¿HAY MILAGROS HOY?

por Miguel A. Teruel

Muchos alegan que Dios les da el poder para hacer milagros. Nos invitan a campañas de sanación divina, pero antes de ir, sería bueno estudiar lo que la Palabra dice al respecto. Muchos ignoran el contexto de las expresiones bíblicas y sacan versículos con pinzas para hacer ver que la Palabra les da la autoridad para proceder.

Estos versículos se escribieron para el beneficio de los Apóstoles quienes iban a llevar la Palabra de Dios por el mundo. Resucitaron muertos (Hech. 9:36-43). Ellos recibieron autoridad y efectuaron señales: "Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo" (Hech. 5:12)."Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros" (2 Cor. 12:12).

El significado apostólico de Marcos 16:17-18 se ve en el caso de la serpiente que mordió al apóstol Pablo: "Entonces, habiendo recogido Pablo algunas ramas secas, las echó al fuego; y una víbora, huyendo del calor, se le prendió en la mano. Cuando los naturales vieron la víbora colgando de su mano, se decían unos a otros: Ciertamente este hombre es homicida, a quien, escapado del mar, la justicia no deja vivir. Pero él, sacudiendo la víbora en el fuego, ningún daño padeció" (Hech. 28:3-5). Sanó a muchos enfermos en aquella isla.

El poder fue dado a los Apóstoles para confirmar la Palabra de Dios (Heb. 2:3-4). Entonces, ¿obra Dios milagros hoy? Desde luego que sí, pues Dios no padece de limitaciones y "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos" (Heb. 13:8). Pero no podemos admitir a aquellos que hoy engañan a muchos con campañas de sanación. Hoy en día, Dios no da poder a los hombres para curar de manera miligrosa como se hacía en la Era Apostólica. Sin embargo, Dios todavía tiene todo poder y contesta las oraciones: "Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye" (1 Jn. 5:14). Si el cristiano ora y es de su voluntad, Dios procede, pero tiene que ser la voluntad de Dios y no la de uno.

Santiago dice: "La oración eficaz del justo puede mucho" (Sant. 5:16b). Conozco de muchos casos y en particular el de un hermano muy querido de la iglesia que continúa vivo aún padeciendo del corazón, le funciona un sólo pulmón, tiene diabetes y muchos otros padecimientos. Los médicos atribuyen a Dios el milagro de que estas personas continúan vivos. Dios tiene poder y obra milagros, pero no el hombre.

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