Lección 12

EL DON DE LENGUAS (1)

La verdad es que muchos de los que predican y enseñan hoy día no entienden, sí juzgamos correctamente, la naturaleza de los dones sobrenaturales. ¿Qué es la profecía? No saben. Algunos creen que consta exclusivamente de declaraciones sobre acontecimientos futuros.

¿Qué es el discernimiento de espíritus? No saben. Algunos creen que se refiere al distinguir entre las varias clases de demonios. Si no lleguemos a entender la naturaleza de los dones, no podremos hablar con inteligencia de lo que pasó en aquel tiempo ni tampoco de lo que observamos hoy día. Por lo tanto, es muy importante que sigamos analizando con imparcialidad la enseñanza divina sobre los dones, empeñados en aprender toda la verdad.

Nos toca ahora estudiar a la luz de la Biblia el don de lenguas. Es uno de los nueve mencionados por Pablo en 1 Cor. 12. ¿Qué fue ese don? ¿Por qué fue dado? ¿Cómo se usaba?

Antes que nada, notemos que el Señor incluyó el hablar "nuevas lenguas" en la lista de señales que seguirían a los que creerían el evangelio (Marcos 16:17). También observemos que los apóstoles, aunque sanaban, echaban fuera a los demonios y hacían otros milagros durante el ministerio de Cristo, no tenían el don de hablar lenguas. ¿Por qué?

¿Qué eran las lenguas que hablaron los apóstoles y otros después de la ascensión de Cristo? Hechos 2:1-11 nos da la contestación. Citando el 4 al 11 el texto dice, "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos éstos que hablan? Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asía, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios."

Según el versículo 4, cuando los apóstoles recibieron el bautismo del Espíritu Santo, "comenzaron a hablar en otras lenguas." Los versículos 5-8 explican por qué tenían que hablarlas. "Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo." Estos judíos no hablaban el mismo idioma. Dice el versículo 6 que "estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua." Es muy evidente que los apóstoles, hablaban los idiomas de las personas que de otras naciones habían venido a Jerusalén para adorar y para guardar las dos grandes fiestas de la pascua y de Pentecostés. El versículo 7 confirma es la conclusión. Los de otras naciones "estaban atónitos y maravillados diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? Todos los apóstoles eran de Galilea y hablaban arameo. Muchos de los que les escucharon no entendían el arameo. Sin embargo, entendían lo que los apóstoles predicaban por el poder del Espíritu Santo. ¿Cómo entendían? El versículo 8 dice, "¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?" ¿En que clase de lengua? En la "en la que hemos nacido." Había nacido en distintos paises y tierras. Son nombrados como 14 o 15 en los versículos 9-11. Hablaban los idiomas de aquellos lugares. Los habían aprendido como aprende cualquier niño el idioma de su país natal.

Pero los apóstoles no los aprendieron de esa manera. Ni tampoco los aprendieron por haberlos estudiado. Sin embargo, allí predicaron en idiomas que, minutos antes, no sabían. ¡Que maravilla! ¡Un milagro verdadero! Y así fue. Sin lugar a duda algo extraordinario había ocurrido. Un poder había descendido de los cielos capacitando a los apóstoles, hombres sin letra, para que hablasen idiomas que nunca habían aprendido.

La enseñanza clara del texto es que las lenguas no eran angélicas. Ni tampoco eran "nuevas" en el sentido de que nunca se habían usado anterior al día de Pentecostés. Las lenguas que hablaron los apóstoles aquel día fueron los idiomas de las naciones existentes en el primer siglo. Eran "nuevas" para los que recibieron el poder de hablarlas porque antes nunca las habían usado.

Cuando vine a Puerto Rico, el Español era una nueva lengua para mí. Nunca la había hablado. Ahora, sí de repente, el día de mi llegada a la isla, hubiese podido hablar a perfección este idioma, sin haberlo estudiado antes, hubiera tenido yo el mismo don que recibieron los apóstoles el día de Pentecostés, un don sobrenatural, el de hablar una nueva lengua. Se afirma que todas las lenguas que los miembros de la iglesia primitiva utilizaron eran de esta misma clase. Es decir, eran idiomas conocidos y usados por distintos pueblos de aquellos tiempos y lugares.

Lo que dice Pablo en 1 Cor. 14:21 apoya esta afirmación. En este pasaje se cita un texto del Antiguo Testamento, Isaías 28:11,12, que dice: "En otras lenguas y con otros labios hablaré a este pueblo y ni aun así me oirán, dice el Señor». Esta profecía de Isaías tenía que ver originalmente con la nación de Israel y se refirió' al cautiverio en Babilonia y en otros países que los judíos sufrirían por no haber perseverado en la ley. Tendrían que oír el mensaje de Jehová en los idiomas de Babilonia, Persa, Asiría, etc. Pablo usa este ejemplo de lo que le paso a Israel para explicar el hablar lenguas en la iglesia. Las «otras lenguas» de Isaías eran los idiomas de otras naciones. Asimismo en la iglesia primitiva, las otras lenguas o las nuevas lenguas eran idiomas usados por las naciones de aquel entonces.

Lenguas angélicas no se hablan aquí en la tierra. La referencia de Pablo a dichas lenguas en 1 Cor. 13:1 es retórica. Compare lo que él dice ahí con las palabras de Gál. 1:6-10, "Si ... un ángel del cielo os anunciare otro evangelio ..." Un ángel del cielo no va a traer otro mensaje, pero si le fuera posible, no podríamos aceptarlo. Así es también la idea de 1 Cor, 13:1. Sí fuese posible hablar lenguas angélicas. No lo es, pero sí fuese posible. Cuando en el nuevo testamento se trata del don de lenguas se trata del poder de hablar un idioma sin antes haberlo conocido o estudiado. La Biblia nada dice de las lenguas estáticas (las que se habla en un estado de éxtasis).

¿Por qué fue dado el don de lenguas? ¿Por qué no fue dado durante el ministerio de Cristo? Porque los discípulos fueron enviados solamente a Israel y ya sabían el idioma de ese pueblo. Pero después de la resurrección fueron enviados a predicar el evangelio a toda criatura. ¿Cómo podían siendo ellos hombres sin letra? ¿Cómo les sería posible llevar el evangelio a gentes de otros idiomas? No sabían hablar esas otras lenguas. Dios los capacitó para esa obra tan grande de predicar a todos dándolos el don de lenguas.

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