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Serie Volver, Lección 21

¿Amas a tus Líderes?

por Elmer N. Dunlap Rouse

Estar desencantado con el ministro o los líderes de tu iglesia puede motivarte a retirar de la iglesia. Tal vez te sientes triste o molesto con algo que pasó y vas perdiendo el interés en las actividades de la iglesia. No te vayas. Si ya te retiraste, debes volver porque Cristo te quiere en su iglesia, compartiendo con sus demás seguidores. La iglesia es el cuerpo de Cristo. Es tu familia. Pero como la iglesia trata de personas imperfectas, necesitas tolerancia, paciencia y amor. Tu no eres perfecto y no debe sorprenderte que otro tampoco lo sea. No puedes esperar que otro tenga lo que tu no tienes. Si vas a atacar y acabar con los imperfectos, tendrás que empezar contigo mismo, ¿no es verdad? Si tu te toleras, tienes que tolerar a los demás. Si vas a tirar piedras, tienes que tirar la primera a ti mismo.

Se supone que el ministro sea el miembro más cristiano de la congregación, pero nunca será perfecto. Todos enfocan la vista en el por estar al frente, por ser agente de la colectividad, por ser pagado, por recibir órdenes de los demás líderes, por tener el que buscar solución, por tener más experiencia. Su esposa e hijos no escapan la mirada juiciosa. Por lo tanto, cuando comete errores, son más obvias. Vive en una casa de vidrio porque constantemente lo están observando. Este factor va con el trabajo. Admiramos y felicitamos a los pocos que están dispuestos a exponerse, el y su familia, a la mirada de todos. Si le buscamos la falta y le desacreditamos, se va y la iglesia tendrá que buscar a otro que tal vez sea peor. Si quemamos al ministro, ningún jóven va a querer estudiar para el ministerio.

¿Abandonaste la iglesia por problemas con el ministro? ¿Dijo algo que no te gustó? ¿No quisiste perdonarlo? ¿Difirieron en alguna enseñanza? ¿Tuviste una buena idea y no te hizo caso? ¿Sentiste envidia porque otros recibieron más atenciones? Debes volver porque estas cosas no son razones para irte. Si estás pensando en irte, te aconsejo que estudias el asunto y tus opciones con calma, sin emoción, porque tu decisión puede afectar tu relación con Dios y la de otras personas (miembros, familia y vecinos). Si el problema está en ti, nada resuelves en irte, porque vas a llevar estos problemas contigo a otra iglesia. Si el problema no está en ti, sino en el ministro u otro líder, en vez de huir, debes quedarte para confrontar a la persona, suponiendo que el problema sea importante. Te conviene porque ya estás cómodo aquí, conoces a los hermanos, ellos te conocen a ti, y te ha funcionado en el pasado. Cambiar de iglesia lleva cierto riesgo como dice el refrán, "mejor un enemigo viejo que un amigo por conocer". No permite que un defecto en un mar de virtud te decepcionas.

Si es un problema serio, no debes de irte, sino conformarlo para salvarlo y a los demás. Tu conoces los pasos de Mateo 18:15-17, de hablar con el a solas, de volver con dos o tres testigos, y luego de presentar esta evidencia a los líderes de la iglesia, por escrito, firmado por ti y los testigos. Pues, es una cosa muy seria acusar a un ministro. Si tu problema no llega a eso, si fue una sencillez, es mejor perdonarlo. ¿Amas al ministro? ¿A tu familia? ¿A los hermanos? ¿Quieres que tu iglesia crezca en tu comunidad? Piénsalo con calma antes de tomar tu decisión. ¿Fue por mal entendidos? ¿Tienes la valentía de admitir tus errores, volver y pedirle disculpas a los hermanos? ¿Eres orgulloso? Hermano, todos somos personas que defectos y a veces sufrimos de coraje y rencor. Sin embargo, te pido que piensas de una forma desprendida, desinteresada, según la verdad, poniendo tus emociones al lado y que hagas lo que Dios quiere.

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma (Heb. 10:39).

¿Cómo afecta tu decisión a tu relación con Dios? Puedes preservar tu alma y vivir por fe o demostrar tu falta de fe en Dios por retroceder y perder tu alma. Si quieres agradar a Dios, no aflojas, hermano. En la parte restante de este artículo, quisiera explicarte dos cosas. Primero, cómo reconocer un ministro o lider bueno porque puede que esté frente a tus ojos y no te das cuenta. Segundo, ¿cuáles son tus responsabilidades con los líderes de la iglesia?

La salvación de las almas y el bienestar de la iglesia no tienen precio. Por eso, algunas iglesias gastan grandes cantidades de dinero buscando, y entrenando al ministro. La iglesia necesita líderes y no puede funcionar sin ellos. Donde hay líderes, tiene que haber personas que se dejen dirigir. Según el Nuevo Testamento, los apóstoles instalaron ancianos (también llamados obispos o pastores) en las iglesias donde había presentes los hermanos con los requisitos necesarios, como especifica 1 Timoteo 3 y Tito 1. Sin embargo, encontramos iglesias sin ancianos como las de Corinto y Roma. Además, encontramos la designación de lideres que funcionaban en las iglesias. Para el presente estudio, vamos a usar Hebreos 13 donde aparece la palabra "líder" en griego aunque en la Reino Valera 1960, lo traduce equivocadamente como "pastores". De hecho, los líderes pastorean.

7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.

Luego dice en el versículo 17,

17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

Vamos a considerar qué clase de cristianos deben ser los líderes de la iglesia, donde incluimos el ministro, la ancianos, tal vez los diáconos, maestros u cualquier otra líder que la iglesia reconoce.

Las Cualidades que Esperamos de los Líderes

Velan. Los líderes de la iglesia velan por las almas de los hermanos. Su trabajo es preseverar las almas y estimularlas a ser fiel, asistir, participar, estudiar, trabajar y cumplir con todo lo que Cristo nos ha dicho.

Benefician a los hermanos. Los líderes están para beneficiar a la iglesia y tenerla en condiciones óptimas para que pueda realizar su misión.

Son maduros. Son hermanos de experiencia que han madurado con el tiempo y con sus errores. A veces le toca a la iglesia un ministro joven de poca experiencia. Vamos a ayudarlo.

Conocen la Biblia y hablan con certeza, fidelidad, verdad y poder.

Tienen visión y encaminan la iglesia para cumplir con el propósito de Dios.

Imitan a Cristo. Su mensaje es Jesús y le vemos en su vida. La iglesia va bien si hace lo que ellos hacen.

Son espirituales y estimulan los hermanos a actividades espirituales. No les gusta perder tiempo con cosas materiales cuando pudieran estar orando y llevando la palabra.

Son gozosos porque están cerca de Jesús, salvando almas, compartiendo con los niños.

Van a dar cuenta por ti y por cada hermano. Cargan con una gran responsabilidad.

No se enseñorean como si fueran gobernantes mundanos, No son autoritarios sino dispuesto a hacer lo necesario, hasta lavar los pies a los hermanos.

Tu Responsabilidad con los Líderes

Agradecerlos a Dios. Si uno recibe beneficio, le toca dar las gracias. ¿Estás agradecido por estos hombres que se sacrifican por servir a los hermanos, velar por sus intereses? ¿Has expresando tu aprecio?

Considerarlos. El autor de Hebreos nos manda a considerarlos. El texto habla como si aquellos líderes ya habían fallecido. Fueron perseguidos y posiblemente murieron como mártires. El autor de Hebreos escribe desde la cárcel. ¿Dónde tu prefieres morir? ¿En la fe o en el mundo? ¿Cuál va a ser el resultado de tu fe? ¿Qué piensan los hermanos cuando consideran tu ejemplo?.

Orar por ellos. Hebreos 13:18 de "Orad por nosotros" para ser liberados. Cuentan con las oraciones de sus hermanos. Somos rápidos para criticar y lentos para orar. Orando Dios nos da la paciencia, la tolerancia, el amor para soportar y comprender a los hermanos, comprender a Dios y su voluntad, y elevarnos para mejorar nuestras vida, actitudes y amor. ¿Oras por tus líderes?

Amarlos como Jesús nos ama, como queremos ser amados. Es más excelente que quemarlos por detrás. 1 Corintios 13 explica que "El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; 5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; 6 no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. 7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta" (4-7). Jesús trató a los apóstoles con amor.

Imitar su fe y todas aquellas cualidades cristianas. Estoy seguro que todos podemos encontrar algo de admiración, algo bueno, digno de felicitación.

Obedecerlos. La iglesia no es una reunión de voluntarios sin obligaciones ni responsabilidades. Nuestra cultura nos enseña a defender nuestra libertad a todos costo y los hermanos rebeldes prefieren mejor el mundo donde nadie les mande. Se parecen más bien consumidores de religión que cristianos. Hermano, ¿te entregaste a Cristo cuando te convertiste? Cristo te pide tu entrega total o nada. Si no renunciamos el control, no somos sus discípulos (Lu. 14:25-33). Puedes buscar otra iglesia donde puedes hacer lo que quieras, pero no es la iglesia del Señor. Desobedecer a los líderes es desobedecer a Dios.

A los líderes infieles, no tienes que obedecer, sino ayudar en sacarlos. Nadie está por encima de la ley de Dios. Los líderes de la iglesia deben de acatar lo que dice la Biblia así como el más recién bautizado. Hermano, si te fuiste de la iglesia por un líder corrupto, debe de volver y continuar tu lucha para que se arrepienta o por sacarlo sin hacerle daño a la iglesia si sea posible. No afloja nunca. Al mismo tiempo tienes que distinguir entre lo que es doctrina y lo que es opinión. Si no es cuestión de doctrina, es decisión de ellos. Los líderes de la iglesia toman las decisiones, no importa lo que diga la mayoría. La iglesia les debe la confianza y la obediencia.

Algunos hermanos se van por evitar la disciplina. Estos son estorbos en la congregación, sembrando rebeldía y vagancia entre los demás hermanos, desuniendo la iglesia. Algunos son productos de un hogar disfuncional, rotos, y se le hace difícil aceptar la autoridad de los líderes de la iglesia. Estos hermanos indomables no caben en ninguna organización donde ellos no mandan.

Confiar en ellos. Confiamos en los líderes de la iglesia al mismo tiempo que los velamos.

No quejarse. Una querella sincera es necesario y útil. Es una oportunidad para la crecer y aumentar el amor y la fidelidad de los hermanos. Eso es lo que pasó en murmuración de Hechos 6:1. Luego de resolver el problema, Lucas dice, "Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe" (Hech. 6:7). Muchas veces, los problemas son bendiciones para la iglesia.

Pero el mandamiento de no quejarse en Hebreos es similar al de Santiago 5:8-9 que dice, "Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca. Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta.". Como el juez está delante de la puerta, puede haber un juicio inmediato y un castigo severo. Los miembros que se acostumbran a quejarse están peligrando su salvación. Están en la misma posición que Israel en el desierto, siempre quejándose de Dios, inconforme, que terminó con una ira que los excluyó de la tierra prometida. Los líderes de la iglesia necesitan nuestro apoyo y confianza. Quejarse es una actividad falta de paciencia y fe en el poder de Dios. Esta negatividad hace mucho daño a la iglesia. El autor de Hebreos lo dice claramente, "esto no os es provechoso". Hermano, no hay provecho en criticar a los líderes de la iglesia.

Cristo te invita a volver a la iglesia con todo tu corazón, con todo tu amor, como un miembro positivo, constructivo, apoyando la iglesia en todo momento, porque una iglesia contenta y gozosa es mejor para ti y mucho más divertido. Sonríe, hermano. Cristo te ama.

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