LA PRESENTACION DE ORADORES
por D.S. de Alamo
La presentación de oradores es una destreza necesaria para ocasiones especiales tales como campañas evangelísticas, conferencias y otras actividades formales donde en la audiencia hay personas que desconocen los oradores.
El primer deber del que presenta es no tomar más de dos o tres minutos para presentar alguna información pertinente sobre la vida y la obra en la iglesia del orador. Tomar mucho tiempo en la presentación de¡ orador posiblemente aburra y canse a los presentes. Estos, entonces, no estarían en las mejores disposiciones de escuchar atentamente el mensaje.
Es segundo deber del orador es hablar sólo lo que conviene, no trayendo a la luz detalles de su vida antes de convertirse para no avergonzarlo. Si, antes de convertirse, había llevado una vida muy descarriada, casi nunca conviene hablar de lo malo que fuera, de los vicios que tuviera o de los crímenes que hubiera cometido. El otro extremo de exaltarlo mucho con frases demasiado halagadoras y floridas no es una práctica de buen gusto ni tampoco obedece a los principios de humildad expresados en la Biblia.
Las palabras apropiadas antes de que pase el orador al púlpito conducirán a la preparación de un ambiente de más espiritualidad, reverencia y sobriedad dándole más impacto al mensaje. Por ejemplo, pueden pronunciarse dos o tres oraciones sobre el alma, la brevedad de la vida, la resurrección, la segunda venida, la importancia de aprovechar las oportunidades que el Señor nos da, el sacrificio único de Cristo, el amor de Dios hacia el hombre, etc.
Cuando el predicador invitado haya terminado su mensaje, no es preciso ni es correcto que el encargado de la reunión dé un resumen largo de lo que se haya dicho ni debería el que dirige predicar otro mensaje. Se procede de inmediato al llamamiento.