LA IGLESIA POSITIVA

Por: Elmer N. Dunlap Rouse

Mi iglesia está mal. Está llena de problemas y de personas problemáticas y está siempre pidiendo dinero. La capilla es muy pobre y algún día se nos caerá encima. El ministro no sirve. No sabe nada. Los líderes son muy abandonados en sus deberes. No hay disciplina. No hay transportación. Nadie quiere hacer nada. No hay un plan de trabajo. Nadie quiere evangelizar. Estoy pensando quedarme en casa porque los cultos me llenan de frustraciones. Yo siempre censuro estas faltas delante de mis hijos y ahora ellos no quieren ir a la iglesia. Mis hermanos son unos hipócritas y chismosos. Rara vez me visitan. Nadie aprende nada en la clase bíblica. Nadie quiere leer la Biblia. No visitan los enfermos. No tienen programas televisados como los sectarios. No reparten literatura ni visitan a los presos. Cuando le cuento los problemas de la iglesia a otros, ellos también se ponen tristes y opinan lo mismo que yo, que es mejor quedarse en la casa. Creo que con el tiempo la iglesia tendrá que cerrarse porque allí todo está mal.

Mi iglesia está buenísima. Tenemos muchos hermanos que quiero más que a mis propios familiares. Me gusta estar allí porque se siente el amor. Cada día me siento más alegre y agradecido a Dios por tantas bendiciones. Todos estamos contentos porque tenemos unos líderes muy capacitados y dedicados. Tenemos una juventud preciosa, trabajadora y seria. Dios ha bendecido a nuestra iglesia con grandes y ricas bendiciones y nos ha dado muchas oportunidades para progresar. Hay mucho trabajo que hacer. Salgo de los cultos edificado y, al mismo tiempo, un poco triste al despedirme de mis hermanos que tanto quiero. Estoy deseoso de volver al próximo culto.

Hermanos, la iglesia mala y la iglesia buena son la misma iglesia. Todo depende de si somos negativos o positivos; si enfatisamos lo feo, o lo bonito. Con nuestra actitud podemos edificar o destruir la iglesia de Jesucristo; llenarla de alegría o robarle su gozo, y desanimar a todos los que nos rodean. Con nuestros ojos podemos pintar la iglesia con colores brillantes, llenarla de entusiasmo y bienestar, haciendo de la iglesia un jardín donde florecen todos los frutos del Espíritu, o podemos pintarla de gris y de negro y hacer que apeste más que el crematorio. Cristo dijo: "La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las as las, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Mat. 6:22-23). Los lentes rojos hacen que todo aparezca rojo, porque eliminan todos los demás colores y sólo dejan pasar el color rojo. Así el ojo malo elimina toda el bello panorama y no lo ve. El ojo generoso ve el bien dondequiera, no por negar la realidad, sino por verla en el contexto de fe, amor y esperanza. Por lo tanto, el ojo es el campo de batalla, donde el Espíritu y el diablo compiten.

Es necesario dominar nuestros pensamientos y llevarlos a la obediencia a Cristo (2 Cor. 10:5), ya que por mirar y pensar podemos pecar. Llegaremos a ser lo que pensamos (Prov. 23:7). Tenemos que gobernar nuestros pensamientos como Dios quiere, enfocando lo positivo, lo virtuoso y lo amable (Fil. 4:8). Todo lo negativo muere, mientras que el amor perdura (1 Cor. 13:8). Al adoptar una actitud negativa, empezamos a morir y con el tiempo caemos de la iglesia como el gancho seco cae del árbol. Hay que poner un filtro a nuestros corazones para evitar que entren pensamientos negativos (Prov. 4:23) que son como veneno. Pensemos bien de Cristo, de su iglesia y de cada hermano en particular. Cada vez que nos llegue a nuestra mente un pensamiento negativo vamos a matarlo con un pensamiento bueno, generoso y de amor al hermano.

LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS AFECTAN NUESTRA SALUD

Los pensamientos negativos afectan nuestra salud. Un señor en camino al trabajo, paró en un garage para coger gasolina y cuando el que despachaba le preguntó, "¿Cómo te sientes?" el señor le dijo que se sentía muy bien, que nunca se había sentido mejor en su vida. Entonces el que le despachaba la gasolina le dijo: "Te ves amarillo. Debes de visitar al médico". El señor estacionó su carro un poco más adelante para mirarse en el espejo. No se sentía bien. Se sentía mal y pesado. Pasó un día muy triste en el trabajo y cuando regresaba a su casa, al pasar por el garage de gasolina, notó que la estación estaba pintada de color amarillo ... un amarillo feo. Entonces se dio cuenta de que él no tenía nada, sino que el que despachaba veía el reflejo de la pintura amarilla en su cara. Se dio cuenta de que un pensamiento negativo le dañó el día.

LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS IMPACTAN NUESTRA VIDA

Carlos Swindoll dijo: "Entre más vivo, más me doy cuenta del impacto de nuestras actitudes en nuestra vida. Para mí, la actitud es más importante que los hechos. Es más importante que el pasado, que la educación, que el éxito, que lo que otros piensan, dicen o hacen. Es más importante que nuestra apariencia, destreza o talento. Levanta o destruye una empresa, una iglesia o un hogar. Lo más curioso es que cada día tenemos la libertad de escoger nuestra actitud para dicho día. No podemos cambiar el pasado, ni podemos cambiar como otros se portan. No podemos cambiar lo inevitable. Lo único que podemos hacer es controlar la única cosa que tenemos y eso es nuestra actitud. Estoy convencido de que la vida es 10% lo que me sucede y 90% cómo yo reacciono a ella. Y así lo es contigo también. Estamos en control de nuestras actitudes". Norman Vincent Peal dijo: "Si pensamos en términos positivos, recibimos resultados positivos y si pensamos en términos negativos, recibimos resultados negativos".

TU MENTE ES UNA FABRICA

Tu mente es una fábrica de pensamientos. Está constantemente produciendo pensamientos. Hay dos supervisores encargados de la fábrica: el supervisor Exito y el supervisor Fracaso. El supervisor Exito está encargado de producir pensamientos positivos. Su especialidad es producir pensamientos tales como: "tu puedes", "tu estás calificado" y "'tu vas a tener éxito". El supervisor Fracaso produce pensamientos negativos e inventa desánimos. Es un experto en producir pensamientos tales como: "tu no puedes", "tú eres flojo e inadecuado". Su especialidad es hacerte pensar que vas a fracasar.

Ambos supervisores son muy obedientes. A la menor señal tuya se presentan y empiezan a trabajar. Si la señal es positiva, el supervisor Exito empieza a trabajar. De la misma manera, una señal negativa hace que el supervisor Fracaso se presente. Si tú quieres probar, solamente di la siguiente expresión: "Hoy fue un día malo". El supervisor Fracaso en seguida va a fabricar pensamientos para probar que tu tienes la razón. "Hizo mucho calor. Llovió mucho. Muchos problemas". Ahora, di: "Hoy fue un día excelente". El supervisor Exito recibe su señal y en seguida te dice: "Estaba fresco hoy. Hacía falta la lluvia para refrescar. ¡Qué buenos!"

Tus supervisores te acompañan a la iglesia. A la menor señal tuya, te prueban que tu iglesia es buena o mala, activa o dormida, exitosa o fracasada. A la menor señal tuya, te convencen que el hermano tal o cual es bueno o malo, confiable o chismoso, sincero o hipócrita, tu amigo o tu enemigo. A la menor señal tuya te llenan de duda o de confianza, te llenan de miedo o amor, te llenan de esperanza o de decepciones.

¡Pobre de la iglesia donde la mayoría de los miembros tienen al supervisor Fracaso trabajando! Lo único correcto que se puede hacer es despedir al supervisor Fracaso y usar el supervisor Exito todo el tiempo. En la iglesia hace falta, especialmente entre los líderes, personas que empleen el supervisor Exito, que promuevan planes exitosos, anuncien ideas positivas y contagien a todos con positivismo, con poder y con éxito.

PABLO ERA UN POSITIVISTA

Pablo siempre buscaba lo positivo. Observó a los que predicaron a Cristo por envidia o contienda y dijo que, de todas maneras, predicaron a Cristo y se sentía contento por esto (Fil. 1: 15,18). Podía vivir con un aguijón porque desde el punto de vista positivo le daba más poder y gracia (2 Cor. 12:9-10). Ser preso era bueno porque podía predicar al pretorio, o sea, sus guardias (Fil. 1: 12-13). Pablo aprendió a pensar positivamente en circunstancias difíciles.

REGAÑAR A LA IGLESIA

T. Dewitt Talmadge dijo, "El predicador reprime a su iglesia en día de tormenta, regañando a los presentes por la negligencia de los ausentes. Espera cosechar las flores del carácter cristiano bajo el soplo de una tormenta del noreste. Nunca podrás lograr que abandonen los pecados a base de regaños, ni puedes lograr que asistan con regularidad con tus regaños, ni puedes lograr con tus regaños que vayan al cielo. No puedes levantar a la iglesia con reprensiones, pero fácilmente la puedes destruir. Las moscas y los hombres se atrapan con miel".

La expresión "miel" es muy apropiada, porque se supone que entre más maduro el cristiano, más dulce se pone, más bondadoso y más lleno de amor.

Presentamos dos planes para la iglesia. Tu escoges el plan que más le conviene a tu iglesia. El primero es el plan miel y el segundo es el plan vinagre. El plan miel será revolucionario para algunas personas, pero estúdialo, medítalo y si quieres, pruébalo. El plan se aplica solamente a las reuniones, clases y otras actividades de la iglesia. Habrá momentos cuando hay que disciplinar y reprender, pero esto nunca debe ocurrirse en el transcurso de alguna actividad de la iglesia.

PLAN MIEL

1. Tu función es buscar el bien en los demás.

2. Si no puedes decir algo positivo y bueno, no digas nada.

3. Escucha, anima y premia a los demás cuando hacen algo bueno.

4. No des consejos, ni juzgues, ni muestres parcialidad, ni prediques a una persona, ni critiques nada que otro haga.

5. Nunca señales errores, ni ofrezcas críticas, sino acepta a cada persona como importante, como una creación de Dios con talentos no descubiertos. Busca y señala las virtudes de los demás.

6. Sé sincero y sensitivo a las necesidades de los demás y no a las necesidades tuyas. Siempre debes estar dispuesto a escuchar y ayudar.

PLAN VINAGRE

1. Tienes el derecho de desahogarte en público y ventilar tus dudas y sospechas.

2. Critica lo que sea, hasta el error más insignificante, no importa dónde estés, ni quién esté presente.

3. Insiste en que te respeten tu derecho de recordar a los hermanos sus problemas y lo mal que están.

4. Tienes el derecho de ser muy sensitivo y entender lo que se dice como una indirecta a tu persona.

5. Tienes el derecho de llegar a una reunión con mal humor y no tienes que saludar a nadie ni sonreír.

6. Tienes el derecho de sentarte en la última fila para observar y juzgar todo lo que pasa.

7. Tienes el derecho de dirigir el culto aunque te sientas mal y estés malhumorado.

Yo opino que serán pocas la personas e iglesias que quieran practicar el plan de manzanas verdes. ¡Que Dios bendiga a aquellos hermanos que construyen una iglesia positiva!

¿ERA JESUS CATOLICO?
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?