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beso santo

El Ósculo Santo - Rom. 16:16

por Elmer N. Dunlap Rouse

¿Qué Significa el Ósculo Santo?

La versión Reina Valera 1960 traduce el griego “filemati” como ósculo que más bien viene del latin “oris” (boca), similar a la palabra oración. Sin embargo el griega sale de “filios”, amor de hermano. Es un beso para la familia y las personas íntimas. Besar es demostrar que somos familia.

Era Parte de un Saludo

Los judíos era parte de un saludo y, por lo tanto, era el beso de paz. Decían “shalom” (paz) y besaban, un saludo completo. Era un gesto de amistad y comunicaba afecto, bondad y comunión. Los cristianos queremos a los hermanos en la fe y les deseamos lo mejor en esta vida y en la por venir. Los hermanos en la fe son nuestra verdadera familia. Al recién bautizado, la iglesia primitiva lo recibía con un beso para darle la bienvenida a la familia de Dios.

Es un Beso SANTO

Es distinto a todos los demás besos. Es un beso casto, sincero, espiritual y una deuda que le corresponde a cada hermano con los demás hermanos. Santo significa que hay que guardar este beso de toda contaminación, cualquier sospecha de impropio, escándalo, hipocresía o posible intensión carnal. El que desea enamorar a una hermana de la congregación, que haga en otro lado. Las reuniones de la iglesia no son para eso. El beso santo no debe confundir a los hermanos respeto a las intenciones de uno.

Los Besos No Santos

Hay besos que no son santos. Contrario al beso santo, tenemos en la Biblia el beso de Judas cuando traicionó a Jesús, tanto que nuestro Señor exclama, “¿Con un beso entregas al Hijo de Hombre?” (Luc. 22:48). Joab simuló besar a Amasa cuando lo apuñaló y lo mató (2 Sam. 20:9). Con un beso, Jacob engañó a su padre Isaac y aprovecho sus problemas de visión debido a su vejez para robar la bendición que le tocaba a su hermano (Gén. 27:27). Proverbios 27:6 dice, “Fieles son las heridas del que ama, pero importunos los beso del que aborrece”.

Las Instrucciones para el Beso Santo.

Todas los textos referentes al beso de los hermanos aparecen al final de las cartas, como si fueran besos de despedida (Rom. 16:16;1 Cor. 16:20; 2 Cor 13:12; 1 Thes. 5:26; 1 Ped. 5:14). ¿Cómo puede uno marcharse sin despedirse? Sería una falta de cortesía. Alguien observó que en las últimas cartas de Pablo, las que escribió desde la cárcel, no hay mención el beso santo. Sin embargo, aparece en otros escritos posteriores a la época apostólica, como Justín Martir y la Constitución Apostólica. Allí encontramos que los besos de los hermanos eran por género. Los hombres besaban a los hombres y las mujeres a las mujeres. Parece que la iglesia primitiva aprendió este costumbre de la sinagoga de aquella época ya que las mujeres se sentaban aparte de los hombres y los hombres no besaban a las damas. Además el momento de besar era después de comer la cena del Señor.

Los Besos para Roma.

Al final de la carta a los romanos, cuando Pablo estaba saludando a algunos hermanos en especial, los animó a saludarse mutuamente en Roma con el señal de hermano - el beso santo. Añadió, “Os saludan todas las iglesias de Cristo”. Es como decir, que ustedes en Roma tienen que estar unidos porque acá todos estamos unidos. Pablo los amaba de corazón y tenía muchas, muchas amistades muy queridos en aquella ciudad. Pablo tiene que haber explicado sus planes de ir a Roma y las diferentes iglesia le encargaban de lleva sus saludos a los hermanos en Roma. Vivimos en un mundo cruel, abusador, perseguidor, tanto que, a veces, no encontramos la manera de despedirnos y separarnos de los hermanos. Conozco a un joven, que cuando su padre supo que se había bautizado, lo golpeó. A veces hay lágrimas en los ojos de los hermanos al despedirse. Cuando Pablo se despidió de los ancianos de Efeso, hubo gran llanto (Hech. 20:37).

Cómo Besar a Jesús.

“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:33-34). Besamos a los hermanos cuando nos preocupamos por ellos, los visitamos, cuando los llamamos, los enviamos mensajes de texto para inspirarlos, estemos con ellos en la funeraria o en el hospital, en sus eventos importantes, cuando los mencionas en nuestras oraciones y les echamos de menos en la asamblea. “Pues, el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quién no ha visto?” (1 Juan 4:20). Uno puede desbesar a los hermanos, desbesar a Jesús y a su propia salvación. Abandonar a las reuniones de la iglesia, faltarle respeto a un hermano, ser desconsiderado, crear disturbios por cosas que no valen la pena, hablar por detrás, rehusar perdonar o preferir a unos y no a otros son formas de desbesar a Jesús. No era un simple hermano a quién le negamos el beso, sino fue a Jesús mismo por dejarle con hambre, sediento, en la calle, sin ropa o desatendido cuando estaba enfermo o encarcelado. El que desbesa a un hermano, por más pequeño que sea, es merecedor de las palabras tristes, “Apartaos de me, malditos” (Mat. 25:41).

¿Qué Pasó con el Beso Santo?

Dicen que desapareció por aumentar tanto los hermanos hasta que era imposible besarlos a todos. El beso todavía se conserva en muchas culturas donde ha sobrevivido como una bella costumbre, mientras que en otras culturas desapareció tal vez sustituido por el estrechón de manos. Sea por besos, por dar la mano, o por chocar los puños debido a la pandemia, que el amor entre los hermanos sea sincero y siempre ferviente.