SI ALGUNA MISERICORDIA

por Elmer N. Dunlap Rouse

 

"Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa" (Fil. 2:2). Con el paso del huracán Georges por las islas del Caribe Dios está probando nuestra misericordia, nuestro amor, nuestra unidad y nuestro sentir en el Señor. Las dificultades y tragedias de otros nos proveen oportunidades para demostrar lo que somos. Son las obras que Dios preparó de antemano para que anduviéramos en ellas (Ef. 2:10). Cuando los discípulos preguntaron al Maestro la razón por la cual uno nació ciego, Jesús dijo, "No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él" (Jn 9:3). La dificultad del ciego era una oportunidad disfrazada para que Jesús pudiera glorificar a Dios, demostrar su amor, figurar su habilidad espiritual y crear discernimiento e iniciativa en sus discípulos.

El Apóstol Juan comentó, "Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él" (1 Jn. 3:18). Mirar el techo desaparecido del vecino y todos sus muebles destruidos no es momento para buscar palabras sino dinero y ayudarlo a restituir lo que perdió. Jesús andaba haciendo el bien (Hech. 10:38). La falta de benevolencia es falta de fe en el Dios que todo lo ve y todo lo escudriña. Cristo era amigo de necesitados, sufridos y quebrantados. Se identificó con ellos y se encarnó en medio de ellos. El cristiano por definición es amigo de todo necesitado. El buen samaritano no encomendó al que cayó entre ladrones a la ayuda del gobierno ni a FEMA, sino que fue movido a misericordia. Sin nadie decirle nada, tomó la iniciativa de hacer lo que pudo. Los hermanos que no pueden hacer nada sin un ministro que los dirija son irresponsables y no podran llegar al cielo. Cada cristiano es un Cristo andando por el mundo haciendo el bien.

Además de obreros, hace falta líderes, hermanos de visión, valor y prudencia que puedan presentarse cuando haya necesidades que obligan a la iglesia a tomar acción. Cristo obligó a sus apóstoles a pensar en forma solidaria abarcando a todos. Líderes son aquellos que tienen una idea de lo que hay que hacer. "Y Jesús, llamando a sus discípulos, dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y enviarlos en ayunas no quiero, no sea que desmayen en el camino" (Mat. 15:32). Aquí nuestro líder máximo presentó a sus futuros líderes un problema para obligarlos a abrir sus ojos y ver las necesidades, no personales, ni familiares, sino de miles de personas para así capacitarles a algún día contemplar la salvación de toda criatura. "Entonces los discípulos dijeron: "¿De dónde tenemos nosotros tantos panes en el desierto, para saciar a una multitud tan grande?". Sus pequeñas mentes se incapacitaron por desconfiar de su Dios y del poder de la fe.

¿De dónde? Con siete panes y dos pececillos Jesús los enseñó a usar lo que tienen en sus manos. Puede que con cinco palabras y dos textos un alma se salve. No es necesario memorizar un diccionario bíblico. Vamos a crecer en compasión, no solo en el auxilio material, sino también en el auxilio espiritual. Vamos a crecer en fe, en visión y en la capacidad de servir a nuestros semejantes para la gloria de Dios (Mat. 5:16).

 
ES QUE LOS JOVENES SOMOS ASI
¿Dónde se reune la iglesia de Cristo?