LA OFRENDA

por Elmer N. Dunlap Rouse

Lección 1

LIMOSNAS

I. EL DEBER DE ABRIR LA MANO

A. Instrucciones sobre el deber de ayudar a los menos afortunados aparecen en muchos textos del Antiguo Testamento como también el Nuevo. "Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra" (Deut. 15:11). Moisés también dijo: "Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ellos te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas" (Deut. 15:10).

B. "Hacer justicia" llegó a ser sinónimo de "dar limosna" (Mat. 6:1). Era de más valor que el ayuno: "¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados y que rompáis todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces invocarás, y te oirá Jehová..." (Isa. 58:6-9).

C. El texto de Isaías es similar al de Mateo 25:31-46 donde Cristo nos advirtió que el juicio final tomará en cuenta cómo hemos tratrado a nuestros hermanos en calidad de limosna. Ignorar al hermano necesitado es una manera segura de perderse en el castigo eterno. Ser benévolos facilita la entrada en el reino de los cielos, aunque la causa principal es fe (Efe. 2:8-9, Rom. 3:21-27), porque nadie puede comprar el cielo con dinero u obras. El amor fraternal hace nuestra elección más firme (2 Ped. 1:3-11).

D. Según el diccionario, limosna viene de la palabra griega "compasión, lástima" y significa una dádiva caritativa. Los cristianos somos misericordiosos (Mat. 5:7; Fil. 2:1). Somos como el Buen Samaritano que fue movido a misericordia cuando vió al que cayó entre ladrones, sin tomar en consideración cuestiones de raza (Luc. 10:33). Ayudar a los que sufren en este mundo es practicar la religión verdadera (Sant. 1:27). Cristo nos instruyó a dar limosnas (Luc. 11:41; 12:33). Aunque la palabra "limosna" no aparece en las epístolas, está presente en el mandato de hacer buenas obras..

C. Dorcas y Cornelio fueron muy prominentes y destacados por sus limosnas (Hech. 9:36; 10:2).

D. La "Ofrenda para los Santos" era una limosna. De interés especial para nosotros es la colecta mencionada en las cartas de Pablo (Rom. 15:25-28; 1 Cor. 16:1-4; 2 Cor. 8-9). Era en realidad una limosna. Asi mismo lo describe Pablo, "Pero pasados algunos años, vine a hacer limosnas a mi nación y presentar ofrendas" (Hech. 24:17). Las "ofrendas" mencionadas no se refieren a la contribuciones de las iglesias porque usa la palabra griega "prosforo" que se refiere más bien a sacrificios de la ley (rituales). Muy probable se refería a la purificación mencionada en Hechos 21:26 y nunca fue usado para referir a "Ofrenda para los Santos".

E. De que la "Ofrenda para los Santos" era un limosna se deja ver también en los argumentos que Pablo emplea para promoverla. "Como está escrito" Repartió, dio a los pobres; su justicia permanece para siempre" aparece entre las instrucciones (2 Cor. 9:9) cuando Pablo cita a Salmos 112:9. Además la cita refleja la idea del Antiguo Testamento de que dar limosnas resulta en justicia. La expresión "Dios ama al dador alegre" era otra expresión favorita entre los maestros de la ley del tiempo de Pablo para enseñar que la actitud del que da la limosna es importante. Y añadimos que los maestros de la ley también dijeron de la limosna: "Cuando hagas bien, conoce a quién lo haces. Dadlo para bien y no para ayudar al pecador".

F. En la Ley, los extranjeros eran merecedores de limosnas. Moisés dijo: "Como a un natural de vosotros tendréis al extranjero que mora entre vosotros, y lo amarás como a ti mismo, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Egipto. Yo Jehová vuestro Dios" (Lev. 19:34).

 

II. VIUDAS (adaptado de un artículo de Roy H. Lanier, Jr.)

A. "Y les decía en su doctrina: Guardaos de los escribas, ... que devoran las casas de las viudas, ... Estos recibirán mayor condenación" (Mar. 12:38). Jesús castigaba esta actitud lastimera de estos judíos hipócritas. Los acusaba de bajar a un nivel tan vil que hasta devoraban las casas de las viudas. Se aprovechaban de viudas indefensas. Las viudas en la antigüedad casi siempre eran pobres y "viuda" llegó a simbolizar los pobres.

B. Las viudas son muy especiales para Dios. "A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. Porque si tú llegas a afligirles, y ellos clamaran a mi, ciertamente oiré yo su clamor; y mi furor se encenderá, y os mataré a espada, y vuestras mujeres serán viudas, y huérfanos vuestros hijos" (Exo. 22:22-24).

C. De igual forma Dios los advirtió que no tomaran la ropa de la viuda como prenda cuando le prestaran dinero y que cosecharan todo su campo sino que dejaran algo para las viudas, huérfanos y extranjeros (Deut. 24:17-22). Un segundo diezmo diezmos cada tercer año era de distribución local para beneficiar las viudas (Deut. 14:28-29; 26:12-13).

D. Los jueces tenían que proteger las viudas (Sal. 68:5; Deut. 10:18; Isa. 1:17), las colindancias de sus propiedades (Prov. 15:25; 23:10; Deut. 19:14), Elifaz acusó a Job de no cooperar con las viudas, cosa que Job negó (Job 22:9; 29:13).

E. Ser viuda era sinónimo de pobreza y abandono. La estructura social del mundo antiguo era muy diferente a la de América moderna. La viuda estaba a la merced de sus hijos y familiares. Eran muy especiales para Jesús. Además de censurar a los escribas, su iglesia cuidaba de las viudas y especialmente las viudas extranjeras (Hech. 6). Era religión pura (Sant. 1:27).

F. Pablo hizo una lista de seis tipos de viudas en 1 Timoteo 5 y instruyó su cuidado usando un principio eterno: "Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo" (1 Tim. 5:8). Había (1) la viuda de verdad, (2) la que tiene hijos o nietos, (3) la puesta en la lista, (4) la que se entrega a los placeres, (5) la más joven que tienda a ser ociosa, chismosa y entremetida y por consiguiente, debe de casarse, y (6) la cuya familiares son cristianos.

G. Las viudas en la lista era cualificadas para realizar trabajos en la congregación y recibían ayuda económica (1 Tim. 5:9-10). No obstante, el caso de cada viuda es especial y la iglesia puede cooperar con ellas. Un cristiano responsable y espiritual reconoce sus obligaciones con aquellos que no pueden hacer por ellos mismos. Entiende que sus posesiones terrenales son bendiciones para bendecir a otros. Compartir con las viudas es compartir con el Señor.

 

III. ¿SERA LA OFRENDA DE LA IGLESIA UNA LIMOSNA?

A. Como vamos a estudiar en la lección 11, la "Ofrenda para los Santos" era una ofrenda especial, una limosna a gran escala. No era la ofrenda normal y corriente de las iglesias sino, como toda limosna, surgió debido a unas circunstancias especiales. Al llevar el donativo a Jerusalén, la "Ofrenda para los Santos" terminó. Pero la iglesia en Corinto y de Filipos continuaron colectando dinero para el sostenimiento de evangelistas. Pablo instruyó a la iglesia de Corinto sobre el derecho de obreros a cobrar por su trabajo (1 Cor. 9:4-15) y Pablo recibió ayuda de los filipenses (Fil. 4:10-20). Esta cooperación no era limosnas, ya que pagar por los servicios de un evangelista no es benevolencia sino la misión principal de la iglesia de propagar el evangelio. Y si hubo o no hubo un contrato entre una iglesia y un evangelista, es deuda (Gál. 6:6). De hecho, muchas veces el sueldo de un evangelista parece más bien como una benevolencia, pero no debe ser así.

B. Nada hablan los textos de la "Ofrenda para los Santos" o los otros textos novotestamentarios de las limosnas sobre fondos para sostener a evangelistas, la construcción de edificios o la paga de la luz, teléfono y otros gastos ordinarios de operar una iglesia. Por lo tanto, lo ofrenda de la iglesia no es limosna, aunque parte de la ofrenda puede y debe usarse para este propósito.

C. El sistema que Pablo utilizó para realizar la colecta masiva de limosnas se presta perfectamente para crear el fondo o tesoreria de la iglesia. Para poder planificar programas y contraer préstamos, es necesario contar con un sistema organizado y los principios básicos de las instrucciones de Pablo funcionan perfectamente para este fin.

D. La ofrenda dominical no puede depender de compasión y lástima como una limosna, sino de la decisión de toda la iglesia en cuanto al trabajo que quiere realizar. La paga de gastos de sueldos, préstamos, luz y agua no representan gastos de misericordia sino deudas contraídas y compromisos del cuerpo colectivo de hermanos. La ofrenda de la iglesia es el compromiso de todos. Cuando una iglesia quiere hacer algo, nunca habrá necesidad de recordarle su deber de ofrendar, sino informarle del progreso que se está haciendo.