¿CÓMO PUEDO SIENDO MUJER SERLE UTIL AL SEÑOR?

por Ingrid Polanco

A menudo escuchamos esta frase de labios de hermanas, las cuales piensan que por el mero hecho de no poder ejercer autoridad en las reuniones de la Iglesia, esto las limita en la obra de predicación del evangelio, o en la obra misionera de la propia congregación.

Nada más lejos de la verdad, porque nuestras oportunidades son en realidad ilimitadas, todo depende de los obstáculos que pongamos en nuestras mente, nuestro único límite es aquello que no soñamos, aquello que no idealizamos, y por supuesto, aquello que no llevamos a la práctica a la hora requerida.

La mujer ejerce una gran influencia en todos los ámbitos, tanto en el hogar, así como en la Iglesia, y en el mundo cotidiano: esto nadie lo puede negar. En cada acontecimiento importante de la historia, encontramos a la mujer ejerciendo esa influencia. De Agripina, madre de Nerón, se dice que acostumbraba a asistir a las reuniones del senado romano oculta tras las cortinas; y un poeta, presenta la paradoja de que: "Agripina estaba presente aunque ausente, en el senado". Podemos decir, utilizando esta figura que la mujer ejerce tal influencia en la humanidad, que en todos sus hechos está presente aunque esté ausente.

Llevando esta enseñanza a términos bíblicos, encontraremos a mujeres valerosas que mostraron su fe, a través de actuar en el momento preciso. Por ejemplo tenemos a Rahab en Josué capítulo 2, si leemos la historia, veremos que Dios la utilizó para que el pueblo pudiera entrar a la tierra prometida, otras partes de la Biblia demuestran que tuvo un lugar único en la historia Judía. Ella y su familia fueron los únicos en sobrevivir a la batalla de Jericó, luego se constituyó en un antecesor directo de Jesucristo (Mateo 1:5 ). Finalmente es propuesta como ejemplo de fe en Hebreros 11:31 y Santiago 2:25.

Como ella, hoy día tenemos una labor, que va desde dar clases a los niños, visitar a los enfermos, dar ánimo a los débiles, dar estudios bíblicos a inconversos, las mayores aconsejar a las más jóvenes, alentar a los hermanos que predican desde el púlpito, dar clases de cánticos, las que conocen de música, hasta un sin número de actividades que no contradicen la enseñanza bíblica de estar en sujeción.

Nada nos impide llegar a ser como Rahab, y como muchas otras mujeres, que aún en pleno siglo XX, tratan de ser ejemplo a su comunidad, a su familia, a sus hermanos y hermanas en la fe y de alcanzar el Don supremo de llegar a andar como Cristo anduvo.

¡Comienza hoy hermana, porque el mañana no existe!

EL CRISTIANO MUNDANO
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?