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Serie Volver, Lección 15

¿Cómo es tu Ejemplo?

por Elmer N. Dunlap Rouse

¿Eres un buen ejemplo para tu familia y demás hermanos? 1 Timoteo 4:12 dice,

12 Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza.

Aunque no te das cuenta, siempre hay hermanos que van a observar tu conducta para hacer lo mismo que tu haces. Van a hablar como tu hablas, amar como tu amas, demostrar el mismo espíritu que tu demuestras, vivir la misma fe que tu vives y tener los mismos principios morales que tu tienes. ¿Serán buenos hermanos? ¿Imitan a Jesucristo? ¿Se salvarán?

Queremos que tu vuelves para formar parte de la iglesia y que tomas en cuenta a los nuevos hermanos, especialmente a los débiles que buscan excusa para hacer lo que ellos quieren hacer. ¿Serás tu la excusa que están buscando? Si le llamamos la atención, ¿van a citar el caso suyo para excusarse?

Es verdad que nunca tu le has dicho que hiciera esto o aquello, pero lo que haces tiene más peso que lo que dices. Es más efectivo ver un sermón que escucharlo. Los nuevos escuchan lo que enseñamos en las reuniones de la iglesia, sin embargo aprenden mejor imitando lo que ven en los demás hermanos.

¿Eres luz o oscuridad? Lo pasado pasó y queda perdonado, pero ¿qué ejemplo vas a poner ante los hermanos? No queremos que tu vuelvas a la iglesia para ser hipócrita o rebelde, sino un hermano de verdad, honesto, con integridad, comprometido con Dios y esforzándose para ser fiel hasta la muerte. No buscamos a perfectos, pero hay una gran diferencia en equivocarse y ser hipócrita.

Si pones los ojos en Cristo, no hay confusión. Cristo dijo:

28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. 29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; 30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Aprender de Cristo es el secreto. No hagas caso a los hermanos. Sólo tiene que poner los ojos en Cristo. Si cumples con Cristo, es suficiente. No aceptas el yugo de los hombres, ni yugos tradiciones, sino solamente el yugo de Cristo para ti, hecho a tu medida, con la carga hecha para ti, que es fácil. Es una carga mucho más liviana que la que llevas ahora.

¿Aceptas que Cristo te guíe? Con su mano en su hombro, no puedes fallar. Ten confianza. Vuélvete a la familia de Dios y hagas tu parte.

 

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