TRES FILOSOFIAS

por Elmer N. Dunlap Rouse

Como la última guagua de AMA no pasó, tuve que coger un público de Cupey Bajo hasta la plaza de Río Piedras, para entonces andar a pie hasta el corral de guaguas. Era tarde en la noche, peligroso y yo asustado. Caminando por las sombras oí una voz que me dijo, "¿Cuándo me vas a pagar los chavos que me debes? ¡Párate allí!". Yo seguí caminando. "¡Vén conmigo, vamos que cobrarle los chavos!" El corazón se me querría salir, pero seguí caminando y gracias a Dios, no fui asaltado aquella noche.

Los viajeros de Galilea, que no querían pasar por Samaria cuando regresaban de Jerusalén, tuvieron que pasar por Jérico, una distancia como de 33 kilómetros o unos nueve horas de camino. Habían mucho lugares donde asaltantes pudieran esconderse, tanto que era conocido como "El Camino de Sangre". Un caminante solitario era presa fácil. Así fue que un hombre, según Jesús, cayo en manos de ladrones, quienes le quitaron sus pertenencias, le golpearon y le dejaron para morir (Luc. 10:30).

"Lo tuyo debe ser mío" es la filosofía de los ladrones. No son buenos prójimos ya que no contribuyen nada para el bien ajeno. Por ser egoístas, envidiosos y avaros, velan oportunidades de apropiarse de los demás. Se creen merecedores sin haber trabajado.

La filosofía de ladrón tiene una gran aceptación hoy en día. Roban al gobierno por planillas falsas y por pios de luz y agua. Roban dinero del Seguro Social por enfermedades inexistentes o al Departamento de Agricultura por el cuidado de personas que no existen. Roban los bancos, negocios y a amigos por coger prestado dinero, mercancías o servicios que no pagan. Estudiantes roban notas por copiarse en exámenes y asignaciones. Empleados llevan para su casa materiales del trabajo. Roban la vida por asesinato. Roban esposas y maridos confundidos por peleas. Roban la honradez de muchachitas por aprovecharse la confianza. Lo cierto es que todos estos ladrones roban a ellos mismos porque hay un Dios en el cielo que todo lo ve (Gál. 6:7). Les toca desaparecer de noche a mañana (Sal. 37) e ir a un lugar no muy bueno (1 Cor6:9-10). Además su corta vida no les satisface, ya que por su conciencia intranquila, padecen de un auto concepto negativo. Roban a si mismos la oportunidad de avanzar en la sociedad y de desarrollar su potencial en la vida. Los ladrones no son buenos prójimos.

La segunda filosofía dice: "Lo mío es mío". El sacerdote y luego un levita pasaron de lejos cuando llegaron al lugar del moribundo. Representaban la verdadera religión pero eran unos degenerados en cuanto a la práctica de su religión. Es un crimen poder ayudar y no hacerlo (Sant. 4:17). Negarle auxilio a Lázaro fue lo que condenó al rico (Luc. 16:19; 1 Jn. 3:17). No son buenos prójimos los religiosos que cumplen con detalles y tradiciones pero no cumplen con el gran mandamiento de amar al prójimo. Hasta que no amamos, no hemos cumplido(1 Jn.4:20-21). Rehusar robarle no era suficiente, ni es suficiente para nosotros.

La tercera filosofía es "lo mío es tuyo si lo necesitas". A pesar de que su religión era falsa (Jn. 4:19-22), su amor era verdadero. Al verlo, sentió misericordia. Se acercó, hizo lo que pudo y lo cargó a un mesón. Pagó los gastos y se comprometió en responder por su continuada recuperación. Era un buen prójimo. "Ve tú y haz lo mismo" indica que nosotros somos prójimos de todos aquellos necesitados con lo cuales tenemos el poder y la oportunidad de ayudar. No hay detalles técnicos ni abogados que nos puedan librarnos de la responsabilidad de ser prójimo. No podemos limitarnos a cooperar con familia, amistades, compatriotas, ni con hermanos en la fe. Si cumplimos con todo lo otro y no cumplimos con lo primero, es como si no cumplimos nada (Sant. 2:10). Todos caminamos el camino a Jérico y todos tropezamos con necesitados. Asique, ¡escoja tu filosofía porque todos practicamos una de estas tres!

¿FUAFUI O FUIFUA?
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?