Lección 1
LA CENA DEL SEÑOR
SU IMPORTANCIA
¿Tiene mucha importancia la cena del Señor? Desde luego que sí. En los cultos celebrados los domingos debería ser el acto principal de adoración. Según Hechos 20:7, el propósito principal de reunirse la iglesia primitiva el primer día de cada semana era comer el pan y tomar de la copa. También, porque por su naturaleza, es decir, por lo que significa, tiene mucha importancia.
Se le puede quitar su importancia por convertirla en un rito, o celebrarla con la mayor rapidez posible, como si fuera un acto de importancia secundaria. Debido a que el sermón coge más tiempo, y porque se habla tanto en cuanto a los mensajes y el predicador, puede haber la tendencia de darle más importancia al sermón que a la comunión.
LA SOLEMNIDAD Los miembros deberían comportarse durante la comunión con la mayor solemnidad y reverencia posible. No deberían haber ruidos innecesarios, conmociones de cualquier clase, conversaciones, susurros, etc., ni de parte de niños ni de parte de adultos. (Véase los comentarios sobre "El silencio y la reverencia en el culto", página 24). ¿Por qué tanto silencio y disciplina? Porque la comunión es entre el adorador y Dios. Para que la comunión se celebre con dignidad y reverencia es necesario el silencio. Un cristiano, no tiene derecho alguno de interrumpir la comunión que hubiera entre otra persona y Dios, hablándole, cantando, haciendo movimientos innecesarios, etc.
No se debería cantar durante la celebración de la comunión? No conviene porque si unos cantan o canta la congregación entera, entonces no es posible que cada miembro en particular esté meditando en el significado de la comunión como debería. La celebración de la cena es un acto muy personal; colectivo también, pues es llevado a cabo estando presentes todos los hermanos. Pero, sobre todo es personal. Por lo tanto debiéramos dejar que cada adorador esté en plena comunión con Dios, no obligándole a prestarle oído a nuestras meditaciones o a algún cántico, por espiritual que fuera.
REQUISITOS PARA OFICIAR Sólo los hermanos fieles, no los tibios, ni los que no asistan con regularidad ni los que carezcan de buen testimonio. Véase los consejos dados en la parte que trata de quiénes pueden dirigir los cultos?
Una hermana no puede oficiar la Cena. Si lo hiciera, estaría ejerciendo dominio sobre los hermanos presentes, cosa que no puede hacer sin infringir la ley de 1 Timoteo 2:12.
Sería difícil que las hermanas pueden servir la cena llevando los platillos a los participantes sin dejar la impresión de estar actuando como líderes en el culto, cosa que no pueden hacer. Por lo tanto, no lo deberían hacer.
Encargar a hermanos adolescentes, o a neófitos en la fe, la administración de la mesa del Señor es un proceder cuestionable. Un acto tan solemne y de tanto significado e importancia como loes la conmemoración de la muerte de Cristo, no debería ser oficiado, a nuestro parecer, por adolescentes o neófitos. Con raras excepciones, ni éstos ni aquéllos sabrán dirigir el acto con la debida reverencia, haciendo de el una fuente de edificación para la iglesia. Los jóvenes y los neófitos sí pueden ayudar al que oficia a la mesa en la distribución de los elementos de la cena, siempre y cuando sean fieles y de buen testimonio. Pueden también dar gracias por el pan y el fruto de la vid siempre y cuando lo hagan conforme a las reglas establecidas para tales oraciones.
LA PREPARACION DE LOS QUE OFICIAN Los que ofician deberían prepararse de antemano (1) por meditar profundamente sobre el significado y el propósito de la comunión, (2) por escoger textos bíblicos apropiados para leer antes o durante la comunión; (3) por estudiar los textos con miras a comprender de lleno las enseñanzas e implicaciones de cada frase; (4) estudiar dicho textos con el propósito de leerlos con facilidad y de manera tal que impresionen a los oyentes; y (5) estudiar todo lo relacionado con la cena a fin de presentar comentarios concisos para la orientación y la edificación de los participantes.
ALGUNOS TEXTOS APROPIADOS No se debe leer siempre los mismos textos, como por ejemplo: 1 Corintios 11: 27 al 34, antes de repartir los elementos de la cena. Es que tiende al ritualísmo. Empezar la comunión sin leer texto alguno o hacer un comentarios apropiados dejarla la impresión de frialdad, indiferencia, ritualismo.
En vez de siempre leer un texto, uno puede traer explicaciones concisas sobre algún aspecto de la cena. Algunos temas que pudieran ser presentados son: (1) la historia de la institución de la cena; (2) el significado del pan y la copa; (3) por qué se usa pan sin levadura; (4) la eficacia de un solo sacrificio hecho una vez para siempre comparado con los sacrificios repetidos bajo el Antiguo Testamento y los que hay según la doctrina de la misa católica (el que oficia debería entender la teoría de la misa y la doctrina de la transubstanciación); (5) el significado de comer el pan y tomar la copa "dignamente", contestando la pregunta: ¿En qué debería estar pensando el cristiano cuando conmemora la muerte del Señor?; (6) la preparación que el cristiano debiera hacer durante la semana para poder comer la cena; (7) los que pueden, y los que no pueden, participar y por qué; (8) la frecuencia de participar y por qué.
Hay muchos que son apropiados. Por lo tanto, no es necesario leer siempre los mismos tres o cuatro textos. A continuación, se presenta una lista de los que se pueden traer: (1) Mateo 26:26-29; Marcos 14:12-25; Lucas 22:7-23 que explica la historia de la institución de la cena; (2) los textos que dan la historia de la crucifixión de Cristo; (3) Hechos 2:42 que enfatizando la palabra "perseveraban" la cual indica la frecuencia de celebrar la cena; (4) Hechos 20:7 que trata del propósito primordial de congregarse los cristianos de Troas era partir el pan; (5) Romanos 5: 1-11 "Cristo murió por nosotros"; (6) 1 Corintios 5:7, 8; (7)1 Corintios 11:17-34; (8) Filipenses 2: 1-11; (9) Tito 2:11-15 (10) Hebreos 9:23-28; 10: 10-25; (11)1 Pedro 1:17-25.
(El siguiente párrafo es del webmaster/editor y no aparece en el manuscrito original del autor) No se recomienda que se lea Juan 6:25-59 ya que este texto tiende a confundir a los hermanos por hacerles creer que (1) van a comer el cuerpo literal de Cristo, cosa que no es cierto, (2) que van a beber su sangre al participar de la copa, (3) que la Cena es el sacrificio del cuerpo de Cristo y (4) que tomar la Cena es un requisito para ser salvo. Todas estas ideas, apoyadas y enseñadas por el catolicismo son falsas. Según el contexto de Juan 6:25-59, (1) el tema no es el significado de la Cena del Señor, sino el deseo deliberado de Cristo de ofender a los judíos que no creen en él para que se vayan; (2) comer la carne de Cristo y beber su sangre son figura de CREER en Cristo y nada tienen que ver con la Cena del Señor, (3) la Cena todavía no fue instituido todavía, y como era imposible que tomaran la Cena, no necesitaban instrucciones del significado de tomarla.
PARTICIPACION DE LAS VISITAS Como no se debería permitir que los que no sean miembros participen, conviene hacer, con tacto, una aclaración a menudo si hay muchos visitantes. No obstante, si uno que no sea miembro participa, ni el que oficia ni los que le ayudan tendrán la culpa. Este problema casi nunca se presenta en el caso de los inconversos, pero surge a menudo en el caso de los que pertenecen a las sectas. Si un sectario se cree digno y quiere participar de la comunión, mejor sería dejarle hacerlo que negárselo así ofendiéndolo y alejándolo de la iglesia. Si está en error y Dios no lo acepta, su condenación no puede ser mucho mayor si participa de la cena sin tener derecho de hacerlo. En cambio, si sigue reuniéndose con la iglesia es posible que llegue al pleno conocimiento de la verdad.
No conviene que los que sirven los elementos de la cena que aguanten siempre los platillos en sus manos con el propósito de no permitir que coma la cena algún inconverso, o sectario o miembro infiel. Si así lo hagan, se convierten en jueces y asumen una responsabilidad que no les corresponde. Reiteramos: Si participa uno que no debería, la culpa es de él, no del que esté sirviendo la cena.
ADVERTENCIAS DE CONDENACION Advertirle mucho a los miembros el peligro de comer y tomar condenación para sí está de más. Se debería hacer de vez en cuando. Pero, hacerlo a menudo no convendría. ¿Por qué? Porque fuertes advertencias, reprensiones y hasta amenazas tienden a anular uno de los propósitos primordiales de la cena. ¿Cómo es posible tener una experiencia bien positiva, elevadora y espiritual de profunda comunión si hay que escuchar palabras negativas y fuertes?
LA ORACION Se debe seguir el ejemplo de Cristo orar antes de partir el pan y antes de tomar la copa. No es aceptable orar una sola vez dando gracias por el pan y la copa en una sola oración porque Cristo no lo hizo así. Mejor es seguir su ejemplo. Démosle a cada elemento de la cena la importancia que merece.
Una hermana no puede orar por el pan o la copa. Al hacerlo, estaría ejerciendo dominio sobre los hermanos. Sólo los hombres fieles pueden dirigir tales oraciones?
Se debe excluir de oraciones toda plegaria no relacionada con la cena. Por ejemplo, al dar gracias por el pan y la copa, no conviene que oren también por los enfermos, la obra evangelística, algún problema que existiera en la iglesia, etc., ni conviene que hagan oraciones largas aprovechándolas para enseñar, corregir y redarguir.
EL USO DE HIMNOS Aunque Cristo y los apóstoles cantaron un himno después de la institución de la cena, el himno obviamente no es un factor esencial en la celebración. La cena, con o sin el himno, tendría el mismo significado y valor.
Conviene o cantar un himno o traer algún comentario apropiado, por ejemplo: "Habiendo conmemorado el sacrificio de nuestro Salvador, sigamos durante la semana que tenemos por delante, si Dios concede la vida, honrando al Señor en todo cuanto hagamos y digamos".
SU PROXIMIDAD A LA COLECTA Hacer o no la colecta inmediatamente después de la cena es cuestión de opinión, ya que la Biblia no establece el orden del culto. A nuestro parecer no conviene por la razón siguiente: Si se recoge la ofrenda tan pronto termine la cena, algunos, sin duda alguna, aun antes de que termine la comunión, estarán sacando sus carteras. Estarían pensando en la ofrenda cuando toda su atención debiera estar concentrada en la comunión.
LA CENA POR LA NOCHE Si una congregación se reúne tanto por la mañana como por la tarde, o la noche, el primer día de cada semana, se debería ofrecer la Cena del Señor en ambas reuniones para que los que se ven impedidos a llegar al culto celebrado por la mañana tal vez puedan estar presentes en el de la noche, y viceversa. Por ejemplo, si algún hermano tiene que trabajar por la noche, digamos en una fábrica, ¿sería correcto privarle de la bendición de participar de la comunión no brindándole la oportunidad de celebrarla en el culto llevada a cabo por la mañana? El sentido común nos dice que no.
No obstante, unos pocos han dicho que es necesario celebrar la comunión de noche y que no es bíblico celebrarse de día. A continuación, examinamos sus argumentos.
Primer Argumento: Fue Instituido de Noche
Afirman que la Cena del Señor debiera celebrarse de noche porque fue instituida de noche. Es verdad que la Cena fue instituida de noche. Pero, cabe preguntar si Cristo tuvo algún propósito especial por haberlo celebrado de noche. ¿Escogió deliberadamente las horas de la noche para instituir la comunión. No hay evidencia alguna que lo indicara. Nunca se habla en la Biblia de por qué celebrar la comunión de noche. No se explica que lo deberíamos hacer así porque el Señor tuviera un propósito específico al instituir la comunión de noche y no de día. Simplemente Cristo aprovechó la cena y las circunstancias de la pascua para instituirla. Su hora fue meramente una coincidencia que no establece ningún mandamiento o patrón esencial. Para ayudar al lector, vamos a estudiar otros sucesos de la institución de la Cena que tampoco establecen leyes a seguir sino circunstancias sin significado.
El Aposento Alto. La cena fue instituida en un aposento alto (Lucas 22: 10-12). ¿Es necesario que la celebremos siempre en un aposento alto porque fue instituida en uno? ¡Desde luego que no! El lugar es de poca importancia. Hay muchos lugares en el mundo donde ni siquiera hay edificios o casas de dos o más plantas. La comunión la podemos celebrar en la sombra de un árbol, a la orilla de un río, un lago o el mar, en una casa de familia, en un barco, en fin, en cualquier lugar.
Una Comida. La comunión fue instituida durante la cena pascual de los judíos, una cena de verdad donde los participantes se alimentaban. ¿Es, por lo tanto, esencial que celebremos la cena del Señor como parte de una cena uno de cuyos propósitos seria saciar el hambre y la sed? ¡Absolutamente que no! En dicho error cayeron los corintios y fueron censurados duramente (1 Corintios 11:17-22).
Cantar El Himno. Después de instituirse la comunión, Cristo y los apóstoles cantaron un himno. ¿Tenemos que cantar un himno después de comer del pan y tomar de !a copa para que nuestra comunión sea válida y Dios la acepte? No. Obviamente, el himno no era una parte esencial de la comunión. Si los encargados del culto quieren que se cante un himno apropiado después de la comunión se puede hacer. Hasta conviene hacerlo en vez de pasar de inmediato a otra actividad. Sin embargo, si no se hace así no por esto queda nulo y rechazado el acto de la comunión.
Al Anochecer. El texto dice: "Cuando llegó la noche ...". ¿Quiere decir que tan pronto llegue la noche todos debieran estar congregados para comer, de inmediato, la cena? En muchos países se sirve la cena a las cuatro p.m., o a las cinco p.m. En tal caso, no ha llegado la noche. ¿Puede celebrarse la cena del Señor a las cuatro o a las cinco p.m., más o menos a la hora que suele servirse la cena común? 0, ¿es preciso esperar hasta que llegue la noche? ¿Cuándo llega la noche? ¿Cuándo se pone el sol? 0, ¿cuándo ya no se puede ver la luz del sol en los cielos? En el Artico y el Antártico pasan meses sin que se ponga el sol. ¿Cómo celebrarían los esquimales la cena de noche? Obviamente, el factor de la hora no era esencial. Por lo tanto, no deberíamos enseñar como doctrina que la comunión tiene que celebrarse de noche.
Crucificado el Viernes. Si Cristo fue crucificado el viernes, entonces la comunión fue instituida el jueves por la noche. ¿Significa esto que deberíamos celebrarla el jueves por la noche? De manera alguna. Al contrario, nuestro deber es seguir el ejemplo de la iglesia apostólica la cual celebraba la cena el primer día de cada semana (Hechos 20:7).
Segundo Argumento: El Ejemplo de Troas
Los que aseveran que la comunión debería celebrarse de noche citan el ejemplo de la iglesia en Troas, observando que dicha congregación se reunió de noche para conmemorar la muerte de Cristo.
Cabe preguntar que si este ejemplo, por sí solo, constituya prueba suficiente para establecer una doctrina. En el caso de la iglesia en Troas, ¿era necesario que los miembros se reunieran después del oscurecer? ¿Habrán recibido del Espíritu Santo algún mandamiento al respecto?.
La verdad es que los cristianos de Troas estaban usando el tiempo judío en cuyo sistema el día comienza con la puesta del sol? De ser así, según nuestra manera de contar el tiempo, ¡estaban congregados el sábado por la noche! ¿Debiéramos contar los días desde la puesta del sol y reunirnos los sábados por la noche para partir el pan? Todas estas teorías sobre celebrar la cena de noche van en contra de Gálatas 4:6-8 donde el Espíritu Santo advierte el peligro de guardar los tiempos.
Referente al ejemplo de Troas, de nuevo vemos, además de la hora del día, otros factores puramente de índole circunstancial, como por ejemplo: los miembros en Troas se reunieron en un "aposento alto" (Hechos 20:8). Usaron "muchas lámparas" para alumbrar el aposento alto (Hechos 20:8). ¿Es preciso que usemos lámparas y no bombillas eléctricas o velas? ¿Hay que predicar hasta la medianoche?
Tercer Argumento: El Santo Desayuno
Los poquitos que quieren hacer de un factor accidental una ley de la Biblia arguyen que se trata de "la santa cena" Y no del "santo desayuno" o del "santo almuerzo". De nuevo, cuestionamos la validez de su argumento.
La "cena del Señor" es un acto espiritual, no carnal. Es la cena simbólica y no una cena literal. Por lo tanto, la palabra "cena" en dicho contexto simbólico y espiritual, no puede interpretarse carnal y literalmente.
De la misma manera, si la palabra "cena" en 1 Corintios 11:20 es simbólica, tomarla literalmente sería errar en la interpretación del pasaje. Así la toman los que alegan que porque dice "cena del Señor" la comunión la hay que celebrar obligatoriamente de noche.
Si hay que celebrar la comunión de noche porque el texto dice "cena", por la misma razón a la comunión debiéramos traer mucha comida y bebida, pues una cena literal lo requiere. Pero, la "cena del Señor" no es una cena literal. Por consiguiente, no es preciso traer mucha comida ni es necesario celebrarla de noche.
La "cena del Señor" no es una cena literal porque Lucas 22:20 explica que la comunión fue instituida después que hubo cenado Cristo. "Después que hubo cenado" claramente demuestra que la comunión instituida por Cristo no iba a ser como una cena cualquiera. Sería un acto simbólico y, por lo tanto, no sujeto a los factores que lo convirtieran en un acto carnal.
La "cena del Señor" no es una cena literal porque Pablo censura a los corintios por su práctica de comer mucho y beber mucho en el acto de la cena diciendo: " ¿No tenéis casas en que comáis y bebáis"? (1 Corintios 11:22). Podían conmemorar la mesa del Señor comiendo un pedacito de pan y tomando un poquito del "fruto de la vid". No era necesario "cenar" en el sentido literal de la palabra. Ni tampoco era necesario reunirse de noche para comer la "cena del Señor" según el sentido literal de la palabra ya que tal sentido lo había perdido cuando el Espíritu Santo lo usó en un contexto simbólico.
La "cena del Señor" no es una cena literal porque fue celebrada sólo el primer día de cada semana. En cambio, la cena común, se come todos los días de la semana.
No sólo en 1 Corintios 11:20 se usa simbólicamente la palabra "cena" sino también en otros pasajes como Apocalipsis 3:20, "entraré y cenaré". Porque dice "cenaré", ¿debiéramos entender que Cristo entrará en nuestros o corazones sólo "de noche"? ¡Cuán absurdo! En este sentido figurado, cenará con nosotros a cualquier hora del día o de la noche. De igual manera, ¡podemos "cenar" con El, mediante la comunión, los domingos a cualquier hora del día o de la noche!
En Apocalipsis 19:17 dice "cena de Dios". Pero, en la tierra nueva, donde los salvos cenarán con Dios, !no habrá noche! (Apocalipsis 21:25). ¿Porfiaríamos que si no hay noche no se puede cenar? El que lo hiciera demostraría una mente carnal, cerrada, falta de entendimiento. Podremos cenar con Dios, aunque no hay noche allá. Y, podemos "cenar" con Cristo, mediante la Cena del Señor, aunque no haya llegado la noche.
La Evidencia Histórica
En la evidencia de la historia antigua en cuanto a la hora de celebrarse la cena del Señor, Plinio escribió "Los cristianos afirmaron, no obstante, que no tuvieran ninguna falta, o error, sino la costumbre de reunirse un día fijado, antes del alba ..." ("Cartas" dirigidas a Trajano, Tomo 10, capítulo 96). El "día fijado" era el primer día de la semana. Plinio dice que los cristianos se reunían antes del alba. ¿Por qué? Plinio no explica por qué, pero posiblemente lo hacían porque muchos de los convertidos eran esclavos. Tendrían que trabajar durante el día y parte de la noche. Los demás trabajadores tampoco tendrían libre el primer día de la semana, pues se trata de un tiempo antes de Constantino, el primer emperador romano que hiciera del primer día de la semana un día libre de trabajo.
Justino escribió: "El día llamado domingo, todos los que viven en la ciudad, o en una área rural, se congregan en un solo lugar".. No dice que se congregaran por la noche del domingo. Añade: "Habiendo dado gracias por los elementos, se hace una distribución a cada persona, y los diáconos los mandan a los que se encuentran ausentes" (Apología 1, página 67). Este último detalle indica, aunque no lo prueba definitivamente, que la cena fue celebrada de día. ¿Sería factible o práctico enviar los elementos de la cena a los ausentes después de un culto que terminara a las 8, o a las 9, o a las 10 de la noche ?
Tertuliano escribió: "El sacramento de la eucaristía lo tomamos en las congregaciones antes del amanecer" ("Sobre la corona", 111, 3.). Ya para el tiempo de Tertuliano tenemos esa palabra no bíblica "sacramento". Con todo, se deja ver de nuevo la práctica de reunirse "antes del amanecer" para partir el pan.
Cuarto Artumento: Si No el Uno, Entonces Tampoco el Orto
Los que abogan la doctrina de la "cena siempre de noche" traen todavía otro argumenta¡ diciendo: "Si el ejemplo bíblico no establece el precedente de celebrar la "cena del Señor" siempre de noche, tampoco, establece el de celebraría el primer día de la semana".
Nos parece incorrecta su conclusión por la siguiente razón: Si los cristianos iban a conmemorar la muerte del Señor, era necesario, huelga decir, escoger y establecer algún día para la celebración. Pero, no hubo factor o propósito alguno que obligara a que se fijara una hora determinada.
Si se hubiera querido establecer una hora determinada para la celebración de la comunión, tal vez el Espíritu Santo hubiera fijado las 3 de la tarde, pues a esa hora expiró Cristo en la cruz, o las 6 de la madrugada, ya que la resurrección ocurrió al amanecer del primer día de la semana. En realidad, no estableció ninguna hora determinada.
¿Quién escogió el primer día de la semana? No creemos que los cristianos lo hicieran por su cuenta. El Espíritu Santo fijó el día, escogiendo el primer día de la semana (Hechos 20:7). ¿Por qué el primer día de la semana?. Porque Cristo resucitó el primer día de la semana (Marcos 16:1, 2); porque el evangelio fue predicado por el poder del Espíritu Santo el primer día de la semana y porque la iglesia fue establecida en dicho día.
Cuando participamos de la mesa del Señor el primer día de cada semana, no estamos guardando un día en el sentido de tenerlo como día sagrado. Domingo en el calendario del cristiano no es más sagrado que los demás días de la semana (Romanos 14:1-12).
ARRODILLARSE PARA TOMAR LA CENA No hay nada en la Biblia que lo indica que es necesario estar de rodillas a fin de comer el pan y tomar la copa dignamente. Por lo tanto, no debiéramos ser exigentes ni dogmáticos en cuanto a este particular. La posición del cuerpo físico -sentado, parado o arrodillado- no es de importancia, sino la condición del corazón. En Juan 13, donde se relata la historia de la institución de la comunión, se dice, en el versículo 25, que el apóstol amado estaba "recostado cerca del pecho de Jesús". No estaba arrodillado ni sentado sino "recostado" conforme a la costumbre de aquellos tiempos de recostarse para comer.
EL PAN DE USARSE Siguiendo el ejemplo de Cristo y la iglesia primitiva, usamos pan sin levadura el cual representa apropiadamente el cuerpo de Cristo, un cuerpo nunca manchado con la levadura del pecado. Por implicación, 1 Corintios 5:5 enseña el uso del pan sin levadura, exhortando Pablo que celebremos la fiesta "con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad". "La fiesta" es la santa comunión - no la Pascua. Aunque los "panes sin levadura" son, en este pasaje, simbólicos, representando la sinceridad y la verdad, ciertamente el uso de la frase en conexión con la cena indica que usaron de manera literal panes sin levadura en la celebración de la comunión.
Se prepara el pan sin levadura usando harina de trigo y agua. No se le echa ninguna clase de levadura. Se puede conseguir el pan ya preparado? Se puede conseguirlo en las tiendas donde venden alimentos. Si le da trabajo conseguirlo puede pedirlo escribiendo a las direcciones siguientes: Firm Foundation, P. 0. Box 610, Austin, Texas 78767, Estados Unidos, o a Gospel Advocate, P. 0. Box 150, Nashville, Tenn. 37202, Estados Unidos.
LA CANTIDAD DE PANES El Nuevo Testamento nada dice al respeto de cuántos panes deberíamos poner en la mesa del Señor. Algunos difieren citando 1 Corintios 10: 17 donde Pablo escribe: "siendo uno sólo el pan". ¿Quiere decir él que debiéramos tener un solo pan en la mesa del Señor? Desde luego que no. Está hablando, no del pan literal, sino de Cristo. Dice: "Todos participamos de aquel mismo pan". "De aquel". ¿De cuál? ¡De Cristo!
La iglesia en Jerusalén llegó a tener muchos miles de miembros (Hechos 2:41; 5:14; 6:1, 7). Si todos hubieran tenido que comer de un sólo pan, ¡cuán grande hubiera tenido que ser ese pan! Cristo es uno sólo y la iglesia es una y universal. Si la iglesia universal tuviera que comer de un solo pan como manifestación de su fe en un sólo Cristo, ¡cuán grande tendría que ser ese pan! ¡Cuán imposible le sería a la iglesia universal lograr tal manifestación de su fe! Pero, ¿por qué traer más de estas trivialidades? No importa el número de panes, ni la forma que tenga el pan, sino la condición del corazón del adorador que come el pan y su propósito al hacerlo.
CANTIDAD DE COPAS La pregunta de cuántas copas debiéramos usar en la comunión es de la misma naturaleza que la anterior. ¿Qué importa más? ¿La copa? 0, ¿lo que representa? Sin embargo, algunos creen que todos los miembros de cada congregación deberían tomar de una sola copa. ¿Por qué de cada congregación? ¿Por qué no la iglesia universal? Si toda la iglesia ha de manifestar su fe en un solo sacrificio tomando todos los miembros de una sola copa, entonces, dado que la iglesia es universal, todos los miembros en todo el mundo tendrían que tomar de una sola copa. En realidad, la iglesia universal bebe de una sola copa, es decir, de la sangre simbólica del Señor, y come un solo pan, el cuerpo simbólico de Cristo. El número de copas y platillos usados para llevar a cabo la comunión en cada congregación no tiene importancia, como tampoco tiene importancia el púlpito sino el mensaje, los himnarios sino las palabras de los himnos, las sillas sino los que las ocupan ni el templo sino los adoradores.
Cuando fue instituida la comunión, ¿tomaron Cristo y los apóstoles de una sola copa? ¿De un solo jarrón? No lo hicieron conforme a lo que presenta Lucas 22:17. "Y habiendo tomado la copa dio gracias, y dijo: tomad esto, y repartidlo entre vosotros". El fruto de la vid fue preparado en un sólo jarro. Entonces, el contenido del jarro los apóstoles lo deberían repartir entre sí. De cierto, el verbo "repartir" indica que debieran dividir el contenido de la copa grande entre sí, no tomando cada uno tragos del mismo envase, sino echando cada uno una parte del fruto de la vid en su propio vaso. Así todos tomaron del mismo elemento, el fruto de la vid que simboliza la sangre del Señor. El número de copas individuales, su tamaño, el material de que fueran hechas, si de oro, plata, cristal o barro, eran factores secundarios de ninguna importancia.