EL QUE NO RASPA PINTA

por Elmer N. Dunlap Rouse

"Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos" (Sant. 1:22). Las iglesias crecen cuando sus miembros son hacedores y cuando sus líderes los utilizan al máximo. Ponen a todos a trabajar. Entre más alto el nivel de organización y participación, más crece la iglesia. Existen cuatro áreas para envolver a los miembros de la iglesia: asistir, contribuir, trabajar y dirigir.

El ministerio de unos pocos no conviene. Se cansan. Los demás se ponen vagos. La iglesia no es un almacén donde guardamos a los hermanos en una vitrina, sino una plataforma que lanza cohetes al espacio. Son entrenados y lanzados al servicio. Todo miembro de Cristo es ministro. Puede que no todos reciban sueldo, pero todos tienen función. Fueron adquiridos por Dios para anunciar las virtudes de su Hijo (1 Ped. 2:9); para administrar el don recibido (4:10); porque "el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos" (1 Cor. 12:14); cada don es para usarse (Rom. 12:6). Cada hermano necesita crecer en la obra del Señor (1 Cor. 15:58).

Cuando un joven se graduó de universidad y regresó a su pueblo, su ministro le pidió que enseñara una clase bíblica. Preguntó al ministro, "¿Hay penalidad si no lo hago?" El líder espiritual dijo: "Claro que sí. Es la penalidad de no saber lo que Dios hubiera logrado si tú le hubieras servido". El joven replicó, "Si no lo voy a saber, no lo voy a echar de menos". Entonces el ministro le preguntó, "¿Te acuerdas del incidente cuando una aldea samaritana no quiso recibir a Jesús y algunos discípulos quisieron quemarla con fuego del cielo pero Jesús los reprendió y siguió su camino (Luc. 9:52-54)? ¿Qué le pasó a aquella aldea por rehusar servir al Señor?" El joven contestó: "Según me acuerdo, no le pasó nada". El ministro le dijo: "Tienes razón. Se acostaron aquella noche como siempre. Al otro día amanecieron sin que nada fuera de lo normal hubiera ocurrido. Ningún enfermo fue sanado, ninguna enseñanza fue dada, ningún joven fue llamado a ser discípulo y hoy se desconoce el nombre de aquella aldea. Tú tienes razón - no les pasó nada". El joven pensó y dijo: "Gracias por su consejo. ¡Quiero enseñar la clase!"

"Que lo haga otro" es doctrina de demonios, los cuales creen pero no hacen (Sant. 2:19). "Que tengo mucho que hacer" es la fe de los turbados que escogen mal (Luc. 10:38-42). "Que estoy cansado" es el dogma de los hermanos que sólo siembran para su carne (Gál. 6:7-10). Hermano, tu don no es transferible. Eres muy valioso pero necesitas desarrollo y uso. Necesitas gastarte en servicio a Jesús. Debes probar tu amor al Señor. No te escondas señalando a los demás. Dios te ha dado a tí unas habilidades extraordinarias y no hay manera de portarse como inútil y salir bien (Mat. 25:30).

Un estudiante de arte fue al famoso artista Dante Rossetti para enseñarle sus dibujos y pedirle su opinión franca. Al mirarlos, el Sr. Rossetti los juzgó como carentes de valor artístico y animó al estudiante a buscar instrucción formal. Entonces el estudiante sacó otros dibujos que sorprendieron a Rossetti. Alegre dijo, "¡Maravilloso! Tú tienes gran talento y si sigues así, vas a ser mundialmente famoso". El estudiante confesó: "Estos dibujos los había hecho varios años atrás, pero no perseveré en la disciplina de mi maestro porque era muy exigente. Usted ha confirmado lo que temo; mis últimos dibujos valen muy poco."

Hermanos, vamos a raspar o pintar, pero hacemos algo que beneficia a nuestro Señor.

¿POR QUE LOS JOVENES SE REBELAN?
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?