LA OFRENDA

por Elmer N. Dunlap Rouse

Lección 4

ADVERTENCIAS ACERCA DEL DINERO

I. INTRODUCCION.

El dinero en sí no es malo, sino que depende de quién lo posea. El peligro está en amarlo, confiar en él o darle mal uso. La riqueza en sí no es un vicio como la pobreza no es ninguna virtud. Las Escrituras nos advierten a (1) tener una actitud correcta en cuanto al dinero y (2) dedicar su poder a la gloria y honra de Dios.

II. ADVERTENCIAS

A. Nuestro deber con los menos afortunados (Luc. 16:19-20).

B. Es difícil salvar a los que tienen riquezas (Luc. 18: 18-30).

C. Hacer tesoros en la tierra es una mala inversión Luc. 12:13-21).

III. DEFINICIONES

A. Avaricia: afán de adquirir y atesorar riquezas; esconde, oculta o escatima alguna cosa; es acumular dinero por acumularla.

B. Codicia: apetito desordenado de riquezas

C. Mezquino: adj. pobre, avaro, miserable, pequeño, diminuto.

D. Generoso: de ilustre prosapia, noble, magnánimo de espíritu y de acciones, liberal, dadivoso, desprendido, desinteresado, falta de apego al dinero.

E. Pródigo: cuando uno es "generoso" en extremo.

F. Cuentan de un señor que encontró $5.00 en la acera. Gozó tanto que nunca miraba sino hacia abajo cuando caminaba. No saludaba a nadie. En su vida acumuló 10,000 botones, 22 centavos, 14,000 alfileres, una espalda horobada y un espíritu de avaro.

IV. OTRAS ADVERTENCIAS GENERALES

A. Dios no nos respeta más porque tenemos riquezas (Job 34:19).

B. Al morir no llevamos nada (Sal. 49:1-7, 10, 16-17).

C. Ser un simple trabajador es mejor vida que la que llevan los ricos (Ecc. 5:12-15).

D. La abundancia de bienes materiales no debe cambiar nuestra relación con Dios o con nuestros semejantes (Sal. 62:10).

V. DINERO Y DISCIPULADO

A. Es imposible seguir a Cristo sin sacrificios (Luc. 9:57-62).

B. Despojarse es parte de imitar a Cristo (Fil. 2:5-8).

C. No podemos tener dos amos: Cristo y el dinero (Mat. 6:19-24).

VI. EL CONSEJO DE LIPSCOMB

El hermano, ahora difunto, David Lipscomb dijo: "Cada cristiano está bajo su palabra de honor ante Dios y sólo ofrendas de libre albedrío, propuestas en su corazón son aceptables al Maestro. Si preguntan cómo puede una iglesia cumplir con sus compromisos para funcionar de manera tranquila y exitosa cuando una gran parte de sus feligreses carecen de un sentido propio de honor hacia Dios en este asunto y fallan en sacrificar al Señor de manera alegre como han sido prosperados. Nuestra respuesta es que una iglesia de esa clase de miembros nunca va a funcionar de manera tranquila y exitosa. Dios propuso que la iglesia prosperara sólo cuando es pura y todo esfuerzo para obligar su prosperidad sin consagrar los corazones, vidas y los medios es contrario a la voluntad y provisiones de Dios. Esfuerzos por obligar la prosperidad de parte de los miembros sólo corrompe más la iglesia. Se vuelve una maldición al mundo en vez de bendición. El establecimiento de iglesias tibias, egoístas y sin consagración es una maldición al mundo en vez de bendición; una deshonra para Dios en vez de honra.

"Una iglesia consagrada será multiplicada por la fuerza de su celo y devoción de sus miembros. Sólo la iglesia fria, tibia, egoísta y no consagrada necesita otros medios para multiplicarse. Dios no quiere que esas iglesias sean multiplicadas. Dios no necesita ni quiere que otros medios se empleen para regar el evangelio. Cuando la iglesia no tiene ni celo ni devoción ni autonegación, se le debe de enseñar su deber. Si entonces rehusa hacerlo, sería una bendición al mundo y un honor para Dios que dicha iglesia muera" (Gospel Advocate, pág. 822, 29 de diciembre, 1886).

VII. MI IGLESIA CUESTA MUCHO

Alan Redpath en su libro "The Royal Route to Heaven" (La Ruta Real al Cielo) cita una conversación entre dos señores: "Nuestra iglesia cuesta mucho. Siempre están pidiendo dinero". Su amigo contestó de este modo: "Hace algún tiempo nació un niño en nuestro hogar. Nos costó mucho dinero desde el principio. Tenía buen apetito, necesitaba ropa, medicinas, juguetes y hasta un perrito. Después fue a la escuela, y eso costó mucho más; más tarde fue a la universidad y entonces comenzó a salir con las muchachas, y ¡eso nos costó una pequeña fortuna! Pero murió en su último año de universidad y desde el entierro no nos ha costada nada. Ahora, pues, ¿cuál situación cree usted que preferiríamos tener?" Después de una pausa considerable el amigo continuó: "Mientras viva esta iglesia, va a costar. Cuando muera por falta de sustento, no nos costará nada. Una iglesia viva tiene el mensaje más vital para todo el mundo hoy día; por lo tanto, voy a dar y a orar con todas mis fuerzas para mantener viva nuestra iglesia".