¿Puedes Perdonar? por Elmer N. Dunlap Rouse, 2019
La foto de Brandt Jean perdonando a Amber Guyger, la asesina de su hermano, fue visto por millones de personas en las noticias. Guyger de Dallas, Texas, al terminar su turno de 14 horas de policía, se equivocó de piso y entró en un apartamento que parecía de ella, cuando en realidad era de Botham Jean, un contable. Creyendo que era un intruso, le disparó varias veces, resultando en su muerte. Fue encontrada culpable de asesinato. Antes de sentenciarla, durante el testimonio de los familiares de la víctima, el joven Brant de 18 años, dijo: "Si estás arrepentida de veras, en cuanto a mí, te perdono y sé si buscas a Dios y le pides, él te va a perdonar. Te amo como a cualquier otra persona. Quiero lo mejor para ti, ni siquiera que seas encarcelada, porque sé que esto es exactamente lo que Botham hubiera querido. De nuevo, te amo y no quiero que te pase nada malo. No sé si esto es posible, (hablando con la juez), por favor, ¿puedo darle un abrazo?" Se abrazaron frente a la corte. Guyger lloró. Los abogados y los demás empleados de la corte confesaron que jamás había visto algo así. El fiscal lo describió como "un acto sorprendente de sanidad y perdón, muy raro en la sociedad de hoy". El alcalde de Dallas dijo: "Jamás puedo olvidar el ejemplo increíble del amor, fe y fuerza demostrada por Botham, Brant y su familia".
Nadie lo esperaba. Brandt tenía el derecho de sentirse enojado, sin embargo, escogió lo más difícil, pero necesario para sanar su herida y la de Guyger también. Honró a Cristo en la corte y vivió lo que Pablo enseñó, "Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo" (Ef. 4:32).
Brandt la perdonó porque Dios lo había perdonado a él. Amó a Guyger como a sí mismo. Quiso para ella lo que quería para sí. Dios es amor. El que ama conoce a Dios. Todos hemos pasado por experiencias difíciles en la vida. A veces, nos sentimos tan decepcionados que se nos hace difícil continuar. Nos afecta nuestras emociones, enferman nuestros sentimientos y nos llena de enojo, odio y amargura. Brandt perdió lo que jamás podría recuperar. Observa su perdón.
1. No quiso que fuera presa. No quiso que sufriera, ni que pagara por lo que había hecho y que nada malo le pasara.
2. La amó como a cualquier otra persona, como si no le hubiera hecho ningún daño. Quiso que todos se salven, incluso a ella. No era un amor sentimental, sino obediente. "Mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas" (Mat. 6:15).
3. Quiso lo mejor para ella. Pensó en la felicidad, bendición, vida futura, aspiraciones y deseos de ella.
4. Quiso lo mismo para ella que su hermano hubiera querido. Respetaba, representaba y proyectaba la fe y el amor de su hermano. No pensó de una manera egoísta, sino del hermano, sabiendo que Botham era un cristiano humilde que perdonaba y amaba a todos.
5. La abrazó. No era un perdón de boca, sino lo demostró con hechos. Quiso aliviar su consciencia y su culpabilidad. Era un perdón completo. Brandt salió de la corte una persona libre de enojo, odio y deseo de venganza, porque por perdonar era vencedor. Compartió la victoria de Jesús quien dijo, "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen". Jesús vivía en Brandt y su foto abrazando a Guyger muestra la voluntad de Jesús - que nos perdonemos unos a otros.
6. La orientó a buscar el perdón de Dios. "Si buscas a Dios y le pides, él te va a perdonar". Le deseaba lo mejor de esta vida y la por venir. Cristo murió por nuestros pecados. No es un perdón progresivo que una gana por comportarse bien, sino el perdón de "no ha lugar", inmerecido, regalado y aceptado por fe, como fue el perdón de Brandt: gratis, instantáneo, sin haber hecho nada para merecerlo. De la misma manera en que Brandt perdonó a Guyger, Dios quiere perdonarte a ti, amigo lector. Jesús dijo, "El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere será condenado" (Mar. 16:16). Brandt la perdonó. Dios quiere perdonarte y darte fuerza para perdonar.