LA OFRENDA

por Elmer N. Dunlap Rouse

Lección 13

OFRENDAS Y MINISTROS

I. EL DEBER DE SOSTENERLOS

A. Cuando Abram volvió de la derrota de los reyes y el rescate de su sobrino, fue bendecido por Melquisedec, un sacerdote, y Abram le dio diezmos de todo (Gén. 14:17-20). Esta ofrenda voluntaria tenía el efecto de (1) constituirse un acto de culto a Dios, (2) reconocer públicamente a Melquisedec como ministro de Dios y (3) reconocer su derecho de sostenerse por medio de una ofrenda liberal de las ganancias de Abram.

B. Los judíos tenían que sostener a los levitas, la tribu que Dios había escogido para servir de sacerdotes. No recibieron tierras sino que los diezmos eran su heredad (Núm. 18:20-21). Dios quiso que vivieran a expensas de las demás tribus. Aunque los ministros del Nuevo Testamento no son sacerdotes, su sostenimiento es similar al de los levitas.

C. Cuando Cristo envió a los doce a predicar en la misión limitada, prohibió que llevaran provisiones "porque el obrero es digno de su alimento" (Mat. 10:10) o "salario" (Luc. 10:7; 1 Tim. 5:17). Es derecho del obrero esperar provisiones de parte de los recipientes de su ministerio.

D. Pablo lo dijo: "Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" (1 Cor. 9:14). Dijo que cada uno llevará su propia carga, pero indicó que esto no aplica a los ministros, porque "El que es enseñado en la palabra, haga partícipe de toda cosa buena al que lo instruye" (Gál. 6:5, 6).

E. Es como el buey del trillo que enyugaban para dar vuelto al molino hasta sacarle la cáscara al trigo. La ley prohibía el uso de bozales. No se debía evitar que el buey comiera de lo que producía. Referente a este mandato de Dios, Pablo preguntó, "¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material?" (1 Cor. 9:9-11).

F. En ocasiones Pablo y otros ministros trabajaron para su sustento debido a condiciones especiales: como el estar separado por persecuciones (Hech. 18:3), nuevas obras (1 Tes. 2:9) o por la crítica injusta (1 Cor. 9:12, 15). Sin embargo, la iglesia madura y espiritual entiende como desperdicio de talento el trabajo secular de un ministro.

E. Pablo pidió a Felimón que le prestara su esclavo, Onésimo, para ayudarle durante su encarcelación (Fil. 13). ¿Cómo se atreve Pablo a pedir eso? "...por no decirte que aun tú mismo te me debes también. Sí, hermano, tenga yo algún provecho de tí en el Señor; conforta mi corazón en el Señor" (Fil. 20). El evangelio endeuda porque donde hay un beneficio hay una deuda.

II. HONOR Y HONORARIOS

A. El Enfoque Ministeral. Cristo quiso que sus ministros se enfocaran en predicar - no en buscar provisiones (Mat. 10:9-10). Dependen de Dios para su pan de cada día, no en el dinero. Aunque más tarde Cristo cambió las reglas (Luc. 22:36), el espíritu de lo que dijo todavía aplica. Sus ministros viven desinteresados. No los motiva ganancias terrestres sino celestiales, el amor a las almas y el amor de Cristo.

B. El Sueldo Justo. Una iglesia oró: "Amado Señor, mantén nuestro ministro humilde. Nosotros lo mantendremos pobre". Si una iglesia quiere crucificar a su ministro y a su familia con un salario pésimo, probablemente Dios no va a bendecir su ministerio con dicha iglesia. Dios no puede bendecir a unos mezquinos. Si fueran espirituales, amarían a su ministro y harían cualquier cosa por ayudarlo servir al Señor.

C. Ministros Abandonados. Los ministros vagos estorban la generosidad de los hermanos y pecan contra el sostenimiento de futuros ministros. Cobran a la iglesia un sueldo completo y buscan empleos adicionales. Nunca están conformes (Fil. 4:11; 1 Tim. 6:6-8). La iglesia necesita a ministros competentes que preparen buenos sermones, buenas clases, que organicen actividades, escuelas bíblicas, visiten a los visitas, enfermos, ausentes, débiles y problemáticos. Pero si se recuestan en sólo predicar los domingos, pecan contra el ministerio. Posiblemente este fue el motivo del corto saludo a Arquipo (Col. 4:17) y la historia de Demas (2 Tim. 4:10).

B. Pocos Los Obreros (Mat. 9:37-38). Siempre hay más iglesias que ministros competentes. Esto significa que van a haber muchas iglesias con ministros incompetentes o sin ningún ministro. De conseguir un ministro competente, la iglesia debe hacer todo lo posible por retenerlo y protegerlo de los miembros acomplejados. De haber miembros con las habilidades necesarias para convertirse en ministros, la iglesia debe prepararlos o pagar sus estudios en una escuela de predicadores.