LA OFRENDA por Elmer N. Dunlap Rouse
Lección 11
METODO Y MANEJO
I. COMO LLAMAR LA OFRENDA
A. Como vamos a estudiar en la próxima lección sobre ofrendas especiales, existe confusión sobre la naturaleza de la ofrenda porque muchos se han acostumbrado a llamarla la "ofrenda para los santos" cuando esta era una ofrenda especial, no la ofrenda normal y regular de la iglesia. Es que los hermanos al oficiar la ofrenda leen 1 Cor. 16:1-4 domingo tras domingo, año tras año como si Cristo nos hubiera mandado a leer estos versículos sin falta. Eso es un vicio. Existen muchos otros textos magníficos para leer antes de recoger la ofrenda. Animamos a los hermanos que dirigen la ofrenda a sentarse y hacer una lista de textos para leer en la ofrenda. En adición, ni es necesario leer un texto. Un comentario sencillo sobre la ofrenda es suficiente.
B. En vez de llamar la ofrenda "para los santos" pueden sencillamente llamarla "ofrenda", "colecta", "comunión", "liberalidad", "participación", "generosidad", "gracia", "ministración", "contribución", "servicio", "ayuda", "cooperación" o "nuestra ofrenda para Dios" La versión Reina Valera usa la palabra "ofrenda" para traducir nueve palabras diferentes en griego: abundancia (adrotes), votos (anathema), tesoro (gazofulakeion), don (doron), comunión (koinonia), tesoro (korbanas), colecta (logía) y sacrificio (prosfora).
II. LA MECANICA
A. El uso de arcas. Las ofrendas pueden reunirse de varias formas. Algunas iglesias colocan arcas o cofres al lado de la entrada del auditorio para que los hermanos puedan echar sus ofrendas cuando entren y tienen su base bíblica (Mar. 12:41). Por el contexto, sabemos que el arca era del Templo en Jerusalén (Mar. 13:1). James Freeman en su libro "Manerismos y Costumbres de la Biblia" escribiendo de las columnas de la Corte de las Mujeres del Templo dice: "Frente a estas columnas estaban repartidas once arcas del tesoro del templo, en adición a las dos en la puerta Susana para el impuesto de medio siclo. Era en una de estas que la viuda pobre echó sus dos blancas" (pág. 373; vea también Lev. 27:25; Jn. 8:20). Había colectas de limosnas en la sinagoga (Mat. 6:2). Según Freeman, tenía que haber dos para colectar las limosnas y tres para repartirlas. La práctica en la iglesia de Jerusalén era depositar el dinero a los pies de los apóstoles (Hech. 4:37; 5:2).
B. Pasar el Plato. La práctica más universal entre las iglesias de Cristo es pasar el plato. La defensa de este sistema se encuentra en la palabra griega "logías" que la Versión Reina Valera traduce como "ofrenda" (1 Cor. 16:1). Observa que las ofrendas "se recojan" (1 Cor. 16:2). Pues casi toda otra versión traduce "logías" como "colecta" que es una traducción más exacta que la de la Reina Valera. "Logías" era contrario a impuestos. La palabra griega era también usada en referencia a una procesión en la cual se esperaba que los espectadores contribuyeran dinero" (Diccionario Teológico del N.T., Tomo 4, pág. 282). Por lo tanto, es bíblico pasar un arca, canasta o plato entre los hermanos. Algunos hermanos opinan que la exigencia de Pablo de "cada uno" (1 Cor. 16:2) es mejor enseñado en pasar el plato que en esperar que cada uno fuera a depositar la ofrenda en un arca fija. Además, como vamos a explicar, la ofrenda no se debe esconder, sino engrandecer, enfocar y promover porque es de vital importancia para la iglesia.
C. La ofrenda de 1 Cor. 16:1-4 era "cada uno...guardándolo". Otras versiones simplemente dicen, "guardándolo en su casa" . El griego "par eauto" (literalmente "al lado de uno") se refiere a la casa, el lugar donde uno guarda sus cosas. La palabra lleva este sentido en 2 Tim. 4:13 y Lucas 19:7. El deseo de Pablo era que cada cristiano fuera guardando cada domingo en su casa un fondo para que cuando él llegara a Corinto, no hubiera hermanos apurados tratando de reunir dinero a última hora, y así Pablo pudiera sentirse más cómodo y dirigirse a otros asuntos. En cambio, la ofrenda normal de la iglesia es muy distinta a la colecta para Jerusalén. Su depósito en una cuenta bancaria a nombre de la iglesia es más razonable que cada hermano guardarlo en su casa.
C. Otras Colectas. Aunque 1 Cor. 16:1-2 trata de una ofrenda especial, establece ciertos principios generales muy correctos para toda colecta de dinero entre cristianos, siempre y cuando no vayamos a posiciones extremistas. Recojer más de una colecta los domingos no es pecado, pero, por lo general, una sola ofrenda generosa es suficiente. En una ocasión los hermanos colectaron más dinero después del culto para una comida que habían depositado en la ofrenda. De haber una emergencia en un culto el miércoles, no pecamos en hacer una colecta dicha noche (Mat. 12:11). Hacer colectas en los cultos de la semana está de más. Siendo gente seria, podemos hacer una ofrenda generosa por semana en vez de dividir nuestra contribución entre el número de cultos semanales.
D. Colectas en las clases. La colecta de dinero en las clases bíblicas es contraria a las Escrituras porque la obra del Señor es de la iglesia completa, no de un grupo de hermanos. Toda contribución debe depositarse en el fondo o fondos de la iglesia y ser supervisada por los encargados de la iglesia.
E. "Quiero gastar mi ofrenda". Algunos hermanos no contribuyen nada o muy poco al fondo de la iglesia porque, como una iglesia aparte, ellos quieren gastar su dinero para el Señor como ellos creen mejor. Esta práctica es pecaminosa porque cada miembro de la iglesia debe cargar con su parte de la responsabilidad económica de la iglesia. Este individualismo es contrario a la naturaleza de la comunión de la iglesia. Si le sobra dinero después de haber contribuido generosa y responsablemente para el fondo común de la iglesia, puede entonces enviar donativos adicionales a otras iglesias, otros evangelistas y otras causas benévolas.
F. La ofrenda no debe llevarse a cabo con prisa, como para acabar rápido para pasar a otros asuntos de más importancia. La ofrenda no es una interrupción del culto. No es algo que queremos esconder lo más pronto posible. Merece una explicación y una oración donde expresemos gratitud a Dios por todo lo que nos ha dado. Merece una gran importancia y es una iglesia necia la que no le da una promoción suficiente.
G. Poner la ofrenda después de la Cena del Señor a algunos le molesta porque conceptúan a la ofrenda como material, como de dinero sucio, como que los hermanos quieren aprovechar a los que repartieron la Cena para colectar la ofrenda. Vamos a observar en la lección #10 que esta actitud no es bíblica, sino que la ofrenda es parte de nuestro culto a Dios, y una parte muy bonita. Colocar la ofrenda después de la Cena es muy correcto porque une el sacrificio de Cristo con nuestro sacrificio a Dios, como una respuesta, una imitación de lo que Dios ha hecho por nosotros. Si Pablo combinó la ofrenda con el sacrificio de Cristo en (2 Cor. 8:9; 9:15), nosotros también podemos acercar los actos en el culto.
H. Colectar la ofrenda al final del culto es una forma de enfatizarla como el apóstol Pablo dejó la cuestión de la ofrenda para el último capítulo de 1 Corintios. En el idioma griego, colocar una palabra al final de la oración le da importancia. La ofrenda merece importancia, porque es una manifestación concreta de la fe que profesamos.
I. ¿Debe la ofrenda corresponder a promesas? Los votos del Antiguo Testamento eran muy personales (Ecc. 5:4-6). Lo que los Corintios habían prometido no era cantidades sino su bendición, es decir, su generosidad (2 Cor. 9:5). Los líderes de una iglesia pueden pedir que los hermanos estimen sus ofrendas futuras para así preparar el presupuesto, pero recibir promesas es peligroso, porque convierte a la ofrenda en una obligación y, posiblemente, una piedra de tropiezo.
III. SU MANEJO Y DISTRIBUCION
A. Los líderes están en el deber de contar con la iglesia para establecer su presupuesto, fijando las cantidades para (1) mantenimiento del local y construcciones nuevas; (2) el evangelismo; (3) la benevolencia; (4) la paga de sueldos; (5) gastos de actividades de confraternidad y (6) la compra de materiales para la educación. Casi siempre un comité prepara el presupuesto anual durante los últimos meses del año anterior, se presenta a la iglesia en diciembre para ver si hay alguna queja. De estar todos conformes, se acepta. Al dividir el presupuesto por el número de domingos en el año, se puede ver si la iglesia está cumpliendo con sus objetivos o no.
B. Se debe publicar las cantidades de las ofrendas y gastos.
C. Los líderes deben ser vigilantes en asegurar que el proceso de colectar las ofrendas, su depósito y su desembolso sean correctos. Debe haber un sistema de rotación en los tesoreros, contadores de ofrendas y depositarios. Debe haber imparcialidad en la benevolencia. La importancia de ser formal con la ofrenda y tener todos los documentos y libros en orden muy estricto es necesario para defender a estos valiosos hermanos de ser falsamente acusados. El ministro debe abstenerse de ser tesorero. Pablo mantuvo una distancia sabia de la "Ofrenda para los Santos" para evitar acusaciones (1 Cor. 16:3-4; 2 Cor. 8:18-23). Parece que alguien le había acusado de inventar la colecta para Jerusalén para lucrarse (2 Cor.12:16-18).