Gúliver y Los Liliputenses

por Homero Shappley de Alamo

¿Cuántos conocen el cuento de Gúliver y los liliputenses? En sus viajes, Gúliver llega a la tierra de los liliputenses quienes medían sólo quince centímetros de alto. Cansado, Gúliver se acuesta en un pasto y se duerme. Al acercarse los liliputenses minúsculos, se sorprenden al descubrir un ser tan enorme y no tardan en concebir e implementar un plan de amarrar al "gigante" Gúliver con soguitas y estaquitas. Al despertar Gúliver, no puede moverse. Efectivamente, la gente diminuta, usando cosas diminutas, lo habían inmovilizado. ¡Qué situación más ridícula y embarazosa!

En la iglesia del Señor, a veces la gente de poca estatura espiritual, "inmoviliza" con sus cosas diminutas al obrero del Señor, máxime cuando el obrero se duerme en medio de ellos. Esa "gente minúscula" con sus "cosas diminutas" anula las fuerzas del obrero, poniéndolo en ridículo frente a la iglesia y al mundo. ¡Qué situación más embarazosa para el obrero!

El mundo está lleno de "liliputenses" que se empeñan en atarnos. Si se lo permitimos, nos atarán con infinidad de ligaduras insignificantes y débiles pero que unidas y enlazadas, virtualmente nos inmovilizan en cuanto a realizar las obras importantes del Reino. Para tener una idea, mencionaremos dos o tres de estas liguraduras. Mayormente son exigencias e importunios de toda clase que en poco o en nada contribuyen al bien de la obra del Señor o de la humanidad.

Hay hermanos que dicen, "Llévame para allá"; "Hagamos esto o aquello". Sin rumbo. Sin propósito. Sólo para "matar el tiempo" o satisfacer algún antojito trivial y egoísta. Otros hermanos insisten que el obrero de Dios dé mantenimiento a las propiedades de la iglesia y en los hogares de los miembros. Estos detalles y pormenores que consumen las horas y los días, cosas que otros pueden y deben hacer.

El que es gigante espiritual no puede pasar mucho tiempo como plomero, carpintero, chofer, agente de viajes, en fin, el "resuélvelo todo" para toda la iglesia y los amigos de la iglesia. Por dedicar mucho tiempo y esfuerzo a estos detalles y pormenores, descuida lo más importante. Al tiempo se convierte en un "Iiliputense". Hermano, cuidado que no le reduzcan a Iiliputense.

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