RACISMO
por Elmer N. Dunlap Rouse
INTRODUCCION
A. La raza humana viene de una sola pareja y todos comparten la misma sangre (Hech. 17:26). Esta unidad de raza fue destruida cuando Dios confundió las idiomas en la torre de Babel (Gén. 11:1-8).
B. Dios nunca ha apoyado el racismo, en el sentido de que una raza sea superior a otra como en carácter o inteligencia, pero sí estableció a los hijos de Abraham como una raza distinta hasta que viniera Cristo. La separación de Israel de las demás naciones era para conservar el linaje de Cristo y por medio de Cristo bendecir a todas las familias de la tierra (Gén. 12:3).
C. Cristo vino para derribar toda barrera y crear una nueva sociedad (la iglesia) que es unida y no reconoce diferencias por origen ni por el color de la piel (Ef. 2:13-16) sino que se basa en el hecho de que hay un solo "Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos y en todos" (Ef. 4:6).
I. ACEPCION DE PERSONAS
A. Dios no hace acepción de personas (Sant. 2:1). Dios no descrimina a sus criaturas ni hace distinciones basado en dinero, prestigio, poder, posición social, apellido, nacionalidad o raza ni desprecia a algunas por causa de estas distinciones. El valor de una persona no se refleja en estas cosas sino que Dios valoriza a las personas según su fe.
B. Dios enseñó a Pedro tres veces respecto al racismo. Primero con la visión en un terrazo de Jope, el derramamiento del Espíritu Santo en casa de Cornelio (Hech. 10:15, 28, 34-35) y luego en Antioquía cuando Pablo lo reprendió públicamente por retirarse de los Gentiles para comer con judíos (Gál. 2:11-14). Pablo luego explicó a las iglesias de Galacia que "todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús...Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús (Gál. 3:26-28).
C. Pablo por amor a Cristo se hizo siervo de todos (1 Cor. 9:18), con obligación a todos (Rom. 1:14-15), predicó a todos (Rom. 15:19) y recibió a todos (Hech. 28:30).
D. Jesús demostró su falta de prejuicio por enseñar respeto hacia el gobierno Romano (Mat. 22:21) y amor hacia los enemigos (Mat. 5:39-48). Jesús demostró su falta de prejuicio por señalar a los Samaritanos como más cumplidores en sus obligaciones que los mismos Judíos (Luc. 10:33 y 17:16). Enseñó principios que destruyen el prejuicio racial, tales como amar al prójimo como a uno mismo (Mat. 22:39), hacer a los otros lo que uno quiere que le hagan (Mat. 7:12) y que se predicara el evangelio a toda criatura (Mat. 28:19-20).
II. COMO EVITAR EL RACISMO
A. No se debe estereotipar a la gente (generalizar o asumir que todos de tal grupo son iguales) sino juzgar a las personas como individuos y a base de comportamiento o otra regla común para todos.
B. No se debe tener miedo de aquel que es diferente en su apariencia o en su modo de hablar sino ofrecerle amistad e introducirlo a los demás.
C. No se debe distinguir entre el rico y el pobre, ni darle preferencia a uno antes que a otro a base de su raza, nacionalidad, color, edad, condición económica, tiempo o posición que lleva en la iglesia, posición social o sexo después que no viole los principios bíblicos (Sant. 2:1-4).
D. Se debe evitar la orientación política sectaria dentro de la iglesia, según partidos, filosofías o colores de ropa porque la política tiende a separar y discriminar. Que jamás se le ocurra a un cristiano ir a la iglesia con banderas y marbetes de afiliación política encima de su carro. En Cristo todos son uno.
©1993