por David Rogers
Permíteme animarte para que seas un maestro con posibilidades de que les pegues a tus estudiantes algo de tu vida espiritual. Los mejores materiales, métodos y mensajes están perdidos si tus estudiantes sienten que no eres espiritual. Aprenden muy poco si sienten que eres poco sincero, dormido o muerto. No puedes producir crecimiento espiritual si tú no lo tienes.
Tu actitud es más importante que lo que dices. Aprender ideas religiosas no es lo mismo que aprender de Jesús de alguien que realmente le conoce. El corazón del buen maestro es como un fuego que alumbra y calienta los corazones de sus estudiantes. El fuego proviene de fuego. Conocer a Jesús y vivir con él de la manera mas directa y constante es el medio de pegar un fuego verdadero. Si perdimos una relación estrecha con Jesús, el fuego se apaga.
Los maestros enseñan lo que son. Me preocupo qué clase de personas son mis maestros. No sólo debemos hacer algo por Jesús, debemos ser alguien por Jesús. Nuestro mensaje debe ser correcto y nuestros métodos creativos y vivos pero necesitamos un fuego que se pegue. Una de las cualidades para ser maestro es un carácter genuino cristiano. No podemos divorciar lo que decimos de lo que somos.
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