CUANDO TE CRITICAN

Por: Elmer N. Dunlap Rouse

Todos hemos sentido el momento cuando nuestro espíritu se cae por el piso herido por la crítica, cuando desesperado pensamos renunciar todo y huir a algún lugar escondido para llorar. Todos hemos sentido el momento cuando nuestra sangre se hierve y un ojo tiembla de coraje por la crítica de alguien. ¿Cuántos miembros se han ido de la iglesia porque "Fulano dijo". Escribo estas líneas para el beneficio de aquellos que son criticados por sus semejantes, especialmente para los líderes de la iglesia, aunque sabemos que la crítica nos toca a todos de vez en cuando. Primero quiero dar unos consejos generales o reglas sobre qué hacer con la crítica y luego quiero aconsejar a los líderes de la iglesia que se sienten cohibidos por la crítica.

REGLA 1: ESCUCHALA

"Todo hombre sea pronto para oír" (Sant. 1:19). "Examinadlo todo" (1 Tes. 5:21). Si no quiere venir a nosotros, vamos donde la persona y le invitamos a decir todo lo que piensa sin guardar nada. Hacemos esto porque necesitamos su cooperación y estimamos su opinión, ya que nadie lo sabe todo y podemos aprender de cualquier persona.

REGLA 2: SEAS HONESTO

"Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" (I Jn. 1:7). Debemos admitir todas las faltas que podamos, no importa el dolor que conlleva. Después que dice la verdad, hay que recibirla. Negar la verdad es engañarse, es andar en tinieblas, es hacer a Dios mentiroso (1 Jn. 1:10). Con honestidad hacemos distinción entre la crítica justa y la injusta. Como algunos creen que toda crítica es injusta, aquí injusta quiere decir, aquella que no es cierta. La crítica justa es la voz de Dios, no importa quien sea el mensajero, porque Dios hasta puede usar al diablo para decimos la verdad.

REGLA 3: ORA

Debemos orar para evitar justificarnos. No hay beneficio en tapar el cielo con la mano, viendo solamente la evidencia que prueba nuestra inocencia. Orar es una actividad que nos permite ver las cosas como Dios las ve y nuestra conciencia nos confirma que sí era la voz de Dios. Nuestras ofensas son primeramente contra Dios y por esto debemos pedirle perdón. Si la crítica no es justa no es cierta, no es de Dios, debemos orar por la persona que nos critica y perdonarlo de todo corazón, así como Cristo oró "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Luc. 23:34). Echando la crítica injusta al lado, nos preguntamos ¿cuál es la necesidad de esta persona? Por amor tratamos de suplir la necesidad escondida de la persona.

REGLA 4: ACEPTA LA PRUEBA

Para seres imperfectos, no debe ser cosa grande que Dios quiere que cambiemos para lo mejor. Todo lo que nos sucede es porque Dios lo permite para el bien nuestro (Rom. 8:28). Si la crítica es justa, nos llegó el momento de efectuar cambios en lo que estamos haciendo. La iglesia es imperfecta también y las críticas son bienvenidas. Por la murmuración de los griegos contra los hebreos, los apóstoles tuvieron que efectuar cambios y el resultado era que la palabra del Señor crecía más (Hech. 6:1-7).

REGLA 5: NO PIERDES DE VISTA TU OBJETIVO

Si uno quiere ser salvo, uno puede estar seguro que el diablo nos va tratar de desviar de este propósito. Así cuando los líderes saben lo que tienen que hacer, el diablo usa a otros y hasta la esposa de uno para parar las cosas. El diablo siempre estaba tratando de despistar a Cristo y nunca pudo. Después que entendamos lo que Dios quiere, no podemos permitir que nada ni nadie nos detenga. Y si- nos logran detener, el objetivo divino queda en pie esperando la oportunidad de seguir (Lucas 9: 5 1, Hechos 21: 12-14). Con nuestro ojo en la meta, no perdemos ánimo por los comentarios ingratos de algún hermano, sino que lo aceptamos como parte de nuestra carrera y seguimos para la meta con toda paciencia (Heb. 12: 1-4). Aceptamos que siempre habrán críticas injustas. Cuando Sancho preguntó por qué los perros ladraban, Don Quijote contestó que ellos se estaban moviendo, que al pararse los perros también paran * de ladrar. ¿Cuántas buenas obras, progreso para la iglesia y desarrollo de nuevos líderes han ,parado las críticas? Son pruebas pero no deben paramos de alcanzar los objetivos de Dios. Debemos concentramos en la meta y no en las críticas injustas. Quien se deja intimidar por la lengua de los caprichosos no puede imitar a Cristo, el vencedor. Si nos acobardamos, entonces la iglesia será dirigida por la lengua más suelta.

Las críticas no afectaron a Isaías. "Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás. Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos. Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla" Usa. 50:4-9). Isaías aceptó humildemente la prueba y los abusos como parte de su ministerio, y pudo vencer porque Dios le ayudó.

Hermanos míos, los que critican, por lo general no hacen nada. ¿Porqué dejamos vencer e intimidar por ellos? Algunos líderes sabios, cuando son criticados por alguna obra, tienen la técnica de poner como encargados de la obra los que más critican. De esta manera, canalizan esta energía en algo positivo, y si fracasan, no pueden criticar, ya que fueron ellos los responsables.

Hace unos 22 años atrás encontré una cita de Theodore Roosevelt, y me ayudó tanto que la pegué en el guía de mi carro para leerlo todos días. Ya no está en el guía pero siempre lo llevo conmigo en mi cartera. Si las críticas te afectan, tal vez usted también pueda usarla.

No es el crítico que vale ni el hombre que señala dónde el hombre fuerte resbaló o dónde el hechor de hechos pudiera haberlo hecho mejor. El crédito pertenece al que actualmente está en la arena; cuya cara está manchado por el polvo, el sudor y la sangre; quien lucha valientemente; quien falla una y otra vez; quien siente el gran entusiasmo y gran devoción y se gasta en una causa digna; quien cuando mejor, conoce el triunfo de alto logro; quien cuando peor, cuando fracasa, por lo menos fracasa mientras atreviéndose grandemente; de tal manera que su lugar nunca será con aquellas almas frías y tímidas que no conocen ni fracasos, ni victorias.

La historia de la iglesia todavía se está escribiendo. Los críticos no figuran. Tampoco figuren los que se dejan cohibir por las críticas.

CRUCIFIJOS
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?