por Leopoldo Villacorta
No importa tu país o mi nacionalidad; lo que importa es nuestra nacionalidad.
No importa la distancia o mi nación; lo que importa es nuestra comunión.
No importa tu raza o mi color; lo que importa es nuestro Salvador.
No importa tu sangre o mi apellido; lo que importa es nuestra salvación.
No importa tu posición, o mi profesión; lo que importa es que somos redimidos.
No importa tu estatura o mi tamaño; lo que importa es que somos cristianos.
No importa que si tú eres guapo y yo soy feo; lo que importa es que somos seguidores del Galileo.
Seamos hermanos, no de nombre o de apellido, sino sintiendo el dolor ajeno y el amor sufrido de todos los redimidos.
¿Dónde
se reune la iglesia de Cristo? |
