Serie Volver, Lección 16
¿Quién es Primero?
por Elmer N. Dunlap Rouse
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas (Mat. 6:33).
¿De quién tu eres? Si perteneces a Dios, no es gran cosa si pones Dios primero en tu vida. Tu cuerpo pertenece a Dios. Solo eres administrador del cuerpo que Dios te dio. Si perteneces a Dios, debes presentarle su cuerpo para servirle. Cuando hay un conflictos de intereses, debes recordar de quién eres. Tu primer y mejor tiempo, dinero, dedicación, pasatiempo, energía, espíritu y alma es del Señor. Los demás personas y tu mismo tienen que hacer fila. No Dios. Sólo así puedes cumplir con los demás, a menos que sea una verdadera emergencia. 1 Corintios 6:19-20 dice,
19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
¿Quién está en control de tu vida? ¿Permites que el Espíritu Santo more en tu corazón? ¿Puedes negarte a ti mismo? ¿Eres capaz de decirte que no a ti mismo? ¿Tienes freno? ¿Estás arrepentido de verdad? ¿O sólo de convenciencia? ¿Por obligación? ¿Para ser aceptado por el grupo? ¿Cuál actividad te es más importante que Dios? ¿Los medios de comunicación como televisión, internet, llamada por teléfono, películas o juegos electrónicos. ¿Asignaciones de la escuela, deportes, asociaciones, pesca, pasadías, el trabajo , hacer chavos o ir de compra? ¿En realidad, hay conflicto entre cumplir con Dios y cumplir con nuestras responsabilidades en el trabajo, con la familia y en la escuela?
Cuando tú estés arrepentido de verdad, planificas y organizas las cosas de Dios en primer lugar en su vida. Todo lo demás tiene que esperar. No puedes hacer ningún compromiso que va en contra de los intereses de Dios. Tu expresión continuo siempre contiene la clásula, "Si Dios quiere". Si eres cristiano, agrades a Dios. Si eres mundano, agrades a ti mismo. Las reuniones de la iglesia mide nuestro amor a Dios.
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