LA MUSICA INSTRUMENTAL

POR QUE LA IGLESIA DE CRISTO NO LA USA EN SUS CULTOS

por Escribe Esteban S.

 

Si usted, estimado lector, asiste a un culto de la iglesia de Cristo, de inmediato notará que no se usan ni guitarras, ni maracas, ni panderetas, ni sinfonías, ni pianos ni ningún otro instrumento de invención humana para alabar a Dios. Toda la congregación, a una voz, canta salmos e himnos, sin que suene instrumento alguno. ¿Le parece extraña la práctica? ¿Dice que es contraria a la de casi toda iglesia en el mundo entero? Pues, tiene razón. Aunque no somos la única, hay muy pocas iglesias en el mundo que no usen instrumentos de música para alabar al Señor. No obstante, abundantes evidencias bíblicas e históricas prueban que nuestra práctica es la que Dios autoriza. Permítanos presentarle algunas.

Antes que nada, observe que los sentimientos y gustos de hombre no determinan, en realidad, lo que a Dios le agrada, ¿A usted le gusta la música instrumental? Muy bien. A mi también me gusta. Pero, ni usted ni yo somos Dios, y nuestros gustos, en que influyen por naturaleza la carne con sus deseos, posiblemente no sean los de El. ¿Qué es el hombre que le dijere a Dios: "Señor, a mi me encanta la música hecha con los instrumentos y, por lo tanto, creo que a tí te gustará también"? Es posible que le agrade, pero no debiéramos presumir que así sea sino dejar que El mismo nos revele su voluntad.

Pues, usar o rechazar instrumentos en el culto no es cuestión de gustos humanos. El factor decisivo debiera ser el siguiente: ¿qué dice Dios en la Biblia sobre el uso de instrumentos en el culto?

¿Qué dice El? Si usted ha leído la Biblia ya sabrá que en algunos libros del antiguo testamento (compuesto de los libros desde Génesis a Malaquías) se habla de instrumentos y de cómo fueron tocados en culto a Dios. De los textos donde se mencionan instrumentos el Salmo 150 es tal vez el que más se cita. Dice: "Alabadle a son de bocina; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a Jehová. Aleluya".

Ahora bien, si quiere ser buen estudiante de la Palabra inspirada, si desea, con toda sinceridad, discernir la voluntad del Señor, es imprescindible que aprenda la siguiente doctrina fundamental, a saber: que el antiguo testamento fue anulado cuando Cristo fue clavado en la cruz (Léase Colosenses 2:14-17; Hebreos 7:12; 8:6-13; 9:15-17). Si el antiguo testamento ha sido abolido, el sentido común nos lleva a la conclusión inevitable de que sus mandamientos y ordenanzas ya no están en vigor. De hecho, no lo están. En lugar del viejo pacto tenemos el nuevo (2 Corintios 3:

6-17). Los judíos, con quienes hizo Jehová el antiguo pacto (Deuteronómio 5:1-10), usaron sacrificios quemados, sacrificios mecidos, sangre, doce panes sin levadura, incienso e instrumentos en sus cultos. Pero, usted no tiene que usar tales cosas para adorar al Todopoderoso porque usted no vive bajo el régimen del antiguo testamento (Romanos 7:1-5) sino bajo el nuevo.

Amado lector, si usted entiende y acepta esta verdad fundamental comprenderá que no se puede citar el Salmo 150, ni cualquier otro texto del antiguo testamento, para justificar el uso del instrumento en el culto de !a iglesia. El antiguo testamento ha sido abrogado. El Salmo 150, texto que pertenece al antiguo testamento, no está en vigor. Además, la iglesia ni aun existía durante la época cuando estaba vigente el antiguo testamento. Fue establecida en el año 33, diez días después de la ascensión de Cristo. En aquella misma fecha entró en vigor el nuevo testamento (Hechos 2).

Pues, a fin de saber la voluntad divina sobre el uso del instrumento en el culto tenemos que escudriñar el nuevo testamento, no el viejo. El viejo ya pasó. Ahora, el nuevo es nuestro guía. Y, ¿qué dice el nuevo sobre instrumentos en el culto? ¡NADA! No dice nada. No los menciona cuando se presentan las leyes de Dios para el culto en la iglesia. En la historia dada en el nuevo testamento de cómo fue establecida la iglesia y de cómo adoraba bajo la supervisión directa de los apóstoles no se mencionan instrumentos. ¿Quiere decir este silencio de las Escrituras que en la iglesia primitiva no se tocaban instrumentos? Sin lugar a dudas, esto es lo que se indica. ¿No le parece cosa extraña que si, en la iglesia del primer siglo, los miembros tocaban instrumentos en los cultos no hubiera, en todo el nuevo testamento, referencia alguna a su práctica? En los libros inspirados escritos durante la edad apostólica (33 a 96 D. de C.) se habla de cómo la iglesia celebraba la cena del Señor, oraba, ofrendaba y cantaba, pero no se habla de instrumentos. Por lo tanto, concluimos que no se usaban instrumentos en el culto de la iglesia novotestamentaria.

En las reuniones de la iglesia primitiva los miembros cantaban sin que se tocasen instrumentos. Léase los textos siguientes: "Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones" (Efesios 5:19). "La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones, al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales" (Colosenses 3:16). "Está alguno alegre: Cante alabanzas" (Santiago 5:13). "Cantaré con el espíritu, pero cantaré también con el entendimiento". "Cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo" (1 Corintios 14:15 y 26). "Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios" (Hechos 16:25). Al analizar estos pasajes, aprendemos que los cristianos cantaban, no solo para alabar a Dios, sino también para edificarse los unos a los otros. Notamos que el mandamiento específico es cantar y sabemos que el verbo cantar no significa, ni implica, tocar. Además, vemos que no se habla del don de tocar instrumentos. De hecho, no había tal don sobrenatural, pese a lo que aleguen algunos religiosos.

¿Por qué el cambio en la manera de adorar a Dios? ¿Por qué los judíos usaban, bajo el antiguo testamento, instrumentos y los cristianos, bajo el nuevo, no los usan? Porque, en primer lugar, así Dios lo ha ordenado. En segundo lugar, hay diferencias notables entre la naturaleza del culto judío y la del culto celebrado en la iglesia. El culto judío fue basado más en cosas palpables, visibles y materiales, por ejemplo, en holocaustos (sacrificios quemados), la sangre de machos cabríos y de becerros sin mancha, incienso e inclusive instrumentos de música. En cambio, el culto ordenado por Dios para la iglesia es más espiritual (Juan 4:24), más elevado, suprimiéndose casi todas las cosas de este mundo. Los sacrificios que ofrecemos son espirituales (1 Pedro 2:1-9; Hebreos 13:15,16); el incienso, las oraciones de los santos (Apocalipsis 5:8). La sangre de animales no la tenemos que rociar en ningún lugar, pues la sangre de Cristo nos limpia de todo pecado (Hebreos 10:10-22). Asimismo la música con la cual alabamos a Dios no es carnal, ni se hace con instrumentos fabricados por las manos de hombres, sino que es espiritual, proviniendo del alma del adorador, de su corazón, y se expresa con los labios en salmos, himnos y cánticos espirituales.

Pero, los que hoy día abogan el uso de instrumentos en la adoración a Dios aparentemente no disciernen estas diferencias tan marcadas entre el culto judío del antiguo testamento y el culto de la iglesia bajo el nuevo testamento. En vez de dejar que la iglesia alcance el alto nivel de espiritualidad presentado en el nuevo testamento, la obligan a que se quede al mismo nivel de los judíos. Es más, con la música de los instrumentos introducen en la iglesia un elemento de mandanalidad que rebaja su espiritualidad. ¿No se ha fijado usted en cómo algunos religiosos palmatean, dan patadas, se mecen, gritan, y, en fin, pierden el dominio propio, todo al son de sus instrumentos? ¿No le parece que éstas son más bien reacciones de la carne que del espíritu? De hecho, lo son. El fuego pentecostal no es más que el fuego emocional que encienden los instrumentos. Cuando no se tocan los instrumentos se apaga el fuego y mengua, hasta el punto de desaparecer el fervor pentecostal, prueba de que su culto es basado más en lo carnal que en lo espiritual. La atracción principal en muchas iglesias no es el evangelio predicado en su pureza sino la orquesta, el orfeón, el conjunto y el coro. Entre las agrupaciones musicales hay competencias y mediante sus grabaciones y conciertos se hace mucha mercadería en el nombre del Señor. Por eso, afirmamos que la música instrumental, lejos de despertar en nuestras almas sentimientos más nobles tiende más bien a corromper y a degradar.

Muchos arguyen que el nuevo testamento no prohibe el uso de instrumentos en el culto y que, por lo tanto, se pueden usar. ¿Se puede usar todo lo que el nuevo testamento no condene en términos específicos? No, estimado lector. De manera alguna. Si se pudiera, entonces tendríamos que aceptar agua bendita, rosarios, incienso, el uso de velas y un sinnúmero de cosas no detalladas y prohibidas en las páginas de la Biblia. ¿Por qué rechazamos tales cosas, inclusive instrumentos de música? Porque si las admitimos cometeríamos el pecado de añadir a la revelación divina. Si quitamos o añadimos alteramos la voluntad de Dios y caemos bajo el anatema pronunciado en Gálatas 1:6-9 sobre los que predican otros evangelios. Si el cristiano no adora, no solo "en espíritu" sino también "en verdad", es decir, conforme a los estatutos asentados en el nuevo testamento, en vano adorará (Mateo 15: 1-9). No importa que sea sincero ni que tenga buen propósito. Si no adora según la voluntad del Señor, si sigue el credo de algún concilio humano o si procede a su antojo en vano adorará. Acuérdese de Caín (Hebreos 11:4) y de Nadab y Abiú (Números 10:1,2). Dios rechazó sus actos de adoración y los castigó porque quebrantaron los mandamientos que El había dado sobre el culto y cómo llevarlo a cabo. No caigamos en semejante error.

La conclusión del asunto es que no se usaban instrumentos musicales en el culto de la iglesia primitiva y que nosotros no tenemos derecho alguno de añadirlos hoy día. Si quiere que Cristo le cuente entre los "verdaderos adoradores" (Juan 4:24), pues cante alabanzas. No coja en la mano ninguna clase de instrumento con el propósito de tocarlo en culto al Señor. No le agradará. No lo quiere. Ni tampoco se haga miembro de una iglesia donde tocan instrumentos, pues se haría participe de su error. Busque una iglesia neotestamentaria donde se enseña y se practica la verdad en cuanto al culto. La iglesia de Cristo es una iglesia que se rige por el nuevo testamento. Le invitamos a que visite, sin compromiso, la congregación más cercana.