QUEREMOS CRECER EN ESPIRITU por Vivian Morales Acevedo
Los jóvenes de la iglesia trazamos unas metas para nuestras actividades que aquí presentamos en orden según su importancia: (1) crecer espiritualmente, (2) tener más conocimiento bíblico, (3) conservar los jóvenes de la iglesia, (4) traer jóvenes a las actividades, (5) aprender cánticos nuevos, (6) conocernos mejor, (7) compartir y (8) divertirnos.
Tal vez te preguntas, "¿por qué, si somos jóvenes, es más importante crecer espiritualmente que divertirnos?" Deseo aclararte esta duda, ya que al igual que tú, soy joven y muchas veces este pensamiento ha pasado por mi mente.
Primeramente, crecer espiritualmente significa poner en primer lugar los asuntos del alma y de Dios. Significa estar en el mundo pero no ser del mundo. Significa rechazar orientar la vida hacia cosas materiales.
Al leer esta definición, tal vez piensas que es muy difícil crecer espiritualmente. Pues sí, lo es porque hay que ir en contra de la corriente. Hoy en día el estilo de vida que nos proyecta el mundo está basado en la adoración a las drogas, sexo, violencia, y veneración de actores famosos. Además todos nosotros tenemos amigos que no pertenecen a la iglesia y muchas veces nos dejamos llevar y convencer por ellos. Por eso debemos tratar de compartir más con los hermanos de la iglesia ya que ésta es una de las mejores maneras para alcanzar la fortaleza espiritual. Recuerda que Dios te exhorta en 2 Timoteo 2:22 a que huyas de las pasiones juveniles y sigas a los que de corazón limpio invocan al Señor.
Otra de las maneras con la que puedes encontrar este crecimiento espiritual es por medio de la espada del Espíritu, la Palabra de Dios (Efesios 6:17). Como verdaderos cristianos, debemos presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; no debemos conformarnos a este siglo, sino que debemos transformarnos por medio de la renovación de nuestro entendimiento (Romanos 12:1-2). Y sobre todas las cosas tener en cuenta que cualquier trabajo o cosa que hagamos en el Señor no es en vano (1 Corintios 15:58) ya que finalmente obtendremos una recompensa y satisfacción mucho más grande que la que nos puede ofrecer el mundo.
Por último, deseo aclararte que más que jóvenes, somos cristianos y que nuestro amor por Dios debe llenar nuestras vidas. De esta manera estaremos dispuestos a darlo todo por nuestro Creador de la misma manera que El lo hizo por nosotros.
Joven, te exhorto a que medites en lo que te digo y que estas palabras te sirvan y te convenzan a que crezcas espiritualmente para así poder alcanzar las demás metas que tengas en tu vida, ya que en Cristo lo podemos todo. Permite que El sea la luz que ilumine tu vida. ¡Lucha por tu salvación!
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