido miembros de la iglesia de Cristo, pero luego perdieron interés y la iglesia dejó de existir en nuestro pueblo. Aunque mi madre y mis hermanos éramos nazarenos, mi padre nunca estuvo de acuerdo con ellos. A los dieciséis años, me sentí insatisfecho con la enseñanzas de los nazarenos y por mi propia voluntad deje de ir. Había muchas razones por eso, pero no fui a ninguna iglesia como por un año. Entonces mi padre me instó a asistir a la iglesia de Cristo en un pueblo cercano.
Al principio no me impresionó la idea de asistir a la iglesia de Cristo. No sabía casi nada acerca de la iglesia de Cristo, pero había escuchado a muchas personas hablar mal de ella y ya sentí rechazo a esta gente. Me habían enseñado a evitar a esta iglesia por ser muy estricta e intolerante. Ya me habían envenenado casi por completo. Me parecía que para creer como ellos, era mejor no tener religión ninguna.
La primera vez que asistí a la iglesia de Cristo era para mi una gran sorpresa. El culto me impresionó mucho porque fue muy sencillo y sin pretensiones. El mensaje me atrajo la atención. El mensaje de evangelio me despertó una curiosidad y comencé a preguntarme cuál era la diferencia entre la forma en que predicaba y la forma de predicar a la que estaba acostumbrado. Pasé mucho tiempo meditando en aquel mensaje del evangelio. Era diferente e inquietó mi corazón. Al fin, me di cuenta de lo que era. Por insignificante que fuera la enseñanza, tenían un versículo bíblico para verificar su certeza. Nunca me había encontrado con una religión que pudiera sostener cada fase y punto con la palabra de Dios. Eso me atrajo.
No fue fácil abandonar la Iglesia Nazarena. Nunca es fácil apartarse del error. Puedo simpatizar con las personas que son miembros de una institución humana y con los sacrificios que son necesarios para aceptar la verdad. Pertenecer a una religión desde su juventud envuelve muchas apego sentimental. Puede perder a muchas amistades. Yo pasé por eso. Algunos se vuelven enemigos, pero vale la pena aceptar la verdad de Cristo. Puede que cuenta con poca familia en la iglesia y eso me pasó a mi. Pero, si no está dispuesto a someterse a sacrificios, no puede ser discípulo del Señor. No puedo hablar mal del pueblo nazareno. Muchos de ellos todavía son mis amigos íntimos. Tengo a las personas nazarenas en la más alta estima. No me opongo a ellos, pero me opongo a la doctrina errónea que sostienen. Puedo decir sinceramente que en el pueblo nazareno se encuentra entre las personas más conscientes, celosas y sinceras que hay. No los dejé porque les faltaba estas cualidades, sino porque sabía que la buena conciencia, celo y fervor no eran suficientes. Una persona puede tener todo esto sin obedecer a Dios. Esto se ilustra en la vida del apóstol Pablo, en su persecución de la iglesia antes de su conversión (Hech. 23: 1; 26: 9-11).
1. El Origen de los Nazarenos
Será imposible contar todas las razones por las cuales dejé la iglesia nazarena, pero ofrezco algunas doctrinas de dicha iglesia, las cuales no pude reconciliar con las Escrituras.
Como consecuencia del movimiento de santidad wesleyana en Inglaterra, comenzó el movimiento de santidad en EEUU. Tengo el manual oficial de la iglesia nazarena para citar para no tergiversar ningún detalle de su enseñanza. Dice: "El 12 de mayo de 1886, varios hermanos en Providence, Rhode Island, interesados en promover la doctrina y experiencia wesleyana de la santificación entera, organizaron y celebraron cultos religiosos semanales" (pág. 15). "En octubre de 1895, varias personas, bajo el liderazgo de la Rev. Phineas F. Bresee, DD, y la Rev. JP Widney, LL.D., formaron la Primera Iglesia del Nazareno en Los ángeles, California, con ciento treinta y cinco miembros fundadores "(pág. 17). El Manual explica cuándo y el motivo de establecer la iglesia nazarena y por esta razón no puedo ser miembro de dicha iglesia. ¿ Por qué? Presento tres razones extraídas de las citas anteriores.
2. Fue Fundada por un Propósito Equivocado
El movimiento nazareno comenzó con el propósito de promover la doctrina wesleyana que viene siendo la teología peculiar de John Wesley. Por estudiar la Biblia, entiendo que es incorrecta cualquier iglesia fundada sobre las ideas y opiniones humanas. El apóstol Pablo declaró: "Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, que es Jesucristo" (1 Cor. 3:11). Jesús es el fundamento de la iglesia del Nuevo Testamento. Ninguna otra base es aceptable. Jesús enfáticamente declaró: "Y en vano me adoran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres" (Mat. 15:9). La iglesia nazarena fue establecida para enseñar la doctrina de John Wesley. Jesús dijo que los que hacen eso, adorarían en vano. Luego, considere la advertencia de Pablo: “Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gál. 1:8). Si se predica algo más que lo que ha sido declarado por inspiración, tanto el predicador como el receptor serán condenados. Por lo tanto, no podría suscribirme más a las doctrinas de John Wesley, porque no fueron predicadas por ningún predicador inspirado del tiempo apostólico. Mientras que la iglesia nazarena fue fundada para promover las enseñanzas de John Wesley, la iglesia del Nuevo Testamento se estableció y existe hoy con el único propósito de proclamar y promulgar el evangelio sencillo de Cristo (Ef. 3:10).
3. Establecida en el Lugar Equivocado
La Iglesia del Nazareno fue establecida en 1895 por dos predicadores y ciento treinta y cinco miembros fundadores en la ciudad de Los ángeles, California. Sin embargo, según Hechos 2, la iglesia del Nuevo Testamento fue establecida en Jerusalén. Los ángeles, CA, queda muy lejos de Jerusalén. La iglesia del Nuevo Testamento se estableció en el año 33 d. C. y la iglesia nazarena en 1895. Jesús no murió para redimir y comprar la iglesia nazarena (Ef. 5:25; Hech. 20:28). Por lo tanto, la iglesia nazarena es de origen humano. Jesús dijo: "Sobre esta roca edificaré mi iglesia ..." (Mat. 16:18). ¡Jesús es el constructor de la iglesia verdadera y no los hombres mencionados en este manual! Por lo tanto, yo no podía aceptar más la doctrina nazarena, porque se fundó en el lugar equivocado, en el año equivocado y por las personas equivocadas. Por estas dos razones, la iglesia nazarena no es la iglesia del Nuevo Testamento.
4. La Depravación Total Heredada
La doctrina peculiar más importante de la iglesia del Nazareno es la depravación total heredada. Es una expresión que tiene un significado sencillo y diabólico. Heredada significa al nacer. Total significa absoluto o completo. Depravación significa malvado, corrupto, alejado de Dios y un estado de condenación espiritual. Al sumar, tenemos la doctrina más importante de la iglesia nazarena: que por haber nacido, uno es completamente malvado y abandonado por Dios. La condición espiritual de uno al nacer es malvado de corazón y alejado de Dios. Esta condición también se llama la naturaleza adámica. Es imposible enfatizar de más la importancia de esta enseñanza para a las doctrinas de santidad de Juan Wesley porque sin esta, las demás doctrinas de santidad caen.
En la página 27 del manual (el credo nazareno), bajo el título Pecado o Depravación Original se encuentra la siguiente expresión: "Creemos que el pecado original, o depravación, es la corrupción de la naturaleza de todos los descendientes de Adán, por lo cual cada uno está muy lejos de la justicia original y del estado puro de nuestros primeros padres en el momento de su creación, es contrario a Dios, no tiene vida espiritual, y está inclinado al mal, y eso continuamente; y que continúa existiendo con la nueva vida de los regenerados hasta ser erradicado por el bautismo con el Espíritu Santo". Esta es la doctrina de la depravación total heredada de la iglesia nazarena, la cual no es bíblica. Evidentemente esta doctrina se originó con Agustín en el siglo IV, pero nunca se enseñó tan extensamente hasta la época de John Wesley. Wesley desarrolló y amplió esta doctrina y es la base de todas las sectas de santidad. Esta falsa doctrina concebida en la mente de Agustín y amplificada por Wesley, abrió el camino a otras doctrinas falsas. El error es así. Al iniciar un error, hay que inventar otros para acomodarla.
Juan Wesley dijo: "Toda persona cuando nace en el mundo lleva la imagen del diablo, con orgullo y voluntad propia; la imagen de la bestia, con apetitos y deseos sensuales" (Sermones de Wesley, Volumen II, pág. 266). Otra cita de Wesley dice: "Estamos condenados antes de que hayamos hecho el bien o el mal, y bajo maldición antes de saber lo qué es" (Original Sins, Wesley, pág. 340). El pecado original (la depravación) fomentó varias otras falsas doctrinas. Si un hombre nació totalmente depravado, Wesley enseñó que nada menos que un milagro de Dios podría salvarlo, de ahí empieza la doctrina de la operación directa del Espíritu Santo. De ahí sale la doctrina de la santificación como segunda bendición que quita esta naturaleza depravada. De ahí empieza la doctrina de la perfección cristiana que resulta cuando el Espíritu Santo quita la imagen del diablo. Todas estas falsas doctrinas dependen de la doctrina falsa de la depravación total heredada.
¿ Qué dice la Biblia? ¿ Enseña la Biblia que, por el pecado de Adán, todos nacen en pecado, portando “la imagen del diablo” y "condenados antes de que hayan hecho el bien o el mal"? ¡No! El apóstol Pablo escribió: "Por lo tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" (Rom. 5:12). El versículo citado no favorece la doctrina wesleyana porque dice: "por cuanto todos pecaron". No dice: “por cuanto Adán pecó”. Si lo hubiera dicho, entonces la doctrina nazarena sería cierta, pero no lo dice. Tampoco dice que la imagen del diablo pasó a todos los hombres, por cuanto Adán pecó. Observe también los versículos diecisiete y dieciocho. El argumento de Pablo es que Adán trajo el pecado y la muerte al mundo y que Jesús vino a quitar la muerte y sacar a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio (2 Tim. 1:10). Si todos nacen en pecado debido a la transgresión de Adán, entonces, desde la muerte de Cristo, todos nacen redimidos, ¡ya que la obra de Cristo destruyó el efecto del pecado de Adán! Si aceptamos la doctrina de la depravación total heredada, tendremos que aceptar también la salvación universal. ¿ Nacen las personas perdidas en pecado como Wesley imaginó? Cristo mismo era un descendiente del linaje de Adán. Según la teología nazarena, Jesucristo vino al mundo con "la imagen del diablo" y, por lo tanto, contaminado a menos que aceptáramos la doctrina católica de la Concepción Inmaculada. La doctrina católica enseña que todos heredan el pecado de Adán, pero Dios purificó milagrosamente a la virgen María antes del nacimiento del Salvador. Pero esta doctrina es falsa. Pedro dijo que Jesús "no cometió pecado" (1 Pedro 2:22), ¡por lo tanto, es falsa la doctrina de heredar el pecado de Adán!
Las Escrituras niegan esta doctrina absurda. "El hijo no llevará la culpa del padre" (Ezequiel 18:20). Los nazarenos afirman que el pecado pasó desde Adán del padre al hijo. Sin embargo, Ezequiel dice lo contrario: "el hijo no llevará la culpa del padre" Por lo tanto, el pecado no se hereda. La doctrina nazarena afirma que uno nace en pecado, inclinado al mal continuamente. La Biblia lo niega. Ezequiel nuevamente proclamó: “Perfecto eres en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad” (Ezequiel 28:15). Uno es perfecto hasta que el pecado se encuentre en uno. La doctrina nazarena lo invierte y afirma que uno nace pecador, el pecado permanece en uno hasta que uno es primero salvo y luego santificado. Entonces uno es perfecto. Pablo enseñó que uno es pecador debido a su propia maldad y perdido por sus propios pecados. El pecado propio es lo que condena a uno eternamente, no los pecados de Adán. Pablo dijo: "Y vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado" (Col. 1:21). ¿ Estaban los colosenses alejados de Dios por la transgresión de Adán? No. Estaban alejados por las malas obras que ellos hacían. Mis amigos de la Iglesia Nazarena no pueden aceptar este versículo, pero sus implicaciones son innegables. Yo creía que estaba separado de Dios por el pecado de Adán y que nací portando “la imagen del diablo", como escribió Wesley.
Pero, ¿ qué pasaría si, antes de que naciera su hijo, el padre ya había orado para salvarse y ya había recibido la “segunda bendición" para quitar la "imagen del diablo"? Entonces, según la teología nazarena, el hijo sería perfecto y sin pecado. ¡El hijo no pudo, entonces, heredar "la imagen del diablo" de su padre, porque la naturaleza pecaminosa del padre ya fue destruida. Si podemos heredar una naturaleza pecaminosa, ¿ por qué no podemos heredar una naturaleza justa? Si su padre fuera santificado (perfecto) y su madre aún conservara "la imagen del diablo", entonces el niño sería un enigma espiritual: mitad santo y mitad demonio. Estoy seguro de que los nazarenos no aceptarían esta conclusión. Sin embargo, esto demuestra que su doctrina no es bíblica ni razonable.
. La Santificación Entera
La doctrina de la santificación es la segunda parte de la santidad wesleyana. Si uno nació con "la imagen del diablo", debe haber alguna manera de eliminar esta imagen. Para eso los wesleyanos inventaron la doctrina de la santificación entera que también llaman la segunda bendición y otras expresiones similares.
Según la teología nazarena, una persona debe pasar al frente y orar hasta que sienta que sus pecados sean perdonados. Yo pasé por esta experiencia. Esta “primera bendición" ayuda, pero, Dios no ha completado su trabajo en esta experiencia, sino que uno debe regresar de nuevo para buscar la "segunda bendición" cuando Dios perdone el pecado de Adán. Esa es la santificación wesleyana. El manual nazareno dice: "Creemos que la santificación entera es el acto de Dios, posterior a la regeneración, por el cual los creyentes son liberados del pecado original o la depravación, y son llevados a un estado de devoción total a Dios, a la obediencia sagrada del amor hecho perfecto. Es realizada por el bautismo del Espíritu Santo, capacitando al creyente para la vida y el servicio" (Manual, pág. 29). Ahora, considere lo que implica tal teoría. Primero la persona es regenerada y luego, santificada. Antes de recibir la "segunda bendición", uno ya es un hijo de Dios, regenerado, pero todavía conserva "la imagen del diablo" porque todavía tiene el pecado original - la depravación hasta que reciba la experiencia de la segunda bendición que elimina esta depravación en el creyente. Si es así, supongo que debemos considerar al regenerado como un "creyente depravado”. Wesley todavía tiene al regenerado con un corazón lleno del pecado. No hay tal idea en las Escrituras. Además, la teoría de Wesley afirma que la santificación entera capacita al creyente para la vida y el servicio. Supongo, entonces, que antes de la santificación entera, el creyente no tiene vida ni sirve para nada. Tal doctrina es ridícula y absurda. La Biblia niega y refuta tales inventos teológicos. No son más que productos de la imaginación de John Wesley.
En la Biblia, la palabra santificar traduce el griego hagiazo. El erudito del griego, Thayer define el hagiazo como: "Hacer sagrado o santo, consagrar, hacer o reconocer como venerable, santificar, separarse de las cosas profanas y dedicarse a Dios, purificar por expiación, para purificar internamente por una reforma del alma”, (Léxico Griego-Inglés, Joseph M. Thayer, pág. 6). Por lo tanto, santificar significa "separarse de las cosas profanas y dedicarse a Dios" y así aparece en toda la Biblia. La Biblia enseña la santificación de los hijos de Dios, pero no con las ideas de Wesley que son muy diferentes. Los cristianos son una nación santa, separados del mundo y dedicados al servicio de Dios (I Ped. 2.9). Se apartan de las cosas inmundas y viven aceptables a Dios (2 Cor. 6:17). La Biblia explica que la santificación se efectúa mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo (Heb. 10:10) y en ninguna parte enseña que el bautismo del Espíritu Santo santifica, como afirman los nazarenos.
En la Biblia el Espíritu Santo nunca actuó directamente para salvar o santificar, pero los nazarenos afirman que hace ambas cosas. Consideremos otra escritura: ¿ ”No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de nuestro Dios "(1 Cor. 6:9-11). Los corintios eran pecadores y practicaron cosas mundanas, pero por obedecer el evangelio fueron lavados, santificados y justificados. Estos tres adverbios describen el resultado de obedecer al evangelio y suceden al mismo tiempo, pero según la enseñanza de la Iglesia del Nazareno, primero uno ora para ser justificado y luego uno ora para una segunda "experiencia" que santifica y perfecciona a uno. Según la Biblia, uno es lavado en la sangre del Cordero de Dios, santificado o apartado para el servicio de Dios, y justificado o aceptado con Dios y todo suceden al mismo momento. "Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados y libertados del pecados, vinisteis a ser siervos de la justicia" (Rom. 6:17-18 ) Antes eran siervos del pecado, pero obedecieron de corazón el evangelio de Cristo que entonces (no más tarde) los apartó (los santificó) al servicio de Dios. Esa es la manera bíblica es expresar la santificación.
6. La Perfección
Otra doctrina weslyana es la perfección. De acuerdo con la teología nazarena, cuando uno recibe la santificación, esto le permite vivir una vida perfecta sin nunca pecar. Escuché de un predicador nazareno profesar que nunca peca. Dijo: "Desde que he sido santificado, se ha borrado de mi corazón todo impulso y deseo de pecar.” Su afirmación es consistente con la doctrina nazarena que, según creen, la santificación elimina su deseo de pecar. Si fuera así, ¿ por que será que el manual de la iglesia nazarena establece un proceso para disciplinar para los “perfectos” cuando pecan? Es inconsistente. Todo predicador nazareno ordenado debe experimentar la santificación para eliminar todo pecado de su vida y testificar que está viviendo sin pecado. Pero el manual revela cómo un predicador nazareno puede ser expulsado si vive en pecado. Si en la santificación se elimina la naturaleza adámica y no tiene absolutamente ningún impulso de pecar, pero peca, ¿ con qué naturaleza cometió el pecado? No puede ser la naturaleza adámica, porque eso ya se le ha quitado. Por lo tanto, tiene que ser su naturaleza cristiana que le llevó al pecar. Los nazarenos retiran la comunión de aquellos cuya naturaleza adámica ha sido eliminada y que no tienen absolutamente ningún deseo, ningún impulso, de pecar, pero de alguna manera pecan. Esta doctrina es incompatible con las Escrituras.
¿ Qué enseña la Biblia acerca de la perfección cristiana? Hay varios usos diferentes del término "perfecto" en la Biblia. Puede significar la perfección absoluta o relativa. De la perfección absoluta, el término sólo aplica a Dios y nunca al hombre. El hombre es perfecto sólo en un sentido relativo. La idea de la perfección absoluta del hombre no aparece en la Biblia. Dios es nuestro ejemplo de cómo ser perfecto, pero jamás podemos llegar a tal perfección aunque tratamos. Pablo negó que fuera perfecto en absoluto (Fil. 3:12), pero reclama una perfección relativa (Fil. 3:15). El término perfecto también se usa para referirse a la madurez espiritual. Los hermanos hebreos tenían que dejar a un lado los primeros rudimentos de la doctrina de Cristo, y continuar hacia la perfección (Heb. 6:1). La Biblia niega que el hombre pueda lograr la perfección absoluta en esta vida. La escritura dice: "Porque no hay nadie que no peque" (I Rey. 8:46). También dice: "Porque no hay un hombre justo en la tierra que haga el bien y no peque" (Ecl. 7:20). Sin embargo, los predicadores nazarenos afirman: "Hago el bien y nunca tengo ningún impulso para pecar”. Según la Biblia, tal persona no existe.
¿ Cómo puede un cristiano obtener la perfección y la santidad? Pablo escribe: "Y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad" (Efe. 4:24). El nuevo hombre es creado a la imagen de Dios según la verdadera santidad y no la imaginación hipotética de Wesley. ¿ Cómo puede una persona recibir una naturaleza santa? El apóstol nos instruye a vestirnos del “nuevo hombre" (Rom. 6:3-6). En este pasaje, el apóstol habla del bautismo en agua en el acto que finaliza la conversión cuando uno "camina en la novedad de la vida". Al final de la conversión, el viejo hombre es crucificado y uno resucita de las aguas para vivir para Dios (6:6, 10). La santidad cristiana no es una segunda obra de gracia, sino recibida en la conversión cuando muere el “hombre viejo” y se viste del “hombre nuevo”. Por lo tanto, la santidad no es un misterio. La justicia y la santidad son sinónimos y ambas recibidas al convertirse.
7. El Banco del Llorar
La última doctrina que revisamos es el banco de llorar. Quita el banco de llorar de la iglesia Nazarena y de un solo golpe cae todas las doctrinas de santidad. Todas dependen de este concepto. Casi todos los negocios espirituales suceden allí en aquel banco. Allí oran hasta recibir la salvación. Allí buscan la segunda bendición. Allí oran para ser sanados. Allí oran por la salvación de sus amistades. Allí oran para el avivamiento que son demostraciones emocionales. Es verdad que en la iglesia Nazarena moderna ya no se ve el banco de llorar, pero todavía está presente. Es que lo han sustituido con arrodillarse en el altar o en una baranda al frente del auditorio. Todas las doctrinas de santidad dependen del banco de llorar.
Esta doctrina nazarena está equivocada, ridícula y absurda. Primero predican el evangelio e invitan a los pecadores a entregarse a Dios, explicando que corren el riesgo de perderse para siempre en el infierno y que deben entregarse ahora mismo. Los que aceptan pasan a frente donde les indica que deben arrodillarse y orar hasta que Dios les diera algún señal de que sean salvos. ¿ Cómo? Predican que Dios los está llamando, pero cuando pasaran al frente, como que Dios ya no tiene interés y son ellos los que tienen que llamar a Dios. Pueden ser salvos al instante, pero primero deben orar hasta sentirlo. ¿ Qué pasó? ¿ Cambió Dios de opinión? Ya llevan una hora orando, la reunión ya se terminó y no han sentido nada. Aceptaron a Dios pero Dios no les aceptó a ellos aparentemente. Se le asegura que Dios está dispuesto a salvarlos de acuerdo con Apocalipsis 3:20, pero ahora parece que Dios cambió de opinión. Le oran, le gritan, le lloran y le ruegan para que Dios los salve. Buscan lo que el predicador les aseguró, lo que se podía lograr al instante y de que Dios estaba dispuesto a hacerlo. Esperan, esperan, y nada. ¡Qué doctrina más absurda! La Biblia no enseña tal doctrina.
La Biblia no enseña a orar para el perdón de los pecados. Si alguien me presente con un solo versículo de la Biblia que enseña al pecador inconverso a orar para el perdón de sus pecados, yo regreso a la Iglesia Nazarena (detalle - el autor falleció en 2001 y no había regresado a la iglesia nazarena).
De todos los casos de conversión en el Nuevo Testamento, y en especial los que aparecen en el libro de los Hechos, ningún predicador del evangelio jamás instó a un pecador inconverso a orar para el perdón de sus pecados. Los predicadores del evangelio informaron a las personas lo que tenían que hacer para ser salvo. En el día de Pentecostés unos tres mil se salvaron (Hechos 2). ¡Pero en el registro bíblico del día de Pentecostés no aparece ni una sola oración de un penitente buscando la salvación! Al contrario, el procedimiento simple era como sigue: Pedro predicó el evangelio (versículos 14-17), exhortó a los oyentes a creer en Jesús como "Señor y Cristo" (versículo 36) y les ordenó a "arrepentirse y ser bautizados para el perdón de los pecados" (versículo 38). Los que lo hicieron estas cosas fueron salvados y añadidos a la iglesia del Señor (versículo 47). Nuestros amigos de santidad a menudo oran por una repetición de Pentecostés, pero no están dispuestos a seguir los pasos de salvación indicados por Pedro el día de Pentecostés. Nadie sabía del banco de llorar inventado por Wesley.
El plan de salvación wesleana pone sobre Dios toda la responsabilidad de la salvación, cuando, en realidad, el hombre es responsable de aceptar la oferta de Dios y obedecer el evangelio (Hech. 2:40). El banco de llorar de Wesley representa al hombre como pasivo esperando la decisión de Dios de salvarlo o no. Se sienta en el banco de Wesley esperando que Dios le toque, o sea, que le dé algún señal que sea salvo. Esta idea no aparece en el Nuevo Testamento. El hombre tiene que tomar una parte activa, responsable y obedecer el evangelio para ser salvo. Dios está esperando a uno decidirse, no lo contrario.
Orar hasta ser aceptado por Dios significa que Dios hace acepción de personas - escuchando la oración de uno y salvándolo mientras ignora la oración de otro que también quiere salvarse. Sin embargo, la Biblia declara, “porque no hay acepción de personas con Dios" (Rom. 2:11). Dios trata a todos por igual. Lo que hace por uno, lo hará por todos. ¡No podía comenzar a sumar las veces que he visto el banco de llorar nazareno lleno de personas buscando la salvación y, por lo general, muchos se fueron sin haberlo encontrado mientras que los demás afirmaron haberlo encontrado. Todavía leo el periódico de la iglesia nazarena, El Heraldo de la Santidad. Los predicadores nazarenos informan a ese periódico sobre los logros de sus reuniones de avivamiento y muchas veces sus informes indican que quedaban más personas buscando la salvación en el banco de llorar que los que la encontraron. Dios no se niega a salvar al que solicite sinceramente la salvación que ofrece. La idea de orar y clamar hasta encontrar la salvación es falsa. El plan divino de salvación es verdadera y se ofrece a "todo el mundo" y "toda criatura" (Mar. 16:15).
Orar hasta que sea salvo implica que Dios NO está dispuesto a salvar a todos los que quieren ser salvos. Como ya se vio, muchos se alejan decepcionados y llenos de desesperación, sintiendo que Dios no los quiera. Hubo un caso en Tenesí de un hombre, después de repetidos y fallidos intentos de obtener la salvación, se volvió completamente loco y fue ingresado en un manicomio. Pensar que Dios no quiso salvarlo le era demasiado. El apóstol Pedro niega firmemente esa idea cuando dice del Señor, "no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento" (2 Ped. 3:9). Es imposible reconciliar este texto con la teología de Wesley de orar en su banco para ser salvo.
Se le ordenó a Saulo de Tarso a terminar su ayuno y oración y obedeciera a Cristo en el bautismo. Si Dios quiso que el hombre orara para ser salvo, el caso de Saulo hubiera ofrecido una oportunidad excelente para demostrar la idea de Wesley. Pero después de haber pasado tres días en ayuno y oración, el predicador inspirado (Ananías), guiado por el Espíritu Santo, le dijo: “Ahora, pues, ¿ por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava sus pecados, invocando su nombre". (Hech. 22:16). Si Ananías hubiera sido como Wesley y los predicadores modernos de santidad, habría dicho: "¡Ore, hermano Saúl hasta que entiendas que eres salvo”. ¡Nunca he escuchado que un predicador nazareno haya pedido lo que Ananías le pidió a Saulo! En el caso de Saulo, Dios demostró claramente que el método de Wesley no salva. En el bautismo uno clama a Dios por una buena consciencia (1 Ped. 3:21). Olvídese del banco. Si cree de todo corazón, se arrepiente de sus pecados, puede bautizarse para recibir el perdón de pecados y la morada del Espíritu Santo (Hech. 2:38). No tiene que sentarse en el banco de Wesley para esperar que Dios haga algo.
Orar hasta sentirse salvo es inútil. Es invocar al Señor sin obedecerlo. Jesús preguntó: “¿ Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?" (Lu. 6:46). Orar hasta sentirse salvo es lo mismo que decir “Señor, Señor” y al mismo momento negar obedecer lo que el Señor dijo (Hechos 22:16). Es inútil demorarse orando.
Los nazarenos citan a Apocalipsis 3:20 como su plan de salvación como que uno tiene que esperar hasta escuchar la voz de Jesús llamando a uno. Es falso. Primero porque este texto fue escrito a los ya cristianas, miembros de la iglesia en Laodicea que son los tibios que perdieron fe. Nada habla de orar hasta sentirse salvo, sino del deber de cristiano de arrepentirse, de ser celoso, y de mantener a Jesús en su vida.
Orar hasta sentirse salvo no cumple con el plan y las instrucciones de Dios de cómo ser salvo. Es más bien un sistema concebido para sustituir lo que Dios mandó al pecador. Cuando Jesús envió los apóstoles a todo el mundo para predicar el evangelio a toda criatura, dijo, “El que creyere fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado" (Mar. 16:16). Nada habló del banco de Wesley. En el día de Pentecostés, Pedro ordenó a esa multitud innumerable: "Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados..." (Hechos 2:38). Según estos versículos inspirados, Dios requiere que el pecador crea en Jesucristo, se arrepienta de sus pecados y se bautice para el perdón de sus pecados. Cualquier sistema que no incorpore estos requisitos divinos no es de Dios, sino de los hombres. Como el orar hasta entenderse salvo no incluye todos estos requisitos divinos, no es el medio de Dios para salvar al pecador.
¿ Está dispuesto a entregar su corazón al Salvador crucificado en obediencia a los términos sencillos del evangelio? Dios está dispuesto para salvarle; ¡No le va a rechazar! Si no ha obedecido la verdad de Dios, deja que la verdad le haga libre. Deje de lado los grilletes de la teología de Wesley y libérase por la verdad. Puede ser conducido fuera del triste y oscuro abismo del error y hacia la maravillosa y radiante luz de la verdad. ¿ Tiene el valor de dejar todo a un lado para seguir a Cristo, no importa el costo? No se vaya a avergonzar de confesar a su Señor, aunque todos se burlan y le desprecian por hacerlo. El único camino seguro para su alma es tomar las enseñanzas sencillas de la palabra de Dios y rechazar los consejos de los hombres.
Nota del Editor: El presente es un resumen del tratado muy conocido de Waymon D. Miller, publicado en 1949. El material es excelente y todavía refleja la doctrina del manual oficial de la Iglesia Nazarena en su más reciente publicación (2017-2021).
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