¿COMO SER FIEL?

por Elmer N. Dunlap Rouse

El Presidente de los Estados Unidos le fue infiel a su esposa, mintió y obstruyó la justicia. Por ocupar una posición de gran influencia, su fracaso afecta a muchos. Todos luchamos con eso de la fidelidad, y el matrimonio es donde esta virtud es más visible y esencial, pero también aplica a nuestra relación con Dios, la iglesia, y el trabajo. Uno mismo tiene que obligarse a ser fiel. La fidelidad es la mesura más cierta de carácter. ¿Qué clase de persona eres tú? Como vivimos en una epoca oscura donde lo malo es bueno y los bueno malo; en una epoca materialista donde el factor económico determina lo que es correcto; en una época secular donde Dios no importa, ofrecemos los siguientes consejos.

(1) Aprenda a ser fiel. Para ser fiel en el matrimonio, el joven primero necesita aprender a ser fiel con sus amistades, con sus estudios y con el Señor. Es su forma de ser que aprendió desde que era niño. La fidelidad se aprende. "Bien buen siervo y fiel"; "Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor"; "a los santos y fieles en Cristo Jesús"; "amado y fiel hermano" "Sé fiel hasta la muerte" (Mat. 25:21; Hech. 16:15; Efe. 1:1; Col. 4:9; Apoc. 2:10). Seamos fieles en todas nuestras relaciones: sea con el Señor o con la esposa o con una promesa, con una amistad o hasta con una mascota.

(2) Respétate a ti mismo. La fidelidad en el matrimonio empieza por respetarse a uno mismo. Si prometes algo, debes obligarte a cumplirlo. Votos matrimoniales no se basan en sentimientos ni en conveniencias, sino en el valor de la persona que los hace. Se dice "en enfermedad y en salud" para constar que la fidelidad no depende de las circunstancias, sino de la palabra de que empeña la persona. El respeto estriba de la honestidad, de creer en uno mismo, de vivir la vida con la moral de mirar la gente en los ojos, con sinceridad porque no le debe a nadie. La persona que falta a su palabra no es ni hombre ni mujer sino niño.

(3) Respeta a tu cónyuge. Se le debe respeto porque se te puede ir. Me gustó la frase de la canción de Danny Rivera cuando cantó, "Nadie es nadie en el amor, Nadie es una propiedad que no se va". El abuso de infidelidad es difícil de soportar y más difícil de perdonar. Ambos tienen derecho de vivir en paz y quedarse solo es el resultado de faltarle respeto a su compañero(a).

(4) Cela tu matrimonio. La mujer virtuosa "considera los caminos de su casa" (Prov. 31:27). Cela en el sentido de cuidar lo suyo, no en el sentido de desconfiar y hasta imaginar cosas. Cada uno debe proteger lo suyo y velar que nada le haga daño a su familia y a su matrimonio. Hay que observar, estudiar y investigar todo que parece detrimental para la unión matrimonial.

(5) Huye de la tentación. Cualquiera puede caer y entre más firme se cree, más propenso es a caer (1 Cor. 10:12). Conozco a un hermano cuyo trabajo era supervisar a operadoras de teléfono. Me confesó que tuvo que aprender andar con las manos en los bolsillos. El fiel admira la belleza pero tiene que decir dentro de sí, "Que Dios te bendiga y te ayude a encontrar tu pareja si es que todavía no lo has conseguido". Además el fiel se reconoce y evita aquellas situaciones donde la tentación pueda ser mayor que su capacidad de resistir. Es fiel hasta con los ojos (Job 31:1; Mat. 5:28; 2 Ped. 2:14), cuales ojos huyen de la mujer mal vestida.

(6) Gana de nuevo cada día el cariño. El fiel persiste, persigue, apoya, dedica tiempo, estudia, busca la virtudes y renueva su amor cada día (Prov. 5:18).

(7) "Mejores son dos que uno" (Ecc. 4:9). La verdad es que el matrimonio es la mejor forma de vivir. Cumplir con el otro desemboca en confianza, privilegios y hasta sacrificios que casi nadie más en este mundo hace ni sepa sino aquellos que han formado un hogar. "El corazón de su marido está en ella confiado" (Prov. 31:11). No es mejor quedarse solo, ni estar separado, sino motivo de debilidad, tentación e inestabilidad. Vale la pena conservar esta posición de confianza.

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