LA OFRENDA

por Elmer N. Dunlap Rouse

Lección 16

ACTO DE FE

INTRODUCCION

Muchos cristianos no ofrendan como deben por miedo de que el dinero les vaya a faltar. Con esta idea, ofrendan lo menos posible. Miran a los demás hermanos y como no se atreven a dar menudo, echan un peso en la ofrenda enrollado para que nadie se de cuenta de lo poco que dan.

I. DIOS CASTIGA LA FALTA DE FE

Dios siempre ha castigado a los hermanos mezquinos que no tienen fe. Dios nunca nos falta. "¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuando no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Yo los heriré de mortandad y los destruiré..." (Núm. 14:11-12). Si Dios nos ha bendecido en abundancia y le damos una ofrenda muy pequeña por miedo que nos falte, no es una murmuración contra Dios lo que hacemos? Puede que Dios se canse de nuestra "depravación" y diga: "Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros" (Núm. 14:28).

II. NABAL ERA UN INGRATO

David y sus hombres iban a matar a Nabal. Después de haber guardado su hacienda y haber hecho que Nabal prosperara, David necesitaba unas provisiones y envió unos jóvenes a pedirlas. Nabal les contestó: "¿Quién es David? ...¿He de tomar yo ahora mi pan, mi agua, y la carne que he preparado para mis esquiladores, y darla a hombres que no sé de dónde son?" (1 Sam. 25:10-11). Así piensan algunos hermanos cuando Dios les pide una ofrenda para una obra especial. Igual que Nabal, no entienden que su dador es Dios y que fueron bendecidos para poder cooperar con otros. Dios es todopoderoso. Nunca nos falta.

III. EL PODER DE DIOS

A. Para animar a los corintios a ser generosos en su ofrenda, Pablo les recordó el poder de Dios. Primero, la ley de la siembra. Si uno siembra mucho, cosecha mucho; si poco siembra, cosecha lo escaso (2 Cor. 9:6).

B. Todo proviene de Dios. Dios puede hacer que uno abunde para poder ayudar a otros como puede hacer que uno vaya perdiendo hasta quedarse sin nada. Dios siembre nos da más de lo que necesitamos para que podamos compartir con otros (2 Cor. 9:8-11)

C. En el sermón del monte, Jesús trató de reforzar la fe en Dios, ya que la ansiedad y el miedo le roba a uno su felicidad. Vivir un día a la vez y confiar en Dios para mañana da la tranquilidad y el sosiego que todos necesitamos. Si Dios cuida los animales, cosa que no les falta, "¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?" (Mat. 6:39). Cuando uno cree en el poder de Dios, entonces puede buscar primeramente las cosas de Dios (Mat. 6:33), aportando generosamente sin miedo.

D. Cuando obedecemos a Dios con nuestros bienes, Dios promete abrir las ventanas de los cielos y derramar en nosotros tanto que no podemos recibirlo. Si todavía no creemos, Dios nos invita a experimentar a ver si es cierto; "probadme ahora en esto" (Malaquias 3:10). Nadie debe quedarse con la duda de que si Dios puede o no puede.

E. Pablo dijo a los Filipenses: "Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta, conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Fil. 4:19).

IV. EL ACEITE DE LA VIUDA (2 Rey. 4:1-7)

A. La petición de la viuda se basa en la fidelidad de su difunto marido. Como era temeroso, la viuda entiende que Eliseo estaba obligado a ayudarla. El hecho de que Eliseo la ayudó en seguida comprueba la validez de su reclamo. ¿Cómo podemos perder cuando tenemos a Dios como deudor y recurso?

B. La viuda fue recompensada por su fe. Las promesas de Dios no fallan. Tal vez ella recordaba las palabras de David cuando afirmaba que nunca se ha visto la descendencia de Dios mendigando (Sal. 37:25). La promesa es nuestra si somos temerosos de Dios y honramos a Dios con nuestras ofrendas.

C. Las cisternas de Dios no están rotas (Jer. 2:13). Pero como el rey Joas sólo golpeó la tierra tres veces y se detuvo, Eliseo le explicó "Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno, pero ahora sólo tres veces derrotarás a Siria (2 Rey. 13:19). Muchas veces nosotros obstaculizamos nuestra propia bendición por ser mezquinos con Dios. Por faltarnos fe y esperanza, segamos menos.