por Miguel Teruel
Durante su juicio ante Pilato, Jesús habló de dar testimonio de la verdad (Jn. 18:37). Pilato le pregunta a Jesús, "¿Qué es la verdad?" (Jn. 18:38). Jesús le contesta a Pilato en su oración en Juan 17:17. Hay tal cosa como la verdad, y se encuentra en las Sagradas Escrituras. Dios le revela al hombre en las Escrituras que diga la verdad y que es su responsabilidad decir la verdad. Consideremos nuestra obligación hacia la verdad.
1. Tenemos que amarla. Nuestro enemigo ama la mentira. Debemos amar la verdad porque somos de Dios que es el autor de la verdad. Pablo habla en 2 Tesalonicenses 2:10 de aquellos que perecerán por no haber recibido el amor a la verdad, para que sean salvos.
2. Nosotros debemos buscarla. Busca al Señor mientras puedas encontrarlo (Isa. 55:6). Dios es encontrado a través de su Palabra. Así que la fe viene por el oír y el oír la palabra de Dios (Rom.10:17). Pedro nos exhorta a desear el alimento puro de la palabra. (I Ped. 2:2).
3. Debemos distinguirlo del error; no todo lo que se cree es verdad. Jesús nos advierte contra los falsos profetas (Mat. 7:15). Juan dijo "Amados no creer a todo espíritu, pero probad los espíritus si son de Dios " (I Jn. 4:1). Nuestro amor por la verdad y el deseo de encontrarlo es mandatorio.
4. Debemos conocer la verdad. Hay algunos que dicen que la verdad no se puede aprender. Esto simplemente es un error. Jesús dice: "Conocerás la verdad y la verdad nos hace libres" (Jn. 8:32). No solamente se puede conocer, sino que se puede entender. Así que no seamos ignorantes sino que conozcamos el deseo de nuestro Señor. (Ef. 5:17).
5. Tenemos que creer. La verdad es creíble porque procede de Dios que no puede mentir (Heb. 6:18). Jesús dice: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Mar. 16:16).
6. Debemos obedecerla. Está escrito mi lengua habla tu palabra. Porque todos tus mandamientos son justos (Sal. 119.72). Juan dice que el que hace sus mandamientos está con él (I Jn. 3:24).
Tenemos que enseñarla. Nuestra religión es una de enseñar. Pablo actuó de manera responsable con la verdad: "y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñarlos" (Hech. 20:20). Referente a la enseñanza le dijo a Timoteo: "esto encarga a hombres fieles ... para enseñar también a otros" (2 Tim. 2:2).
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